(Pastores Gonzalo y Andrea Sanabria)
Jesús inicia su ministerio llamando a cuatro pescadores a ser
parte de sus discípulos, no eran perfectos, ni reunían los requisitos
religiosos de la época para ser siervos del Señor, su región (Galilea) tenía
poco nivel de escolaridad, no eran descendientes del sacerdocio, ni figuras
significativas en su comunidad, pero Jesús los llamó.
Algunos cometieron
grandes errores, pecados, fallaron, pero Jesús continuó su labor en ellos y los
usó poderosamente…
LA CAÍDA DEL APÓSTOL PEDRO
“Entonces
Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres
veces. Y saliendo fuera,
lloró amargamente” Mt. 26:75.
La palabra
discípulo, del griego mathetes significa además: aprendiz, seguidor, uno que
aprende para imitar. Somos llamados a hacer discípulos, el Señor Jesús nos
comisionó: “Id, y haced discípulos”, esto significa avanzar hacia ellos y
desarrollar una labor específica y programada de enseñanza en sus vidas.
En el
llamado de Jesús a Pedro (Mt. 4:18-20) podemos ver que de acuerdo a los
estándares religiosos, él no clasificaría. Pero, Dios llama lo vil y
menospreciado del mundo, por eso es que toda la gloria es sólo suya. Recuerda
Dios te llamó con un plan especial y muy importante.
Dentro de las
características de Pedro, encontramos que era un pescador de Galilea (región al
norte de Israel; distante de Jerusalén; rechazada por su “mezcla étnica con
cananeos”; de poca escolaridad), su temperamento era impetuoso, sanguíneo,
apresurado, de doble ánimo (luego Jesús lo llamó Pedro que significa roca).
Humanamente
no era el discípulo ideal, pero Jesús sí vio el potencial que había en él. Dios
como alfarero divino restaura la vasija quebrada, su obra está descrita en: La Señal del Alfarero y el Barro.
La Biblia nos
enseña que Pedro le falló a Jesús por su autosuficiencia (Lc. 22:31-34, Mt.
26:69-75). Pedro fue advertido por Jesús, es importante que consideremos aquí
varias cosas:
1. Sí somos fuertes,
lo somos en Cristo.
2. Satanás no puede
tocar a los hijos de Dios, sino con permiso del Señor.
3. Pedro cae en la presunción,
en la autosuficiencia, está demasiado seguro de sí mismo.
4. Cuando Pedro
debía orar en el Getsemaní, se quedó dormido.
5. Abandonó a Jesús,
cuando los soldados romanos llegaron, y luego lo negó tres veces y cada vez con
mayor fuerza.
6. Abandona su servicio
al Señor y vuelve a la pesca.
Cualquier maestro
se decepcionaría de semejante discípulo, pues al considerar su conducta y “méritos”
no clasificaría para el apostolado. Recordemos también, que Pablo se decepcionó
de Juan Marcos, cuando abandonó el viaje misionero, y no aceptó llevarlo
nuevamente a la misión. Aunque años después reconoció el ministerio que Dios
había puesto en él.
Reflexión final: Finalmente Jesús
se aparece a los discípulos, y le habla a Pedro, ministrándolo y recordándole
su llamado. Jesús no lo desecho, ni se olvidó de él, por el contrario le
recordó la razón de su vida, restauró su llamado y lo animó a continuar
adelante, y luego vemos a Pedro, como un gran apóstol dirigiendo el avivamiento
en Jerusalén.
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