EL MANÁ ESCONDIDO Y LA PIEDRECITA BLANCA
A la iglesia vencedora Dios le promete recompensa. Es muy interesante esta verdad, y debemos tenerla en cuenta, pues vemos que Dios anhela recompensar a sus hijos, además vemos que ningún esfuerzo es en vano. Dios premia o recompensa a quienes se esfuerzan y procuran agradarlo, Dios honra a los que le honran (aquí en la tierra y en el reino venidero)…