Dios transforma el caos en bendición
Dios transforma el caos en bendición
Génesis
1:2-3 “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la
faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y
dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”.
Al observar
la condición de la tierra según el versículo citado, podemos observar inicialmente
tres factores: desorden, vacío y tinieblas. No podemos negar que hay ciertas
ocasiones en nuestra vida que pareciera que estamos en esa misma condición, a
causa de la crisis, o por las malas decisiones tomadas, nuestra familia y aún
nuestra economía pueden verse afectadas y sufren el desorden; como resultado de
nuestra desobediencia experimentamos un vacío, como si estuviéramos a la deriva
y las fuerzas de las tinieblas golpearan contra nuestro corazón, mente y
emociones.
Es muy
alentador que en el versículo dice a continuación: “el Espíritu de Dios se
movía”; Dios no abandona su creación, él mismo estaba allí y no estaba quieto.
La expresión “Se movía” es traducida del término hebreo “rakjáf” que traduce,
además: empollar, revolotear.
Al considerar
la condición inicial podríamos decir: “no hay nada que hacer, que todo está muy
mal” o “es imposible restaurar”, pero Dios está allí preparando y poniendo en orden
cada cosa; Dios haría una gloriosa obra: una hermosa tierra y reordenada, con
las mejores condiciones posibles; sería el hogar de su nueva creación: el hombre.
Luego podemos
ver que Dios habló: “Y dijo Dios”, de la boca del Señor ahora sale Su Palabra, esa
palabra que cambia, transforma y restaura todo lo que está mal y desordenado en
nuestras vidas. Esa palabra que corrige e ilumina nuestras decisiones, aquella
que nos da aliento y edifica; por eso, debemos amar y bendecir su palabra.
Finalmente
aparece la luz, es importante destacar que la luz del sol y de las estrellas fueron
creadas luego en el día cuarto, entonces se refiere a la luz de Dios mismo la
que resplandece.
Jesús dijo: “Yo
soy la luz del mundo”, esa es la luz que necesitamos en nuestro diario vivir,
ante esta luz el enemigo retrocede, esta es la luz que saca a los prisioneros
de la tristeza, aflicción y caos, es la luz que resplandeció para salvación de
los hombres.
Conclusión:
Dios envió a su único hijo para restaurar las cosas: No importa lo que haya
pasado, o en qué condiciones esté tu vida, éste es el momento para acercarse a Dios
y permitir que su orden, su palabra y su luz hagan su obra en nuestro corazón. (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
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