Huir de Dios no es una solución

 

Huir de Dios no es una solución

Jonás 1:1-3 “Vino palabra de Jehová a Jonás… diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella… y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis… pagando su pasaje”.

Sin duda es un gran privilegio escuchar a Dios y que alegría saber que habla y le sigue hablando a su pueblo. El Espíritu Santo ha venido a morar en los hijos de Dios, y mediante su testimonio da a conocer la voluntad del Padre, y este mensaje lo recibimos como una razón para gozarnos, pues vemos su cuidado y amor personal.

En términos generales observamos que cuando el Señor nos da una tarea, experimentamos un gran gozo en nuestro corazón y nos dirigimos a hacer lo que Dios nos ha encomendado. Pero hay ocasiones en donde nuestra respuesta es como la de Jonás: huir ¿Por qué a veces nuestra respuesta es huir al llamado de Dios? Podemos considerar algunas razones, por ejemplo:

Lo que Dios nos entrega no responde a nuestras expectativas.

Los miedos a los resultados o desafíos que aparecerán en el camino.

Los fracasos del pasado hacen pensar que será un fracaso más.

Los resentimientos y complejos del corazón se levantan e impiden avanzar.

Debemos tener en cuenta que el versículo tres, nos dice “pagando su pasaje”, el viaje era largo y por tanto era costoso, y esto nos recuerda el alto costo que debemos pagar cuando no hacemos la voluntad de Dios, y aun quienes nos rodean sufren pérdidas (como los marineros que iban con Jonás).

El objetivo de Jonás era “irse de la presencia de Jehová”, el conocía la teología hebrea muy bien, sabía que Dios era omnipresente, que estaba en todo lugar. Aún así creyó que podía huir de la presencia de Dios. Puede que eso mismo nos esté pasando, sabemos muchas cosas de Dios, pero nuestra dureza de corazón y ego terminan siendo más fuertes y finalmente hacemos nuestra propia voluntad, teniendo como resultado las correspondientes consecuencias.

Conclusión: El testimonio de Jonás nos recuerda que cuando Dios hable, nuestra respuesta debe ser obedecer. Él va delante de nosotros y nos dará lo necesario. Es muy importante recordad que nuestra mejor adoración es la obediencia. Cuando obedecemos a Dios, él es glorificado, otros salvados y nosotros bendecidos.

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