HERMENÉUTICA BÍBLICA
Estudiar la Palabra de Dios es un
privilegio y también una responsabilidad para todo hijo de Dios. No sólo es
responsabilidad de aquellos que enseñan la Biblia aprender los conocimientos
básicos para interpretarla correctamente, sino que todo creyente debe procurar
el correcto estudio y enseñanza de la Biblia.
Recordemos que la misma Escritura nos dice de los hermanos de Berea que “éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Debemos pues imitar a estos cristianos que solícitamente confirmaban lo enseñado a la luz de las Sagradas Escrituras, pues "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"...
Recordemos que la misma Escritura nos dice de los hermanos de Berea que “éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11). Debemos pues imitar a estos cristianos que solícitamente confirmaban lo enseñado a la luz de las Sagradas Escrituras, pues "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"...
HERMENÉUTICA
BÍBLICA
Una de las ciencias que necesariamente debe
conocer todo aquel que quiera estudiar la Biblia es la Hermenéutica, o
interpretación bíblica. El término hermenéutica viene del griego “hermenevein”,
que es el arte de interpretar textos, y precede a la exégesis. Procura comprender,
y explicar el proceso por el cual el escritor, compuso el texto y hacerlo
comprensible al lector.
Recordemos que el apóstol Pedro respecto a las Escrituras dijo: “hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos» (2 Pedro 3:16).
Recordemos que el apóstol Pedro respecto a las Escrituras dijo: “hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos» (2 Pedro 3:16).
Siendo el Espíritu Santo el autor de la
Biblia es el primer intérprete de las Escrituras y ayuda al creyente para que
las comprenda y aplique en su vida. Es preciso recordar aquí que las diversas circunstancias
que rodearon la producción del maravilloso Libro requieren de los expositores
un estudio juicioso, reflexivo, integral y siempre conforme a los buenos
principios hermenéuticos.
Descubrir y comprender el verdadero significado
de las palabras y de los términos de un texto bíblico es el principio de la
interpretación. Se requiere una interpretación del lenguaje, y esto implica la
aplicación de diversas disciplinas.
Son muchas las ciencias auxiliares en la interpretación, así la geografía bíblica, la historia, la literatura, la psicología, cultura, etc.
Son muchas las ciencias auxiliares en la interpretación, así la geografía bíblica, la historia, la literatura, la psicología, cultura, etc.
Básicamente podemos decir que la hermenéutica bíblica es la ciencia de
interpretar correctamente la Biblia usando el método gramático-histórico
teniendo en cuenta el impacto directo del contexto geográfico, histórico,
cultural, textual, etc, donde se dio la Palabra de Dios. Esto provee las
herramientas para una buena interpretación de las Escrituras.
Debemos mantener un corazón enseñable y
humilde, entonces el Espíritu Santo nos abre las Sagradas Escrituras tal como el
Señor Jesús los hizo con los dos discípulos en el camino hacia Emaús (Lucas
24:27-32).
El estudiante de la Biblia sabe que habrá cosas que no están en los libros o textos de consulta que necesariamente ha de usar en su investigación.
El estudiante de la Biblia sabe que habrá cosas que no están en los libros o textos de consulta que necesariamente ha de usar en su investigación.
Los diccionarios, las gramáticas, los
comentarios, los libros de historia son importantes y valiosos para comprender
lo que dice el autor y lo que quiere decir, pero lo más importante es leer la
Biblia con la ayuda y dirección del Espíritu Santo y la fe en Cristo Jesús. Los
textos son ayudas o herramientas con los cuales se procura exponer de la mejor
manera el pasaje bíblico.
Como hijos de Dios sabemos que la Biblia cuando
se la lee como libro de salvación, es sencilla y transmite un mensaje que hace
al cristiano “sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo
3:14-17).
Cuando se lee con fe, la Biblia habla con claridad y sencillez, encontrando en toda ella mensajes de perdón, de amor, deberes cristianos, sabiduría para el diario vivir, inspiración para solucionar problemas de la vida cotidiana, etc.
Cuando se lee con fe, la Biblia habla con claridad y sencillez, encontrando en toda ella mensajes de perdón, de amor, deberes cristianos, sabiduría para el diario vivir, inspiración para solucionar problemas de la vida cotidiana, etc.
Básicamente al estudiar un texto bíblico
debemos tener en cuenta lo siguiente:
1. La Biblia
se explica ella misma. Es decir los pasajes similares se complementan y
explican.
2. El contexto
del pasaje nos aclara quien habla, a quien se lo dice, cuando, donde, por qué,
y esto nos ayuda mucho para comprender más el texto.
3. En lo
posible tomar las palabras en su significado natural y sencillo.
4. Los pasajes
paralelos deben ser tenidos en cuenta pues ayudan a explicar los textos difíciles.
5. Usa debidamente
los libros de consulta y herramientas para descubrir el significado del pasaje
bíblico (diccionarios, comentarios, biblias de estudio, y otros textos
cristianos).
6. Acércate a
la Biblia con un corazón enseñable y el Espíritu Santo será tu maestro.
Conclusión: No tenemos que ser ministros ordenados
para estudiar y leer con diligencia y buen juicio la Biblia. Pues todos somos
hijos de Dios y requerimos alimentarnos de ella debidamente. Acerquémonos con
amor, dedicación y humildad a las Sagradas Escrituras y ellas nos edificaran
abundantemente, “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no
adulterada (la palabra de Dios), para
que por ella crezcáis para salvación” 1 Pedro 2:2.
(Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria)
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