LA ORACIÓN ANTECEDE LA INTERVENCIÓN DE DIOS
A veces por las diversas dificultades y problemas
viene el desánimo, y con éste el enfriamiento espiritual descuidando nuestra
vida de oración. Sin embargo debemos tener presente que a lo largo de la
Escritura, los milagros de Dios, o su intervención sobrenatural, estuvieron
precedidos del clamor de un pueblo o de una persona. En muchos momentos de
crisis que Israel enfrentó Dios manifestó su gloria, pero esto estuvo
antecedido de un arrepentimiento y un clamor por parte de Israel. El oído de
Dios está presto para escuchar a sus hijos y salvarlos, recuerda: “no se ha
acortado la mano de Jehová para salvar, ni su oído se ha hecho sordo para
escuchar”…
LA ORACIÓN ANTECEDE LA INTERVENCIÓN DE
DIOS
“Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue
bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse
los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de
los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”
Marcos 1:9-11.
A la luz de éste texto podemos ver que
hay acciones que provocan respuestas sobrenaturales. Juan el bautista estaba
bautizando en el río Jordán, y Jesús obedeció bautizándose. La autoridad
delegada por Dios en ese momento para bautizar era Juan el bautista, y Jesús
reconoció esto. La palabra Jordán significa: “el que desciende”, es el único
río del mundo cuyo curso se halla, en la mayor parte de su longitud, por debajo
del nivel del mar. Figuradamente podemos decir que Cristo descendió, él
obedeció. Una de las cosas a las cuales debemos renunciar para obedecer es el
orgullo, y aquí una vez más Jesús nos enseña.
Ante la obediencia de su Hijo, Dios
manifiesta el gozo de su corazón. Vemos que el corazón de Dios se conmovió por
la obediencia del Hijo, y varias cosas suceden: los cielos se abren, el
Espíritu Santo viene sobre Él, el Padre expresa su gozo y da testimonio de su
Hijo Jesús. Nuestro Dios es sobrenatural, y nuestra obediencia permitirá que se
manifieste en nuestras vidas (a través de bendiciones, unción, relación divina,
etc). Te invito a leer: “La Renovación De La Mente”.
Sin embargo, hay situaciones que prueban
nuestra fidelidad a Dios. En el contexto de éste acontecimiento podemos ver
algunas cosas fundamentales: el Espíritu Santo lleva a Jesús al desierto, éste
es un lugar hostil, duro, seco, solitario, doloroso, escaso de vida, etc.
Durante cuarenta días Jesús estuvo allí. El número cuarenta indica prueba.
Recordemos que Las pruebas vienen de Dios, nos edifican, fortalecen y preceden
la promoción.
Nadie puede aceptar las ofertas de
Satanás y servir a Dios al mismo tiempo, porque nadie puede servir a dos
señores. Es un error ignorar al enemigo del pueblo de Dios, pues de diversas
maneras va a intentar sacarte del plan de Dios, pero lo que el Señor hará será
fortalecerte y ayudarte a seguir adelante, porque detrás de toda tempestad hay
un gran territorio que conquistar. Dios no quitó la cruz del plan, pero sí envió
a sus ángeles y fortaleció a su Hijo, para ir a ella.
Recuerda: “Las grandes conquistas están
precedidas de situaciones difíciles, donde Dios se hace grande”. Por ejemplo: pruebas
y tentaciones. Dios estaba allí en el bautismo de su Hijo, el texto nos dice:
“el Espíritu como paloma”, “la voz de los cielos”, “el Espíritu lo llevó al desierto”,
“los ángeles”… entonces en las decisiones difíciles, en el desierto, en la
tentación, y en las pruebas, Dios está con nosotros. Recuerda la oración antecede la intervención de Dios.
También en medio de la persecución y
oposición Dios nos fortalece y ayuda. Juan el bautista había sido encarcelado;
sacerdotes, escribas y fariseos se resistían a la predicación de Jesús, pero
Dios respaldaba con gran poder su Palabra y multitudes venían a Él, y poco a
poco Israel comienza a ser conquistado por Jesús (v. 15). El ministerio del
Señor Jesús comienza a tener nuevos alcances y un gran impacto regional, acompañado de milagros y
sanidades (Mr. 1:28, 34, 39).
Reflexión
final: Debemos
decidirnos por hacer la voluntad de Dios, ser conscientes de los desiertos y de
Su cuidado cuando estamos caminando por ellos, y perseverar con Su fuerza porque
la victoria está adelante, hay un nuevo territorio por conquistar… nuevos milagros
por ver… nuevas revelaciones de Dios por conocer… Adelante Dios está contigo.
(Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria)
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