JESÚS COME CON PUBLICANOS Y PECADORES EN CASA DE MATEO
(Pastores
Gonzalo y Andrea Sanabria)
Aunque
los publicanos eran rechazados por la sociedad judía y las autoridades
religiosas, Jesús se acercó a ellos para llevarles salvación. Los ojos de Jesús
logran ver su verdadera condición, eran ricos materialmente hablando, pero eran
pobres en su corazón, pues la gracia de Dios no estaba con ellos, pero Jesús vino
a traer salvación y a llamar a los pecadores para que nos acerquemos a Dios.
Así pues, concluimos que no nos acercamos a Dios por virtudes propias, sino por Su gracia y misericordia. Leamos este interesante estudio
Así pues, concluimos que no nos acercamos a Dios por virtudes propias, sino por Su gracia y misericordia. Leamos este interesante estudio
JESÚS COME CON PUBLICANOS Y PECADORES
EN CASA DE MATEO
“Aconteció
que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores
estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos… Y los escribas
y los fariseos… dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con
los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad
de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a
pecadores. ”, Mr. 2:15-17.
Nadie
es demasiado malo para que Cristo deje de llamarlo. El texto de hoy nos enseña
que Jesús va a casa de un publicano, porque él quiere estar en todas las casas (los
publicanos eran encargados por el imperio romano para cobrar sus impuestos, tenían
muy buenas ganancias, eran aborrecidos por el pueblo hebreo y considerados
traicioneros), y los escribas y fariseos van allí para criticar, no para
edificar, van a promover la discordia.
El espíritu religioso siempre se opondrá a la verdadera presencia de Dios, y a su obra. El Señor confrontaba la religión en su tiempo, por ejemplo cuando Jesús sanó a una hija de Abraham.
El espíritu religioso siempre se opondrá a la verdadera presencia de Dios, y a su obra. El Señor confrontaba la religión en su tiempo, por ejemplo cuando Jesús sanó a una hija de Abraham.
Según
Mr. 2:18-20, los discípulos de Juan y de los fariseos preguntan a Jesús por qué
sus discípulos no ayunan. Los discípulos de Juan y de los fariseos (éstos
ayunaban dos veces por semana: lunes y jueves), son instruidos por el Señor
acerca del ayuno, Cristo anhela una profunda y sincera disposición. Jesús les
explica: “nadie hace ayuno en la fiesta de boda.
El ayuno muestra tristeza, y si hubiese tristeza, sería después de la fiesta, al retirarse el novio”, el término esposo aquí viene del término griego "nunfios" que primeramente significa novio”. Así que les dice que por cuanto él estaba presente, sus discípulos no tenían que ayunar, pero en su ausencia lo harían. Por eso hoy, debemos considerar el poder del ayuno.
El ayuno muestra tristeza, y si hubiese tristeza, sería después de la fiesta, al retirarse el novio”, el término esposo aquí viene del término griego "nunfios" que primeramente significa novio”. Así que les dice que por cuanto él estaba presente, sus discípulos no tenían que ayunar, pero en su ausencia lo harían. Por eso hoy, debemos considerar el poder del ayuno.
Jesús
no abolió el ayuno, él lo practicaba, también los discípulos y la iglesia
primitiva; el ayuno es una bendición, pero no debe ser “religioso”, debe nacer
en nuestro corazón, un corazón que ama al novio, a Cristo, que se prepara para
el encuentro con él.
Reflexión final:
Jesús ante todo, mira primero el corazón. Todos rechazaban a los publicanos
pero Jesús sabía que ellos también podían arrepentirse y amarlo. Debemos buscar
a Dios con un corazón sencillo, adorar, orar, ayunar y demás, pero con la
sencillez que Cristo mismo nos enseña, sin la pompa religiosa del espíritu
fariseo. Simplemente amemos a Dios, y cumpliremos así con el principal y gran
mandamiento.
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