El Señor Jesucristo camina contigo

Reflexión: El Señor Jesucristo camina contigo.

 

 

 

La palabra de Dios nos enseña en los evangelios que los discípulos del Señor Jesús enfrentaron varias tormentas en el Mar de Galilea. Situaciones que fueron usadas por el Maestro para enseñar sobre la fe. 

Por ejemplo, Marcos 4 nos dice que los discípulos del Señor Jesús habían atravesado el mar de Galilea en medio de una tormenta que ninguno de ellos esperaba ni pudo ver venir antes de embarcarse hacia la otra orilla. Debemos tener en cuenta que ellos pescadores y conocían muy bien aquel lugar.   

Literalmente, nos dice la palabra de Dios en el evangelio según San Marcos 4:39-41 que el Señor “Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: ‘Cálmate (Calla), sosiégate (enmudece)’ Y el viento se calmó, y sobrevino una gran paz. Entonces, el Señor les habló diciendo: ‘¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe?’ Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ‘¿Quién, pues, es este a quien aún el viento y el mar obedecen?”. 

Como podemos ver los discípulos emprendieron aquel viaje por dirección del Señor, y esta tormenta fue un gran obstáculo a superar en el camino a la región de Gadara. Su destino sería el lugar donde ocurriría uno de los grandes milagros en el ministerio del Maestro mientras estuvo en esta tierra. 

Ante estos grandes planes de Dios, no podemos ignorar las maquinaciones del enemigo. Las tinieblas procuraron estorbar la obra del Señor a través de aquella tormenta. Esto nos permite concluir entonces, que detrás de los obstáculos y de las tormentas de la vida hay grandes victorias y conquistas para la gloria de Dios.   

La palabra de Dios nos dice en San Marcos 5:1 que los discípulos “Llegaron al otro lado del mar, a la tierra de los Gadarenos”. Finalmente llegaron al destino que Dios les había preparado, y es que seguir al Señor Jesús y vivir para él implica la toma de decisiones firmes, y veremos que cuando lo hacemos, las más grandes bendiciones vendrán a nuestra vida.  

 

 

 

La barca en la que iban los discípulos y el Señor Jesús llegó al otro lado, y la palabra de Dios nos dice que el “endemoniado” que estaba allí fue liberado y restaurado por el poder del Señor Jesucristo. Por todo esto, no desmayes, ni renuncies, fortalécete en nuestro buen Dios y persevera, él tiene para ti las mejores bendiciones.    

La Escritura nos enseña que nuestro Señor Jesucristo vino a deshacer las obras del diablo, él es quien da libertad a los cautivos, con su poder rompe las ataduras y cadenas del diablo. 

No hay nada imposible para nuestro Dios, él ha prometido estar con nosotros todos los días. Aunque estés caminando en tiempos difíciles, como Israel por el desierto, recuerda que fue allí donde Dios hizo grandes, poderosos y muchos milagros; cuan más difícil sea el camino, mayor gloria de Dios veremos.    (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).

 

 

 

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