CONSTRUYENDO LA CASA DE DIOS
Es hermoso ver cómo fue edificado el tabernáculo en el desierto, pues
esto contiene muchas enseñanzas de sumo valor para nosotros hoy día. Vemos por
ejemplo que desde ésta época tan antigua Dios edifica su templo a través de
ofrendas de su pueblo.
Ésta ofrenda debe ser con un corazón voluntario, y no con tristeza ni por obligación. Nunca es en vano lo que hacemos para Dios, y cuyo objetivo busque glorificar Su nombre...
Ésta ofrenda debe ser con un corazón voluntario, y no con tristeza ni por obligación. Nunca es en vano lo que hacemos para Dios, y cuyo objetivo busque glorificar Su nombre...
CONSTRUYENDO LA CASA DE
DIOS
“Di a los hijos de Israel que tomen
para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón,
tomaréis mi ofrenda” Éxodo 25:2.
Vemos a la luz de la Escritura que éste modelo es el diseño de Dios:
a) Lo fue para la construcción del tabernáculo en el desierto, los
israelitas trajeron sus ofrendas (oro, plata, bronce, telas finas, aceites, muchas
piedras preciosas, otros materiales regalados por los mismos egipcios cuando
Israel salió de allí y ganados para los sacrificios).
b) También lo vemos en tiempos del Salomón, pues el templo fue edificado
con las ofrendas de su padre el rey David, sus principales y de todo el pueblo
del Señor (1 Crónicas 29).
c) Durante el tiempo de Esdras el templo fue reconstruido con las ofrendas
voluntarias del pueblo de Israel (Esdras 1).
Al considerar la frase “Voluntariamente, de corazón” destacamos que es
traducida del término hebreo “nadáb” que además significa: impeler,
impulsar; ofrecerse como voluntario, como soldado, presentarse, y el
término corazón hace referencia al centro vital del hombre.
Entonces concluimos que es una decisión que nace en lo íntimo y profundo del ser humano, que percibe o es sensible a la convocatoria que hace el Señor a su ejército para emprender una nueva campaña.
Entonces concluimos que es una decisión que nace en lo íntimo y profundo del ser humano, que percibe o es sensible a la convocatoria que hace el Señor a su ejército para emprender una nueva campaña.
Vemos también que los materiales usados en la construcción eran de gran
valor (Éxodo 25:3-7). Cada uno de éstos materiales tiene un valor especial
y alto. Cuando Israel sale de Egipto ha sido esclavo allí por cuatrocientos
años, y Dios ordena que los egipcios los despidan con oro, plata, telas y
piedras preciosas, entre otros, vemos entonces que el Señor recompensa el
trabajo de siglos allí, pues Dios es justo y bueno.
Es muy interesante ver que el Señor solicita la ofrenda de Israel justamente
cuando está atravesando el desierto. Es muy importante mirar en la Biblia el
cómo, el qué, el cuándo, el dónde de los personajes y eventos bíblicos, pues
esto nos ayudas a entender mucho más el objetivo de la Escritura.
Vemos que el Señor solicita una ofrenda significativa, ellos van caminando
a la tierra de la abundancia, pero en ese momento estaban en el desierto. Entonces
hablamos de ofrendas o siembras con esfuerzo y sacrificio. Podemos recordemos
por ejemplo algunas ofrendas como: la ofrenda de la viuda de Sarepta de Sidón,
también la ofrenda de dos blancas de la viuda pobre en tiempos de Jesús, etc.
Consideremos que Israel no sembró éstas ofrendas en Egipto, allí eran
esclavos y no tenían nada, pero ahora el Señor los había bendecido y ofrendaron
en el desierto, y sin duda Dios también los llevó a hacerlo para cosechar en
Canaán la abundancia prometida por él en la “tierra que fluye leche y miel”.
Reflexión final: Dios es bueno y desea también prosperar nuestras finanzas, con amor
debemos respaldar la extensión de Su reino. Recordemos las palabras de Jesús: “Más
bienaventurado es dar que recibir”.
(Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria)
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