EL PROFETA ISAÍAS TIENE UN ENCUENTRO CON DIOS (Devocional No. 082)
(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
Cuando Saulo de Tarso tiene un encuentro real con
Jesucristo su vida fue completamente transformada, se convierte en Pablo, y
pasa de ser un perseguidor a ser un predicador, dispuesto a dar su vida por
Aquel que un día perseguía. Un encuentro real con Dios nunca nos dejara
iguales, su gloria y poder inevitablemente nos transforma. Veamos este interesante estudio
EL PROFETA
ISAÍAS TIENE UN ENCUENTRO CON DIOS (Devocional No. 082)
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo”, Isaías 6:1.
Ante el desaliento y la adversidad, debemos mirar la
grandeza de nuestro Dios. Consideremos el contexto de éste encuentro de Isaías
con el Señor. El rey Uzías muere después de 51 años de reinado y de una penosa
enfermedad: lepra, quizá la padeció por diez años aproximadamente, pero por su
soberbia Uzías pecó contra Dios y sus últimos años estuvo leproso.
Matthew Henry añade: “Isaías al ver poco fruto en su
ministerio pensaba en renunciar a su oficio” (además era muy joven…). Isaías era el profeta de la corte, primo del rey
Uzías que gozaba de su amistad y los privilegios propios de su parentesco. Sin
embargo, un día murió y ese acontecimiento afectó la vida de Isaías ¿Qué hubo
de extraordinario en la muerte del rey que impactó tanto al profeta?
Leemos en las Escrituras que el rey Uzías fue un
buen rey, coronado a los 16 años e hizo lo recto ante Dios mientras persistió
en buscarle y fue prosperado por 52 años, también era entendido en asuntos
espirituales. Su reinado trajo terror a los enemigos de Israel con un poderoso
ejército y máquinas de guerra inventadas por ingenieros de la nación.
Fue un reinado de bonanza, paz, gran prosperidad,
fortalecimiento militar, expansión de Judá (todos estaban felices con todo esto
por 50 años). Isaías enfrenta ahora temor, incertidumbre, decepción,
no comprende lo que está pasando y decide ir al templo. Que entre otras cosas,
es lo que debemos hacer cuando vivimos situaciones como estas. Recuerda que en su presencia derrotamos todo miedo.
Es fundamental mantener presente que Dios gobierna
todas las cosas en todo tiempo. Isaías ve “al Señor
sentado en su trono alto y sublime” (quizá antes Isaías veía al rey Uzías en su
trono, pero ahora ve al Gran Rey en su trono), ésta posición indica gobierno,
autoridad, esto lo entiende muy bien Isaías, pues según la tradición judía él era
de sangre real.
“Y sus faldas
llenaban el templo”, las faldas (del hebreo “Shul”, traduce también: falda,
orilla, orla, borde de la vestidura) nos recuerdan las túnicas usadas por los
gobernantes, reyes, magistrados, sacerdotes, autoridades.
Con ésta visión Dios le dice a Isaías: “yo continuó al mando, continúo gobernándolo todo, y como las faldas cubren y protegen, yo te cubro y te sostengo. No importa lo que ha pasado, Yo soy tu fuerza”.
Con ésta visión Dios le dice a Isaías: “yo continuó al mando, continúo gobernándolo todo, y como las faldas cubren y protegen, yo te cubro y te sostengo. No importa lo que ha pasado, Yo soy tu fuerza”.
Reflexión final: Dios continúa sentado
en su trono, él gobierna todas las cosas, aunque las dificultades y obstáculos
que enfrentamos, a veces nos hacen experimentar dudas e incertidumbres, el
Señor mantiene el gobierno de todo. Lo que debemos hacer es lo que Isaías hizo,
buscarlo y recibir su fortaleza y dirección.
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