Quien busca a Cristo, no será decepcionado

Sermón: Quien busca a Cristo, no será decepcionado.

 

 

 

1) En todo tiempo Dios está con nosotros. 

En ciertos momentos de nuestra vida nos podemos encontrar frente a un camino sin salida, y como los problemas no distinguen clase social, llegan a todos; pero, confiar en Dios siempre será la mejor opción. 

La palabra de Dios nos enseña, por ejemplo, que en cierta ocasión el apóstol Pablo, estaba encarcelado por la fe en Jesús, y él tomó una decisión: buscar a Dios y alabar su nombre en medio de la adversidad. 

La Biblia nos dice que el Señor envió su ángel, y de manera sobrenatural lo sacó de la cárcel donde estaba. Dios es Salvador Todopoderoso en todos los momentos de nuestra vida, él es Salvador por excelencia, y quien confía en él no será avergonzado.   

2) El Señor Jesús no rechaza a nadie. 

Nos dice la palabra de Dios en el Evangelio según San Lucas 6:17 “Descendió con ellos y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón que había venido para oírlo, y para ser curados de todas sus enfermedades”.   

Este pasaje bíblico nos enseña que nuestro Señor Jesucristo no hace acepción de personas, él no excluye a nadie. El Señor Jesús dejó su gloria por amor a una humanidad perdida, él dio su vida por todos sin excepción alguna. 

Jesucristo murió por todos, ricos y pobres, blancos y negros, ancianos y niños, débiles y poderosos, él derramó su preciosa sangre por todas las personas, sin ninguna distinción, todo lo hizo por amor.

 

 

 

3) La comunión con Dios es fundamental.      

En este mismo capítulo, Lucas 6:12, se nos dice que el Señor Jesús había pasado la noche en oración en el monte. Este era un monte de Galilea al norte de Israel. 

En la presencia de Su Padre celestial y escuchando Su Voz, había estado el Señor durante varias horas. De esta manera, nos da ejemplo y enfatiza la importancia de mantener y fortalecer nuestra vida de comunión con Dios. Nuestra oración es muy valiosa, y no debemos descuidarla.    

El pasaje de Lucas 6:17, nos añade diciendo: “descendió”, el Señor Jesús no se quedó en el monte, él descendió y escogió un lugar para enseñar Su palabra y ministrar a una multitud necesitada (por eso dice que “se detuvo en un lugar llano”). 

El Señor escoge el tiempo y lugar donde nos enseña, aunque algunas veces no nos guste el momento, ni el escenario; pero él sabe muy bien lo que hace.

 

  

 

4) Jesús atiende a quien le busca. 

En el pasaje bíblico de hoy, podemos ver que el Maestro atendió a la multitud que le buscaba. Por eso, nos dice: “una gran multitud” de Judea (toda la región alrededor de Jerusalén), de la ciudad de Jerusalén (capital de Israel y ubicada al sur del país) y de Tiro y Sidón (ciudades puertos de Fenicia, país al norte vecino de Israel). Venían muchos, y de lejanos lugares. 

Debemos destacar, que ellos no eran todos eran judíos, muchos eran de la capital religiosa del país (Jerusalén), y que venían de realizar un viaje largo (los de Jerusalén 130 kilómetros, y los de Sidón 70 kilómetros, para aquellos tiempos era un viaje de varios días).   

El pasaje de la Biblia nos dice que: “Venían para oírle” y “para ser sanados”, su gran anhelo era escuchar aquellas palabras de Jesús, pues éste era un mensaje diferente, alentador, salvador, sincero y acompañado de la vida del Espíritu de Dios, ellos procuraban el poder del Señor Jesús cambiando sus vidas.   

Aquellas personas habían viajado desde lugares distantes, seguramente estaban cansados; pero, el Señor Jesús no fue ajeno a su esfuerzo y fe, él los recompensó con su palabra, con su poder y con sus milagros.    

Conclusión: En nuestro buen Dios no hay acepción de personas, el Señor Jesús atiende a quien le busca. Cristo está presto para ayudar y socorrer a todo aquel que le busca y clama su misericordia. Todo aquel que busca a Dios nunca será avergonzado.

 

 

 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. 

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