HACER LA VOLUNTAD DE DIOS ES LO MÁS IMPORTANTE
Generalmente nuestras oraciones son peticiones. La verdad es que rara
vez le preguntamos al Señor cuál es su deseo, cuál es su anhelo, somos así por
nuestro ego, ya que buscamos nuestro beneficio o la satisfacción de nuestros deseos
y necesidades. Si queremos glorificar al Señor debemos pensar cual es el deseo
de Dios, como quiere él que hagamos las cosas. Recordemos que somos templo del
Espíritu Santo, no somos nuestros, debemos hacer las cosas a la manera de Dios. Cuando seguimos Sus instrucciones el diablo no puede estorbar
los planes del Señor…
HACER LA VOLUNTAD DE
DIOS ES LO MÁS IMPORTANTE
“Jehová habló a Moisés, diciendo… Conforme a todo lo que yo te muestre,
el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis” Éxodo 25:1,
9.
A la luz del texto de hoy debemos tener presente que es Dios quien
diseña y el hombre debe seguir sus instrucciones. Es hermoso ver que Dios sigue
hablando a los hombres. Desde el Antiguo Testamento el Señor ha utilizado
diversos medios e instrumentos para hablar a sus hijos: su propia voz, sus
profetas, también habla a través de su creación, y en el Nuevo Testamento lo
hace a través del testimonio del Espíritu Santo a sus hijos confirmando las
Sagradas Escrituras.
Por eso una de las virtudes de los hijos del Señor que debe ser
desarrollada y ejercitada es el oír y percibir en su espíritu renacido la voz,
dirección y testimonio del Espíritu Santo. Recordemos que Jesús también dijo
que una de las virtudes de los hijos de Dios, es que oyen Su voz y le siguen. Cuando
oramos no solo debemos hablar, también es fundamental escuchar. Hacer la
voluntad de Dios es lo más importante. Te invito a leer: “El Pacto Matrimonial”.
El santuario en el desierto o tabernáculo era en términos generales una
cabaña en el desierto y en éste lugar moraba la presencia del Señor. La palabra
“Tabernáculo” es traducida del término del hebreo “Mishkán” que también
significa: casa, residencia, choza, templo, cabaña, tienda de encuentro. Hoy día
somos tempo del Espíritu Santo, es decir somos casa de Dios, y en nuestro
espíritu tenemos la comunión o encuentro con Dios.
Ésta cabaña contiene muchas revelaciones de la persona y obra del Señor
Jesucristo, su construcción, materiales, el sacerdocio que allí servía, los
sacrificios y las ofrendas, la forma y su ubicación, todas estas cosas señalan a
Jesús y su obra redentora. Es por esto que Jesús les dijo a los escribas y
fariseos: “Escudriñad las Escrituras pues ellas dan testimonio de mi”.
Es Moisés quien dirige la construcción, pero el arquitecto es nuestro Dios.
Entonces nuestro éxito está en oír y seguir las instrucciones del Señor. Ésta
empresa requirió de Moisés suma obediencia, un gran esfuerzo, perseverancia
ante los obstáculos, etc. Cuando somos obedientes al Señor, él se hace grande
en medio de los hombres, Sus propósitos se hacen realidad en la tierra. Dejan de
ser sueños para convertirse en hechos.
Reflexión final: Preocupémonos no sólo por decirle a Dios que necesitamos, sino también
por escuchar que es lo que él quiere que hagamos. Ante Dios es más importante oír
que hablar, es de mayor valor obedecerle que traerle multitud de sacrificios. No
se trata de satisfacer mis deseos, sino de hacer la voluntad del Señor. Hacer
la voluntad de Dios es lo más importante
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
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