El poder de los ojos de la fe

 Reflexión: El poder de los ojos de la fe

 

 

 

El diseño de Dios es maravilloso, y sin duda siempre será el mejor. El Señor nos creó de manera que nuestra vida está equipada con sentidos naturales que nos comunican con el mundo exterior y material, y nos permiten percibir, ver, sentir, oler, entre muchas otras cosas.   

También, la palabra de Dios nos enseña que Dios puso en nosotros espíritu, y éste tiene sentidos. Los sentidos del espíritu son los que nos permiten percibir y ver el poder, la gloria y las evidencias sobrenaturales del reino de Dios. No en vano el apóstol Pablo dijo: “Señor abre los ojos de nuestro entendimiento”, Efesios 1:18. 

También nos dice la misma Escritura, según palabras de Pablo que “andamos por fe, y no por vista”. Es la fe la que nos lleva a caminar en los senderos del poder de nuestro Dios. Es ésta fe la que agrada a Dios, es aquella que confía en su cuidado y poder, porque así está escrito, y fiel es el Señor para cumplir sus promesas.  

Estamos acostumbrados a lo largo de nuestra vida a “mirar o  ver” con nuestros ojos naturales, y quizá ante las dificultades nuestros sentidos naturales “ven” grandes problemas o inmensos obstáculos. También por esto, es que juzgamos las cosas por las apariencias. 

Sin embargo, la palabra de Dios nos enseña que los ojos de la fe logran ver el poder de Dios; y es por eso, que la Escritura nos dice que Moisés “se sostuvo como viendo al Invisible no temiendo la ira del rey de Egipto” (Carta a los Hebreos 11:27). ¿Cómo ver al Invisible Dios, sino es con los ojos de la fe? 

Por la fe en Dios y por creer en sus promesas, podemos ver su mano a nuestro favor. Es precisamente, con ésta fe y seguridad en Dios que podemos avanzar en el caminar cristiano, siguiendo al Señor y alcanzando las metas que ha trazado para nosotros. Los ojos de la fe ven el poder de Dios; mientras que los ojos naturales se concentran en el tamaño del obstáculo o dificultad del camino.  

Dios ha dispuesto para nosotros desafíos y obstáculos por superar, son oportunidades para crecer y desarrollar nuestra fe; él ha prometido su presencia y poder todos los días de nuestra vida. De este modo, podemos estar confiados en él y avanzar sin miedos y con toda la fuerza del caso. En Cristo somos más que vencedores.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).

 

 

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