Nuestra confianza en Dios es fundamental

Sermón: Nuestra confianza en Dios es fundamental.

 

 

 

Cuando tomamos la decisión de confiar en Dios, esto provoca cambios en nuestra actitud y estilo de vida. Nuestra confianza en Dios es muy importante, ya que ella nos da la fuerza para enfrentar y superar los obstáculos del camino de la fe. La confianza en el Señor es determinante para avanzar en nuestra vida cristiana.   

De hecho, el confiar en las promesas del Señor y mantener la esperanza en la gloria de Dios, tiene un poder transformador. Leamos 1 Juan 3:2-3 

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”.    

En este pasaje bíblico, el apóstol Juan, por el Espíritu Santo, nos enseña que en la actualidad nos hallamos en la condición de hijos de Dios; pero a la expectativa de lo que hemos de ser, aspecto que se hará realidad cuando el Señor Jesús se manifieste, es decir, cuando la iglesia sea levantada en el arrebatamiento, y nos encontremos en el aire con el Señor. 

La Biblia nos dice aquí, que seremos semejantes al Cristo resucitado, recibiremos, como dijo el apóstol Pablo: “en un abrir y cerrar de ojos un cuerpo glorificado, incorruptible, celestial”, según la Carta a los Corintios capítulo quince. 

Hablamos entonces, de un cuerpo con la naturaleza misma del cielo para poder participar de él y de todos sus beneficios. Hablamos de un cuerpo que no se envejecerá, que no se enfermará, que no será afectado por la maldad ni el pecado, será un cuerpo semejante al cuerpo resucitado de nuestro Señor Jesucristo.

 

 

 

Ante esta verdad, y realidad que en poco tiempo será, la 1ª Carta de Juan 3:3 nos enseña que todo aquel que tenga esta esperanza en Cristo “se purifica a sí mismo”; es decir, todo hijo de Dios que crea esta verdad en su corazón realmente, vivirá de manera diferente en esta tierra, pues no quiere perderse los privilegios del cielo. Desde la tierra se prepara para su habitación celestial.   

De esta manera, podemos concluir que la revelación de las verdades del cielo, y la confianza nuestra en las palabras del Señor transforman nuestra manera de vivir en esta tierra.  

Debemos destacar, que el apóstol Pablo en la Epístola a Tito 2:13 habla de este asunto, y en la Nueva Versión Internacional literalmente traduce: “mientras aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.    

Entonces, la palabra de Dios nos enseña que esta confianza en la bienaventurada esperanza se revelará en nosotros en el momento de la manifestación gloriosa de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, es decir, cuando él venga por su iglesia.

 

   

 

En otras palabras, la bendita esperanza, es la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestro encuentro con él en las nubes, como también lo expresó el apóstol Pablo a los tesalonicenses:   

“Los muertos en Cristo resucitarán primero; luego los que vivimos seremos arrebatados con ellos para recibir al Señor en el aire, y estaremos siempre con el Señor”, según 1ª Carta a los Tesalonicenses 4:16-17.      

A la luz de estos textos de la Escritura, como cristianos somos llamados a poner nuestra esperanza y confianza en el Señor, en Aquel que es fiel y poderoso para cumplir todas sus promesas. Él es Aquel que nos ayuda y nos da fuerzas para superar toda adversidad y dificultad.   

Nuestra confianza en Dios es fundamental, nuestra esperanza en su venida y en nuestro encuentro con él determina nuestra visión de vida en esta tierra. Por eso, debemos poner nuestra mirada en las cosas eternas, y esto fortalecerá nuestro caminar en esta tierra.

 

 

 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 

SUSCRÍBETE GRATIS y recibe nuestras actualizaciones en tu e-mail, HAZ CLICK AQUÍ 

.

Comentarios

Entradas Destacadas

LOS NUEVE DONES DEL ESPÍRITU SANTO

Sermones para predicar

LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO Y SU SIGNIFICADO