Dios es nuestro protector

Sermón: Dios es nuestro protector.

 

 

 

Son reales las crisis y las dificultades, pero siempre será más grande el poder de Dios, nuestro protector. Podemos estar confiados en el Señor, el poder de su amor es real, personal y está por encima de todas las adversidades y enemigos, ciertamente, Dios es nuestro protector ayer, hoy y siempre.   

Ante la dificultad y ante la adversidad, a veces nos cuesta trabajo confiar en el cuidado de Dios; sin embargo, debemos mantener presente que en esencia él es amor, y por tanto, tiene cuidado de sus hijos. Dios es fiel y no miente, sus promesas se cumplen tal y como lo ha dicho. Nunca faltará la protección de Dios sobre sus hijos. 

La palabra de Dios nos dice en el Primer Libro de los Reyes 17:8-9 “Vino después a Elías palabra de Dios, diciendo: Levántate y vete a Sarepta de Sidón, y morarás allí; pues yo he dado orden allí a una mujer viuda para que te alimente y sustente”.   

Aquellos eran tiempos de sequía en la tierra de Israel, como resultado de la idolatría en el pueblo hebreo. Pero, como podemos ver el Señor no desamparó a su siervo el profeta Elías, y de igual modo, hoy sigue Dios siendo nuestro protector y proveedor. 

El profeta Elías confió en Dios. A lo largo de la Biblia podemos observar que la perseverancia es una evidencia de la fe. Podemos ver aquí la perseverancia del profeta Elías, pues él no renunció a servir a Dios cuando el arroyo de Querit se secó (aquello representa eso un tiempo de dificultad).  

Tampoco Elías renunció en Sarepta de Sidón (escenario que indica el lugar dónde somos formados por el Señor), así como tampoco renunció durante los tres años y medio de sequía en Israel (este tiempo representa un período de escasez y adversidad).   

La fe de los seres humanos debe ir mucho más allá de las palabras. El profeta Elías perseveró en medio de aquella adversidad, ante la prueba y la escasez, y aquella perseverancia, puso en evidencia su fe en el cuidado de Dios.  

 

 

 

Desde el punto de vista natural y humano, era casi imposible que “una mujer viuda”, y por tanto sola, sin ninguna herencia, y enfrentando aquel gran tiempo de sequía (escasez), pudiese sostener y alimentar al profeta Elías. 

Tal vez, si el destino escogido hubiese sido un poderoso hacendado, o tal vez el dueño de muchas barcas pesqueras fenicias, entre otras opciones; pero, ¿una viuda? Es la fe en Dios la que ve y vive lo sobrenatural, es precisamente ésta la fe que nos hace avanzar, y estar confiados y seguros de que Dios es nuestro protector y proveedor.  

Cada adversidad nos ayuda a crecer en la fe, y a madurar en el carácter de Cristo en nosotros. El Señor Jesús desea llevarnos a nuevos niveles de confianza en él, quiere usarnos como instrumentos de bendición para muchas personas; Dios requiere de sus hijos obediencia, fe en él y por tanto perseverancia. Es el enemigo de nuestras almas el que busca entorpecer nuestro camino, pero es Dios nuestro protector.    

Siempre debemos tener presente: El Señor Jesús no es ajeno, ni es indiferente a nuestras necesidades ni conflictos, Dios tiene cuidado de sus hijos. El Señor ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y en su palabra debemos estar confiados.

 

 

 

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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