La misericordia triunfa sobre el juicio
La misericordia triunfa sobre el juicio
Nos dice la Biblia: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. Mateo: 5:7.
Para comprender el valor de la misericordia, es necesario que en primer lugar entendamos cual es nuestra condición delante de Dios. La condición del hombre pecador no redimido, delante de Dios, es similar aunque no igual, a una persona condenada a sentencia perpetua, cuya culpabilidad ha sido probada, sin lugar a dudas.
Así era nuestra condición delante del Señor, nosotros éramos culpables, por el pecado que había en nosotros, del cual no podíamos librarnos, ni escapar de la condenación que éste produce; más la buena noticia es que Dios en su misericordia nos dio una solución para ese grave problema, siempre y cuando sigamos a Cristo Jesús.
La misericordia de Dios para con nosotros.
El pecado trae como consecuencia la muerte, ya que separados de Dios es imposible tener vida, pues él es la vida. Es en esa circunstancia donde vemos la grandeza del amor y la misericordia de Dios para con nosotros.
Porque como dice en la Biblia, que cuando aún estábamos en enemistad con Dios, pues el pecado hacía separación entre nosotros y él, Cristo murió por nosotros, borró los pecados de nuestra alma, y nos volvió en amistad con nuestro Padre Dios, con razón dice en su Palabra, que la misericordia triunfa sobre el juicio.
Dicho de otra manera, la misericordia de Dios, se muestra para con nosotros, en que cuando no teníamos nada con que poder agradarle, ni siquiera podíamos invocarle, lejos de eso, lo que teníamos era una condenación eterna; él tuvo compasión y nos salvó.
Cristo
rompió las cadenas que nos ataban, nos libertó del poder del enemigo, nos hizo
libres, y para completar su obra nos adoptó como hijos suyos, dándonos un
nombre nuevo, y también nos ha dado herencia en su reino eterno, por medio de
su Hijo Jesucristo.
Mostrando misericordia unos con otros.
Así como nuestro Señor tiene misericordia de nosotros, espera que tengamos misericordia de los demás. La misericordia, la justicia y la piedad, son más agradables delante del Señor, que muchos sacrificios.
Nos dice Miqueas 6:6 “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?”. El versículo 8 dice: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y que pide Jehová de ti, solamente, hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.
Cuando hacemos un favor o cuando de alguna manera le ayudamos a nuestros hermanos o nuestro prójimo que lo necesita, demostramos el amor y la compasión que tiene Dios para el ser humano; y de lo que hemos recibido, de eso mismo damos, también lo que sembremos eso segaremos.
Nuestro Padre Dios, es tan poderoso que podría suplir las necesidades de cada persona sin la intervención humana, pero él ama la unidad, y quiere que seamos compasivos, que tengamos amor por los demás, y que perdonemos así como hemos sido perdonados por él.
Si nosotros tuviéramos la oportunidad de recibir en nuestro hogar físicamente a nuestro Señor Jesucristo, sin lugar a dudas, le daríamos lo mejor, lo más excelente que pudiéramos hacerlo; y sucede que en muchas ocasiones él ha tocado a nuestra puerta, o en algún otro lugar se nos ha presentado, y lo ha hecho a través de nuestro prójimo conocido o desconocido.
Cuando
nuestro Señor Jesucristo vuelva, traerá consigo la recompensa de lo que
hicimos, dice en su Palabra que el favor y el bien que hagamos a nuestro
prójimo es como si lo hiciéramos para el Señor.
La misericordia no tiene límites, pues el Señor nos manda que amemos aun a nuestros enemigos. Así como nosotros no merecíamos, el perdón de nuestros pecados, ni la salvación, no obstante, la misericordia de Dios nos alcanzó.
De igual modo, puede ser que a nuestro juicio, más de una persona que busque o necesite de nuestro favor, no se lo merezca, pero por la bondad y la gratitud que Dios ha producido en nuestro corazón, hemos de ayudarle con amor y compasión; sabiendo que somos imperfectos, y que todos somos capaces de caer en el mismo o en un error más grande; por lo tanto, démosle la mano al caído, para ayudarle a levantarse, y así mostraremos el amor de Dios.
Conclusión:
La
misericordia, es uno de los atributos de Dios, y consiste en la compasión que
el siente por nosotros. La misericordia nos hace perdonar al que nos ofende, y ayudarle cuando
lo necesite sin reprocharle por sus faltas cometidas.
Todos somos deudores para con Dios, pues, nos ha perdonado y nos ha quitado el castigo que merecíamos por nuestras rebeliones y desobediencias, y además nos ha dotado de abundantes bendiciones en los cielos y en la tierra, y todo por la gracia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amen. (Escrito por Yesenia Aguilar. Editado por Pastor Gonzalo Sanabria).
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Muy bonito el estudio Yesenia para recordarnos la importancia que le da Dios al amor al prójimo y a mantener la unidad.
ResponderBorrarGracias Sara, por tu comentario que me inspira a continuar. Dios siga bendiciendo tu vida y tu familia.
BorrarBellisima enseñanza sobre tener un corazón misericordioso, así como el Señor ha tenido misericordia de nosotros.
ResponderBorrarAmen, gracias, tus palabras me alientan para continuar. Dios te bendiga siempre Mayra. a ti y a tu familia.
Borrarhermosa enseñanza que debemos seguir en nuestra vida como hijos de DIOS aunque aun nos falta mucho.pero para DIOS no hay nada imposible y también nuestra disposición DIOS LES BENDIGA A TODOS MIS HERMANOS EN CRISTO JESÚS
ResponderBorrarAmen. Gloria a Dios por su hermoso comentario. Dios siga derramando bendiciones en su vida y en su familia.
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