El poder de la adoración | Estudios y Sermones El poder de la adoración - Estudios y Sermones

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El poder de la adoración

Sermón: El poder de la adoración.  

 

 

 

1) La adoración revela el grado de revelación que tenemos de Dios.         

Sin lugar a dudas, una actitud correcta es comienzo de la verdadera adoración. Nos dice la Biblia en el Libro de Apocalipsis 1:9-11 

“Yo Juan, vuestro hermano, y coparticipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: 

Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: A Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea”. 

Como leemos en este pasaje bíblico el apóstol Juan había sido desterrado a la isla de Patmos por predicar el evangelio. Esta pequeña isla era usada como penitenciaría por el imperio de Roma, era un terreno desértico y rocoso, sin arroyos de agua, sin árboles, ni tierra fértil, excepto por algunas pequeñas y pobres parcelas. 

En aquel difícil lugar, Juan estaba en adoración y en el Espíritu, escucha la voz del Señor Jesucristo, enseñándonos que a veces Dios tiene para nosotros las más grandes y ricas enseñanzas en los lugares menos hermosos y más pequeños, según nuestra propia opinión. Esto es parte del poder de la adoración.    

Debemos resaltar que el apóstol Juan estaba en el Espíritu; recordemos que el apóstol Pablo nos enseña que: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para aquellos que le aman. Y nos las reveló a nosotros por el Espíritu Santo, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”, según la Primera Carta a los Corintios.   

Es muy importante tener en cuenta que la adoración es alimentada por la revelación de Dios a nuestra vida. Esto lo vemos en este caso, pues éste libro se llama “Apocalipsis”, en honor a su esencia: la revelación, pues la palabra griega con el que comienza el libro (capítulo 1:1) es “apokalupsis” término que significa: revelación o “desvelación” en el sentido de quitar el velo.    

La Biblia nos enseña que el apóstol Juan estaba adorando a Dios, motivado por la revelación que del Señor tenía, pero ahora Juan va a recibir nuevas y grandes revelaciones del Señor, como ningún otro ser humano, revelaciones como las siguientes condensadas en el Libro de Apocalipsis:  

La revelación del Señor Jesucristo resucitado, capítulo uno.

La revelación de las siete iglesias que estaban en Asia, capítulos dos y tres.

La revelación de la adoración en el cielo, capítulos cuatro y cinco.

La revelación de los juicios que han de venir sobre la tierra, capítulos seis al diecinueve.

La revelación de los últimos acontecimientos, capítulos veinte al veintidós. 

Como podemos ver entonces, la adoración nos lleva a tener mayores niveles de revelación de Dios. Recordemos que el Señor Jesús dijo: “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”, es pues la vida eterna un continuo y apasionado conocer los secretos y misterios de Dios; es la esencia del poder de la adoración.     

 

 

 

2) La adoración nos acerca a Dios y restaura nuestro ser.  

Como nos enseña la Biblia en Apocalipsis 4:1, la adoración nos conduce a la presencia de Dios: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.   

También podemos ver que la adoración provoca apertura del cielo sobre la tierra. Nos dice el pasaje bíblico: “he aquí una puerta abierta en el cielo”, podemos recordar que cuando el Señor Jesús se bautizó dice la Escritura: 

“Y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él”, recordemos también que en tiempos del profeta Elías el cielo fue cerrado por tres años y medio y no hubo lluvia, y luego Elías oró y el cielo envió la lluvia. 

Además, debemos tener presente que la Biblia nos dice en el libro del profeta Malaquías: “abriré las ventanas de los cielos y derramaré bendición hasta que sobreabunde”, la adoración prepara el ambiente para que su presencia se manifieste y cuando eso sucede cualquier cosa puede suceder. Entre otras cosas, el poder de la adoración provoca apertura celestial. 

Al ver lo sucedido en esta primera parte del Libro de Apocalipsis, se puede observar que la apertura de los cielos permite escuchar la voz de Dios y se conocen los secretos y diseños divinos, por eso leemos expresiones como: “la voz que oí, dijo”, y “sube, te mostraré las cosas que sucederán”.    

A través de la adoración somos conducidos ante el trono de Dios, por eso nos dice Apocalipsis 4:2-3 “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda”.    

Debemos destacar en este pasaje, como de nuevo se presenta la obra del Espíritu Santo: “estaba en el Espíritu”, el Espíritu Santo nos conduce al trono, nos hace mucho más conscientes de las cosas eternas, es por eso que el apóstol Pablo dijo: “si, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”, según la Carta a los Colosenses 3:1.

 

 

 

3) Es para el Cordero de Dios la adoración. 

Nos dice la palabra de Dios en Apocalipsis 5:6-8 “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, con siete cuernos y siete ojos... Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono… Entonces, los seres vivientes y loa ancianos se postraron, tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso…”.       

Como podemos ver, el Señor Jesucristo recibe toda la adoración; y hay aquí muchas cosas muy importantes, con gran significado, que debemos destacar aquí: 

Cuatro seres vivientes, son seres angelicales.

Los veinticuatro ancianos, representan las 12 tribus (Antiguo Testamento) y los 12 apóstoles (Nuevo Testamento).

Un Cordero inmolado, esto nos habla del sacrificio de Cristo.

Se destaca el número siete, los siete cuernos, los siete ojos, los siete espíritus de Dios. En la Biblia el número siete indica lo completo; los cuernos: poder; y los ojos: el saber total de Dios.   

El libro nos habla del registro de todos los juicios finales.   

Las arpas nos recuerdan los instrumentos de adoración; también la Biblia menciona: trompetas, flautas en el cielo.

Las copas de roro son recipientes divinos; y el incienso, era quemado en el oficio sacerdotal (en esta caso asociado a la oración e intercesión del pueblo de Dios). 

4) Todos los redimidos por la sangre del Cordero debemos dar adoración al Señor. 

La palabra de Dios nos dice en Apocalipsis 5:9-10 “Y cantaban un nuevo cántico diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. 

Debemos destacar la expresión: “y cantaban u nuevo cántico”, precisamente es nuevo porque nadie más lo ha cantado y en ningún otro momento se ha hecho. 

Esto es muy interesante, pues la palabra de Dios nos enseña que debemos cantarle cántico nuevo al Señor, por ejemplo nos dice el Libro del profeta Isaías 42:10 “Cantad a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra”, y también varios pasajes en el Libro de los Salmos se nos invita a hacerlo: Salmos 33:3, 40:3, 96:1 “Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la tierra”, 98:1, 149:1 “Cantad a Jehová cántico nuevo, su alabanza sea en la congregación de los santos”.       

También a la luz de este pasaje bíblico, se nos presenta por lo menos dos motivos para adorar a nuestro Señor Jesucristo: 

“Con tu sangre nos has redimido” y “nos ha hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios”, entonces, él nos ha hecho participes de su reinado, de su gobierno, de su naturaleza y de sus privilegios. Cosas que conocemos en la medida en que crecemos en el poder de la adoración.  

 

 

 

Reflexión final: El Señor, como dice la Biblia, Dios está buscando adoradores, corazones con un profundo anhelo por la presencia de Dios, y él responderá manifestándose en la intimidad de aquella adoración, los cielos se abrirán y el Espíritu Santo vendrá sobre de manera muy especial, la voz de Dios se hará escuchar y serán conocidos muchos secretos y diseños para la gloria del Señor en toda su creación. 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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2 Comments:

  1. Juan 4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

    Muchas gracias pastor por su precioso trabajo

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