Reflexión: La fe es la convicción de lo que no se ve

 Reflexión: La fe es la convicción de lo que no se ve.

 

 

De manera muy puntual, podemos decir que la fe es creer o confiar. Por supuesto, se trata de creer o confiar en Dios, y el fundamento de esta fe es la palabra del Señor. Así como un gran edificio requiere grandes y profundos cimientos, nuestra fe requiere, se nutre y se sostiene mediante un buen conocimiento y estudio de la palabra de Dios. 

Estudio que debe ir acompañado de un corazón enseñable y piadoso, por eso, es muy importante orar antes de iniciar la lectura y estudio de la Biblia. Debemos tener en cuenta que, la Escritura toda ella, fue inspirada por el Espíritu Santo, y es él quien nos puede revelar lo principios del reino de Dios. 

La Carta a los Hebreos nos dice que la fe es la convicción de lo que no se ve y la certeza de lo que se espera (Hebreos 11:1), por lo tanto, la fe nos asegura las realidades de Dios expresadas en su palabra, y al mismo tiempo nos da la certeza y garantía de que todo lo prometido por el Señor ciertamente se cumplirá.   

De manera que, por la fe, estamos seguros de que ángeles de Dios nos protegen todo el tiempo, los ojos del Señor no se apartan de nuestra vida, su poder cubre y guarda nuestra familia, nunca nos abandonará ni desamparará, su provisión siempre estará en nuestra mesa. 

Respecto al futuro, podemos decir, basados en la fe, que Dios tiene preparados los mejores escenarios para nuestra vida e hijos, sus planes se cumplirán; y aunque surjan obstáculos en el camino, al final venceremos porque Dios está con nosotros. 

Vemos pues que, realmente la fe determina nuestra vida y nuestra actitud ante los desafíos. Por la fe, según la Epístola a los Hebreos, los antiguos alcanzaron grandes victorias y realizaron grandes proezas. Sin esta fe es imposible agradar a Dios. 

Decidamos pues confiar en las promesas del Señor, él no miente, no hay engaño alguno en él, su propia santidad le impide mentir o quedar mal, por tanto, puedes entregarle todo tu corazón en sus manos, él hará lo mejor a su manera y en su tiempo, sólo sigue su camino, grandes bendiciones y milagros te esperan. No renuncies, solo confía y persevera, él viene a tu encuentro.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).

 

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