ISRAEL ATRAVIESA EL DESIERTO HACIA CANAÁN
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
Los
sentidos naturales nos comunican con el mundo material, nos permiten ver, oler,
sentir, etc. Pero son los sentidos espirituales los que pueden percibir y ver
el poder y la manifestación del reino de Dios, por eso dice la Escritura:
“andamos por fe, y no por vista”.
Nuestros sentidos naturales pueden “ver” grandes problemas, pero los ojos de la fe ven la grandeza de Dios, por eso es que Moisés “se sostuvo como viendo al Invisible no temiendo la ira del rey de Egipto” (Hebreos 11:27). Con esa certeza y fe debemos avanzar en nuestro caminar cristiano…
Nuestros sentidos naturales pueden “ver” grandes problemas, pero los ojos de la fe ven la grandeza de Dios, por eso es que Moisés “se sostuvo como viendo al Invisible no temiendo la ira del rey de Egipto” (Hebreos 11:27). Con esa certeza y fe debemos avanzar en nuestro caminar cristiano…
ISRAEL
ATRAVIESA EL DESIERTO HACIA CANAÁN (Devocional No. 091)
“Y salidos de
Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto… y
llegamos hasta Cades- barnea. Entonces os dije: Habéis llegado al monte del
amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da. Mira, Jehová tu Dios te ha
entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus
padres te ha dicho; no temas ni desmayes” Deuteronomio 1:19-21.
Ellos
estuvieron en Horeb. Horeb es figura de la revelación de Dios. La palabra Horeb significa: desierto, soledad, desolado, destruido, y en Éxodo 3:1 se le llama “monte
de Dios”. Nos habla de soledad y de
silencio, un momento y espacio donde Dios se revela.
Dios usó Horeb en la vida de Moisés y de Elías, para
llamarlos y enviarlos. Es donde Dios le da las tablas de la Ley a
Moisés, y allí también le revela el tabernáculo, el sacerdocio, las ofrendas y
sacrificios. Por eso Horeb representa un momento y lugar de nuestra vida donde
Dios nos habla e instruye.
Debemos
tener presente que la fe del creyente es probada. En éste caso el desierto es
el escenario donde la fe es probada. En el texto de hoy vemos que Moisés lo
califica diciendo: “aquel grande y terrible desierto”, pues recuerdan todo lo
sucedido, fue el lugar y tiempo donde faltó agua, y la que hallaron era
“amarga”, faltó el pan, Amalec se levantó contra ellos, vinieron las
serpientes, etc,
pero en todas las situaciones Dios les dio la provisión y la victoria. Así pues, por difícil que sea el desierto lo importante es que Dios esté con nosotros, y recuerda el desierto es parte del camino, no es nuestro destino.
pero en todas las situaciones Dios les dio la provisión y la victoria. Así pues, por difícil que sea el desierto lo importante es que Dios esté con nosotros, y recuerda el desierto es parte del camino, no es nuestro destino.
Cades - barnea
es el lugar o momento de la decisión. Éste término Cades-barnea significa:
“lugar santo o sagrado” (y un diccionario de nombres bíblicos dice: “santidad
del hijo inconstante”). Es el lugar donde Israel (“hijo”) debe decidir su
avance hacía la tierra prometida.
Debe hacerlo sin la inconstancia e incredulidad del pasado. Concluimos entonces que santidad también es, avanzar creyéndole a Dios, a pesar de los temores u obstáculos del camino.
Debe hacerlo sin la inconstancia e incredulidad del pasado. Concluimos entonces que santidad también es, avanzar creyéndole a Dios, a pesar de los temores u obstáculos del camino.
El pueblo
de Israel debe avanzar y tomar posesión de la tierra que Dios ha prometido,
deben confiar en el poder de Dios. El Señor los anima, diciéndoles “No temas ni
desmayes”, pues Dios sabe que ante los desafíos, el creyente puede enfrentar
temores y desaliento.
Pero, vemos que cuando la fe va acompañada de valor y esfuerzo, los resultados son hermosos y Dios es glorificado. Sin duda, para conquistar lo que Dios ha diseñado para nosotros se requiere perseverancia, y las fuerzas vienen de él.
Pero, vemos que cuando la fe va acompañada de valor y esfuerzo, los resultados son hermosos y Dios es glorificado. Sin duda, para conquistar lo que Dios ha diseñado para nosotros se requiere perseverancia, y las fuerzas vienen de él.
Reflexión final: Dios ha puesto
grandes y hermosos desafíos delante de sus hijos, él ha prometido estar con
nosotros todos los días. Por eso, confiados en él debemos avanzar sin temor y
con perseverancia. Adelante, Dios ha prometido bendecirte.
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