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Como superar nuestras dificultades

Sermón: Cómo superar nuestras dificultades.

 

 

 

La Biblia nos enseña que hasta los más grandes hombres de Dios tuvieron que luchar contra diferentes adversidades y obstáculos, pero confiaron en el poder del Señor, vivieron poderosos milagros y victorias, ellos pudieron superar sus dificultades. Dios no cambia, y él sigue ayudándonos a superar nuestras dificultades y toda oposición del enemigo.     

Podemos superar nuestras dificultades con la perspectiva correcta.

Nunca Pablo negó la realidad de los problemas y de las dificultades, aunque estemos en el camino del Señor. De hecho, él vivió por predicar el evangelio: persecuciones, oposición, traiciones, naufragios, peligros, encarcelamientos y finalmente la muerte. 

Pero, era mucho más consciente de la perfecta voluntad de Dios en su vida, y conocedor de que las aflicciones presentes no son comparables con la gloria venidera. Sus ojos estaban puestos en Cristo, y en el galardón.     

Cuando Pablo escribe la Carta a los Filipenses, estaba encarcelado en Roma por servir al Señor Jesucristo: Filipenses 1:12-14 

“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor”. 

El apóstol Pablo, no estaba allí por ningún delito, sino por predicar a Cristo. Al parecer, algunos hermanos estaban desanimados por eso; pero, Pablo les enseña que esto ha resultado en bendición, ya que él estaba evangelizando a los soldados romanos, y los hermanos afuera inspirados por el ejemplo de Pablo predicaban con mayor pasión.    

No podemos negar la realidad de los problemas y las dificultades; pero, debemos verlos como oportunidades donde Dios quiere manifestar su poder y gloria.  

Es muy importante, tener en cuenta que Dios desea enseñarnos en todas las situaciones de nuestra vida; a veces los problemas ciegan nuestra visión, porque permitimos que éstos aflijan nuestro corazón, asunto que impide ver a Dios todopoderoso. 

En este caso en particular, la dificultad era la cárcel; pero, pueden ser dificultades con los hijos, con las finanzas, en el matrimonio, en el servicio a Dios, etc; pero de todas ellas nos puede librar el Señor.      

 

 

 

La oración es muy importante para superar nuestras dificultades.

Filipenses 1:3-5. 

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora”. 

Aunque su lugar era una celda y aquella cárcel, el apóstol Pablo no abandonó ni renunció a su vida de oración. Por el contrario, oraba por los hermanos de la iglesia, y a su vez ellos oraban por él: Filipenses 1:19 “Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación”. 

Con cierta frecuencia, las dificultades terminan afectando nuestra comunión con el Señor, quizá porque permitimos que el stress o la ansiedad generen en nosotros preguntas incorrectas, como “¿Por qué Dios no me responde rápido?”; o tal vez, y de manera equivocada concluimos: “Dios no me escucha”. 

O quizá porque terminamos creyendo mentiras de satanás como: “Eres indigno de las bendiciones de Dios”, o “Esto es lo que te mereces, Dios te está castigando”, entre muchas otras cosas. Argumentos inspirados por las tinieblas para derribar la vida de oración. 

Pero, el apóstol Pablo nos enseña con su ejemplo, que es en estos tiempos cuando debemos hablar más con el Señor, leer su palabra y nutrir nuestra fe. 

La Biblia contiene muchos ejemplos, de hombres de Dios que vivieron momentos  muy difíciles, pero la oración y fe en Dios, fueron sus armas para vencer. Igual acontece con nosotros hoy, confiemos en Dios y no abandonemos nuestro clamor, el Señor se manifestará con su gloria y poder a nuestro favor.  

 

 

 

El gozo de Dios nos capacita para superar nuestras dificultades. Filipenses 4:4.  

“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: Regocijaos”. 

Es muy importante recordar aquí, que la Biblia nos dice: “El gozo del Señor es nuestra fortaleza”. Entonces, el apóstol Pablo se fortalecía en el gozo de Dios, y era de tal manera esto en él, que podía animar a los que estaban libres. 

El hecho de que Pablo esté en la cárcel y anime a los que están afuera, nos enseña que el gozo del cristiano no está sujeto a las circunstancias que lo rodean, sino a Dios mismo; porque tu vida no está determinada por tus difíciles circunstancias, sino el poder de Dios a tu favor.   

El apóstol Pablo está animando a la iglesia desde la cárcel, diciéndoles: “regocijaos en el Señor, siempre”, y la palabra “siempre” nos indica que independientemente de las circunstancias, tu gozo está en el Señor, y esto transforma tu actitud ante las dificultades. 

Es muy interesante, observar que el apóstol no se lamenta, ni tiene lastima de sí mismo, ni cae en la tristeza ni en la autocondenación. Entonces, el gozo de Dios es un escudo contra la depresión y sentimientos mal sanos, que afectan nuestra salud espiritual, emocional y física.     

La confianza en Dios nos ayuda a superar nuestras dificultades. 

a) Acude a Cristo para todas tus necesidades. Filipenses 4:6. 

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. 

A lo largo de la Biblia, el Señor nos anima e instruye para ir a su presencia y pedirle todo lo que necesitamos. El mismo Señor Jesús nos enseña en los evangelios diciendo: “Pedid y se os dará, llamad y se os abrirá, buscad y hallareis”.    

Dios es nuestro Padre, y podemos con confianza acercarnos a él y contarle lo que estamos viviendo, y las necesidades que tenemos; y él poderoso y misericordioso nos responderá.

 

   

 

b) Cree y recibe la sobrenatural paz de Dios. Filipenses 4:7. 

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo”. 

Habla con Dios presentándole tus necesidades con sencillez de corazón y con toda sinceridad. No tengas vergüenza de hablarle a Dios sobre tus batallas, debilidades y temores, él es fiel y bondadoso, él nos comprende y ayuda siempre. 

Cuando depositamos en las manos del Señor nuestras necesidades y dificultades, no sólo tendremos la certeza de su respuesta, sino que en el momento mismo de Dios vendrá a nuestra vida su paz. 

La palabra “guardará” aquí se traduce del término griego “froureo” que significa además: montar guardia militar, poner espías en las puertas, protección.   

Entonces, la paz de Dios superior a nuestro entendimiento, protegerá nuestros corazones y nuestros pensamientos, ya no seremos víctimas de los dardos del diablo, la paz de Dios será un escudo a nuestro alrededor, la paz de Dios será como un cerco militar que nos protege, y tendremos la seguridad de la repuesta poderosa de nuestro Señor Jesucristo.   

(Te invito a leer: Nada es imposible para nuestro Dios).      

c) Cuida y alimenta tu mente correctamente. Filipenses 4:8.         

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. 

Nuestra mente es como un almacén, se llena de aquello que llevamos allí, y luego esa será nuestra despensa o lugar de provisiones. La Biblia nos dice: “Según el pensamiento del hombre, tal es él”. Entonces, nuestros pensamientos terminan determinando nuestro estilo de vida. 

Por eso, el apóstol Pablo y por el Espíritu Santo, nos enseña: “Piensa en todo lo bueno, en todo lo que es de buen nombre y que sea digno de alabanza”. 

Después de la Biblia, lee un buen libro cristiano, desarrolla conversaciones que te edifiquen, y no conversaciones que corrompen las buenas costumbres, establece amistades que promuevan tu crecimiento y no las que derriben o cuestionen tu fe. Guarda tu mente en Cristo Jesús.      

Reflexión final: Como hemos visto, podemos superar nuestras dificultades confiando en el Señor Jesús, llenando nuestro corazón de la paz de Dios, edificando nuestra mente correctamente, y permitiendo que Dios haga en nosotros su buena voluntad, él siempre nos llevará al mejor destino. 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 

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3 Comments:

  1. Q el Señor nos dé sabiduría y también valentía para apartar de nosotros todo aquello q no nos edifique y promueva nuestro crecimiento espiritual.

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  2. Que hermosa y preciosa palabra que Dios puso en usted par bendecir. Muchas bendiciones en Cristo Jesús nuestro Salvador.

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    1. Dios bendiga tu vida y toda tu familia. Muchas gracias por dejarnos tu valioso comentario.

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