El gran mandamiento es amar a Dios
Sermón: El gran mandamiento es amar a Dios. Mateo 22:36-40.
Con mucha frecuencia hablamos y nos gusta escuchar acerca del amor de Dios hacia nosotros. Por amor envió a su Hijo Jesucristo a morir por nosotros en la cruz; y por amor tiene cuidado de nosotros todos los días.
Debemos también considerar, nuestro amor por Cristo, qué significa y cómo cuidar mi amor por Dios. De hecho, la Biblia nos enseña que el gran mandamiento es amar a Dios con todo nuestro ser.
Nos dice la Biblia en Mateo 22:36-40 “Maestro ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Por lo general, nosotros los seres humanos complicamos las cosas; pero, el Señor Jesús resumió toda la ley en el amor, pues por amor a Dios no lo desobedeceremos, y por amor no le haremos mal al prójimo. El amor de Dios regulando nuestra vida es fundamental.
A través de su palabra, Dios una y otra vez nos advierte sobre la importancia de mantener nuestro corazón despierto, avivado y apasionado por su presencia.
El mundo y sus afanes, las tentaciones y nuestro propio egoísmo, fácilmente nos enredan y nos apartan de la búsqueda de Dios, y es cuando el amor por el Señor se enfría. Jesús lo advirtió cuando dijo: “La maldad se multiplicará, y el amor de muchos se enfriará”.
La Biblia contiene muchas
enseñanzas al respecto, muchos descuidaron su amor por Dios. Por ejemplo, las
vírgenes insensatas que se durmieron, se quedaron sin aceite y se perdieron las
bodas del Señor; Israel cuando caía en idolatría con sus tristes resultados;
los reyes piadosos y bendecidos que un día se apartaron del Señor y su final
fue triste (Salomón, por ejemplo); Demas, de quien Pablo dijo: “Me ha
abandonado, amando más este mundo” (2 Timoteo 4:10), entre muchos otros
ejemplos.
La ausencia de amor en nuestros corazones nos hace severos y recios en el trato con los demás, nos impide tolerar y ser pacientes, además es mucho más difícil perdonar y pedir perdón. La falta de amor es un ambiente ideal para la desobediencia, pues Jesús dijo: “El que me ama mi palabra guardará”.
Es muy importante aquí, tener en cuenta también las palabras del Señor Jesús cuando dijo: “Separados de mí nada podéis hacer”, en Juan 15:5. Necesitamos buscar y depender de Cristo, pues en la presencia de Dios es donde hay plenitud de gozo y delicias a si diestra para siempre (Salmo 16:11). Debemos procurar y preservar el amor de Dios en nuestros corazones.
Ya que Dios es amor, debemos
ir a su presencia con humildad de corazón y pedir que nos llene de su amor y de
su Santo Espíritu, pues la Biblia misma nos dice: “El amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”
Romanos 5:5.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invito a leer: La poderosa intimidad con Dios
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Una gran verdad que nos invita a revisarnos si Dios es nuestra prioridad
ResponderBorrarEl Señor Jesús bendiga tu vida y tu familia. Muchas gracias por dejarnos tu valioso comentario, y por apoyar esta labor.
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