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LA FIDELIDAD EN EL MINISTERIO

2 Tim. 4:7-8.

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás,  me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor,  juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”.



(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)

Introducción: Dios no planeó ningún fracaso espiritual. Bien como miembros del cuerpo de Cristo y/o seamos llamados a ser dones del ministerio, Él no dio a unos para que fracasaran y a otros para que triunfaran (el triunfo de Dios en una persona se logra cuando hace aquello para lo cual fue llamada). Él planeó que todos triunfaran. Como puedes apreciar tienes que darte al llamado de Dios en tu vida.


Un buen ministerio no ocurre sin hacer, lo mismo que un buen matrimonio. Tú tienes que cultivar y cuidar tu matrimonio.  

Dios requiere de sus hijos y siervos fidelidad. Pero qué es la fidelidad en la Biblia? La palabra fidelidad en el N.T. viene del griego pistis, que básicamente significa “digno de confianza”, es alguien que se ha ganado la confianza de Dios. Veamos algunas cosas importantes en el proceso de la formación ministerial, cómo responder de manera apropiada al llamado de Dios y conservar la fidelidad en el ministerio:

A. Estudia.  El tiempo empleado en la preparación nunca es tiempo perdido.

2 TIMOTEO 2:15

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse que usa bien la palabra de verdad”.

B. Dedícate. Junto con el llamado va la dedicación.

C. Conságrate. Junto con el llamado va la consagración.

D. Sométete a la voluntad de Dios. Junto con el llamado va la sumisión a la voluntad de Dios.




Comentarios: Cuando eres un principiante en el ministerio, no comienzas por el puesto más alto. Lo mismo que para subir una escalera nadie comienza a subirla por el escalón más alto. 

Se sube desde los primeros escalones hacía los de arriba. Tienes que hacer lo mismo en el ministerio. Y algunas veces los primeros años en el ministerio requieren muy grandes sacrificios. Pero si sabes que has sido llamado, te quedarás en el ministerio no importa lo que te cueste.

Tienes que hacer esta clase de consagración a Dios: En el valle o en la cumbre, hundido o triunfante, muerto o vivo, continuaré en el ministerio porque Dios me ha llamado.

Ya que has empezado por la fe, sabes que no terminarás de dicha manera trágica, pero en ocasiones parecerá que sí. Parecerá como si estuvieras viviendo lo peor de los tres puntos mencionados arriba – en el valle, hundido y muerto.

Pero si permaneces fiel en esas ocasiones cuando parezca que vayas a fallar, cuando parezca que te estás hundiendo, cuando parezca que te estás muriendo – ¡SUBIRÁS A LA CUMBRE PORQUE CRISTO TE LLAMO!




E. Se una persona íntegra.

1. Salmos 15:4 contiene una de las características de una persona íntegra, “El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia”.

2. Los creyentes que tengan el llamado de Dios en sus vidas y que sean íntegros, honestos y sinceros, quedarán firmes.  Ej. Daniel 6:4.

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F.   Desarróllate. Alcanza madurez  y crece.

1.    Los ministerios son desarrollados. Para desarrollar el don del ministerio se requiere tiempo.

2.    Los obreros necesitan tiempo para equiparse con lo necesario para hacer lo que Dios tenga para ellos. No sólo deben estar equipados, ellos deben ser maduros.

3.    Algunos comienzan a trabajar frecuentemente en una ramificación del ministerio diferente a la que Dios los llamó.

a.        Saulo (Pablo) es nombrado como uno de los cinco profetas y/o maestros en el capítulo 13 de Hechos. Más tarde el Nuevo Testamento lo llama un apóstol. Pero él no comenzó con el ministerio del apóstol. El comenzó primero como un predicador, luego como un profeta y un maestro.

b.        Felipe comenzó en el ministerio como un servidor a las mesas (Hechos 6:1-6). Él fue fiel en dicho cargo. Después recibió el ministerio de evangelista (Hechos 21:8).

c.        Si Dios te llamó al ministerio de pastor, no comenzarás pastoreando una iglesia de 5000 personas. No sabrías hacer ese trabajo. Puede ser que comiences con un rebaño pequeño o como auxiliar, como ayudante de pastor, como líder de jóvenes, etc.

d.        Dios puede haberte llamado a ser evangelista. Con el tiempo puede ser que prediques a 5000 almas. Pero no comenzarás predicando a las 5000. Puede ser que comiences predicando a cinco personas.

e.        No menosprecies el día de pequeñeces (Zacarías 4:10 “Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán,  y verán la plomada en la mano de Zorobabel”).

4.    Toma tiempo para esperar y ver lo que Dios quiere que hagas. Permite que Dios haga de ti el ministerio que El desea que seas.

a.        No digas “Yo elijo este puesto”. No puedes escoger.

b.        No trates de imitar a otro. Sé tú mismo. Anuncia la verdad de la Palabra de Dios que te haya sido revelada permitiendo a Dios que te use personalmente para introducirla en las almas. Entonces dicho mensaje será tu mensaje, por inspiración de Dios.

c.        No digas “soy un maestro” Detente y espera hasta asegurarte si en verdad eres uno.

          d.      No digas” soy un profeta “simplemente porque hayas tenido una
                   revelación y varias palabras de profecía.
                                  
                  Incluso si tu llamado sea el de profeta, no entrarías inmediatamente, no  serias capas de serlo. Dios no quebrantará sus propias normas. Su palabra dice de no poner un neófito o novicio en el puesto de diacono (1 Timoteo 3:6 “no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo”), Dios no pondrá a un cristiano prematuro ni tampoco a un predicador prematuro en el puesto de profeta.

e.        Antes de anunciar el cargo que ocupas en el ministerio, debes crecer
       y desarrollarte espiritualmente y tener más experiencia.

f.         Si Dios te llama y te pone en cierto cargo del ministerio no necesitarás anunciarlo, de todas formas la gente se dará cuenta y si no lo hacen es porque no es tu lugar.

g.       Si el ministerio está en la fase de embrión, este se desarrollará  a medida que te mantengas fiel.

h.        Date cuenta que tienes el llamado de Dios. Después trabaja para Dios donde quiera que estés. Después, cuando alcances alguna madurez mental y espiritual, Dios te revelará el llamado que tienes.

5.    Debes tomar tiempo para esperar en Dios. Pon tiempo aparte para ayunar y orar. Toma tiempo aparte para averiguar su voluntad perfecta para tu vida y ministerio (Hch. 14:23 “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”).

a.    Testimonio de K. Hagin (profeta del Señor), “Jesús me dijo en la primera visión en la que se me apareció, “Cuando dejaste tu última iglesia entraste en la primera fase de tu ministerio”.
Yo estaba sorprendido. Llevaba 15 años en el ministerio, Le dije, “Señor, ya llevo 15 años en el ministerio y tú me has bendecido”.
Él contestó: “¡Ciertamente te bendije todo lo que pude. Bendije la palabra que predicabas porque yo honro mi palabra. Esto no quiere decir que te estaba honrando a ti”.

Entonces el agregó, “Muchos ministros del Evangelio viven y mueren sin llegar a la primera fase del ministerio que tengo para ellos. Esta es la razón por la cual muchos ministerios mueren antes de tiempo”.

b.    Mantente abierto a Dios

Si te estableces en otro llamado, o en otra área del ministerio y no mantienes las líneas de comunicación abiertas entre ti y el cielo, Dios te dejará continuar adelante y sufrirás las consecuencias de estar afuera de la voluntad perfecta de Dios.

c.    Cuando te encuentras solamente en la voluntad permisiva de Dios, te parecerá que algo no marcha bien. Puedes notar la diferencia. Es como si te lavaras los pies con los calcetines puestos.

G.  El ministerio es santo y Dios es celoso con esto. Levítico 10:1-3.

“Nadab y Abiú… ofrecieron fuego extraño… y murieron delante de Jehová. Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová,  diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado”.

a.    Las cosas santas son sagradas. En el Antiguo Testamento, si alguien entraba en el lugar Santísimo sin ser el Sumo Sacerdote, caía muerto instantáneamente. Se había entrometido en el lugar que no le correspondía.
b.    Es peligroso jugar con las cosas santas.
b.    El llamado de Dios es santo.
c.    El ministerio de Dios es santo.

H.   Desarrolla tu carácter.

1.    De aquellos que están separados para un cargo del ministerio se requiere más.

2.    Da un buen ejemplo en todo tiempo.

3.    Provee cosas que sean honestas delante de todos los hombres.

4.    Ocupa tu lugar con dignidad.

Si eres llamado por Dios para ocupar cierto cargo en el ministerio, ese cargo requiere respeto. Si tienes respeto por el puesto que ocupas en el ministerio, enseñarás a la gente a que le tengan respeto. Permanece fiel, honra a Dios y Dios te honrará, y te bendecirá.

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1.    EL MINISTERIO ES UN TESORO” 
2.    EL SACERDOCIO LEVÍTICO” 
3.    VIDAS CON DESTINO” 

Bibliografía: Dicc. Bíblico Vine Expositivo (Edit. Caribe)
Nuevo Diccionario Bíblico (Edit. Unilit)
Biblia de estudio Reina Valera 1995
Biblia de estudio Vida Plena (Edit. Vida)
El llamado al ministerio (Kenneth Hagin).



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