Nuestra provisión y protección vienen de Dios.

Nuestra provisión y protección vienen de Dios.

 

 

En el siglo primero, debido a la predicación del evangelio, el apóstol Juan es desterrado a la isa de Patmos; pero, allí Dios cuida de su siervo, tanto que lo visitó para darle una de las más grande revelaciones de la Sagrada Escritura, el Libro de Apocalipsis. 

Esto nos recuerda, que aunque el tiempo sea difícil, Dios nunca nos desamparará. Nos dice la Palabra de Dios en Apocalipsis 1:9 “Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús”. 

Aquí debemos considerar algunas cosas muy importantes: El caso del apóstol en relación a su edad, era un anciano cuando recibió la visita del Señor en la isla de Patmos. Tenía unos noventa años cuando recibió esta revelación de los tiempos finales (Apocalipsis). 

El apóstol Juan murió en la iglesia de Éfeso a la edad de noventa y seis años aproximadamente. Entonces, vemos que la disposición es más importante para el Señor, que la edad. Es muy interesante ver en la Biblia cómo Dios llamó a muchos siervos teniendo una edad avanzada. Recordemos, por ejemplo, que el Señor llamó a Moisés cuando tenía ochenta años de edad. 

Definitivamente el Señor no desecha nadie, él toma lo vil y menospreciado del mundo para avergonzar a los sabios, él toma a los débiles para avergonzar a los fuertes.

 

 

El Apóstol Juan estuvo en aquella isla dos años aproximadamente. Es una isla volcánica, sus árboles son pocos, es un terreno rocoso y con pocos cultivos en la actualidad. Aquellos eran tiempos de persecución contra la predicación de evangelio. 

Ante todas estas adversidades podemos ver que Dios tiene cuidado de su siervo, y lo visita dándole la mayor revelación que Juan había recibido en toda su vida, no era sólo para él, sino para toda la humanidad, hablamos del libro que revela los acontecimientos finales.   

Vemos pues que el Señor Jesús no descuidó a Juan, más bien lo cuidó en aquella isla, y allí lo visitó. Aunque el panorama sea difícil y áspero, recuerda que el Señor tiene sus ojos sobre ti, y cumplirá sus poderosos planes en tu vida.   

Dios es bueno y revela sus secretos a quienes le buscan, con razón nos dice Pablo en Efesios 3:3,5 “Es decir, el misterio que me dio a conocer por revelación como ya les escribí brevemente. Este misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos apóstoles y profetas de Dios”.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).

 

 

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