BUSCAR A DIOS - CUÁL ES SU IMPORTANCIA
Los hombres de Dios del Antiguo Testamento fueron personas de altar, personas
que buscaron a Dios. Recordemos que cuando Dios llama a Israel como pueblo suyo
hace construir un tabernáculo, y a través de esto vemos que el deseo de Dios es
mantener una comunión personal con su pueblo, así como manifestar su poder e
impartir a sus hijos sus bendiciones y milagros.
Este tabernáculo tenía diferentes secciones y muebles, podemos recordar por ejemplo que tenía varios altares. ¿Por qué? Sin duda esto nos hace reflexionar sobre la importancia buscar a Dios y el poder de la comunión con él…
Este tabernáculo tenía diferentes secciones y muebles, podemos recordar por ejemplo que tenía varios altares. ¿Por qué? Sin duda esto nos hace reflexionar sobre la importancia buscar a Dios y el poder de la comunión con él…
BUSCAR A DIOS - ¿CUÁL ES SU IMPORTANCIA?
“Harás asimismo un altar… de madera de
acacia, su longitud y su anchura será de un codo, y su altura de dos codos; y
sus cuernos serán parte del mismo. Y lo cubrirás de oro puro… Le harás también
dos anillos de oro a sus dos esquinas a ambos lados para meter las varas con
que será llevado. Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro” Éxodo 30:1-5.
Generalmente pensamos que hay que buscar a Dios porque así dice la
Biblia, pero es necesario detenernos y ver la multitud de razones por las
cuales debemos buscar al Señor, y las mismas Escrituras nos dan muchas razones
para hacerlo. Vemos además que nuestra experiencia de vida también lo confirma.
Jesucristo es la fuente de vida, sin él todo es caos y vacío.
Según el texto de hoy aprendemos que el altar que estaba en el lugar
santo del tabernáculo estaba básicamente construido en madera de acacia y oro.
Consideremos el significado de éstos materiales: la madera de acacia venía del desierto, de un árbol que florece
mucho junto al agua, es una madera muy resistente, perdurable, y el término
hebreo usado para acacia traduce también: incorruptible, y esto simboliza la
humanidad de Cristo, quien resistió las tentaciones y el dolor de nuestro
juicio, y quien no tuvo pecado ni engaño en su boca.
Precisamente en
su humanidad el Señor Jesús siempre buscó el rostro de su Padre celestial, aún
nos enseña por ejemplo el evangelio de Marcos (1:35) que él madrugaba a
hacerlo. Sí nuestro Señor Jesucristo oraba y buscaba a su Padre celestial
¿cuánto más nosotros debemos hacerlo?
El oro de éste altar, llamado también el altar del incienso, es figura de la
divinidad de nuestro Señor Jesucristo (recordemos por ejemplo el cinto de oro
en el pecho de Jesús en la visión de Juan en Apocalipsis, la ciudad celestial de
oro), hablamos entonces de la divinidad de Jesús (oro) y de su humanidad (madera
de acacia), él es Dios quien se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Jesús renunció al uso de sus atributos divinos en su condición de hombre (por eso
dependió de la unción del Espíritu Santo) pero nunca renunció a ser Dios, él el
Dios por siempre. Sí en Su condición humana Jesús buscó al Padre celestial ¿Cuánto
más nosotros?
La altura de
éste altar era el doble de su longitud y ancho. Ésta altura se presenta en
codos (un codo era 45 cmts aprox. Por tanto era cuadrado de 45 cmts y 90 de
altura) y nos enseña esto que la oración te acerca a Dios, te eleva para entender
sus caminos y sus juicios, te lleva a caminar en Sus alturas, librándote de las
serpientes que se arrastran y de los escorpiones que se esconden. Entonces la
oración te lleva a una mayor revelación de Dios y te cubre del enemigo.
El altar tenía cuatro
cuernos, cuatro anillos y dos varas. El cuerno en las Sagradas Escrituras
representa poder (en Apocalipsis “el cuerno pequeño” es el anticristo, y en el
libro de Daniel los cuernos hablan de gobernantes en la tierra), en este
caso los cuernos representan
el poder de Dios que responde a nuestras oraciones, con su poder se revela como
el Dios Todopoderoso que responde a nuestro clamor. Debemos buscar a Dios, pues
nunca es en vano, el Señor se manifestará a nuestro favor.
Las varas de
madera de acacia se introducían por los anillos del altar para transportarlo por el desierto, y esto
nos enseña que podemos levantar nuestras oraciones a Dios desde cualquier lugar
y Él en Su bondad nos escuchará. Las varas se ponían sobre los hombros, recordándonos
esto que debemos esforzarnos para servir a Dios, y hacer su voluntad, y que
esto sólo es posible con la fuerza que viene de él. Debemos buscar a Dios pues sólo
en él encontraremos nuevas fuerzas.
Reflexión final: El Señor Jesús
nos dio ejemplo con su vida, y sí él busco el rostro de su Padre ¿Cuánto más
nosotros debemos hacerlo? Es necesario fortalecer nuestra comunión con Dios,
pues esto resulta en bendición, protección y victoria para nosotros y nuestra familia.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
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