Jesucristo restaura nuestra vida y nuestras fuerzas

Sermón: Jesucristo restaura nuestra vida y nuestras fuerzas.  

 

 

 

La palabra de Dios nos advierte y previene acerca de los ataques espirituales del diablo, y por eso no podemos ignorar que el enemigo de nuestras almas procura por todos los medios posibles detener o destruir los propósitos de Dios en cada una de nuestras vidas.  

Utiliza el engaño, el desánimo, la duda, y también el sentimiento de culpa, el cual es una de sus armas preferidas. Éste sentimiento mal sano es usado por el reino de las tinieblas para generar angustia, miedo y frustración.    

La palabra de Dios nos enseña en la Carta a los Romanos 3:24-25 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados”.  

Podemos tropezar en el caminar de la fe, y cuando esto sucede debemos acudir a Jesucristo nuestro Señor para hallar en él perdón, restauración y nuevas fuerzas para avanzar y vencer toda adversidad.    

El enemigo utiliza este tipo de situaciones para genera aflicción, y el sentimiento de culpa surge por no creer y confiar en el poder pleno de la sangre del Cordero de Dios (Jesucristo nuestro Señor) cuando le pedimos perdón a él, y por no perdonarnos a nosotros mismos. Con cierta frecuencia las personas se lastiman a sí mismas.   

Este sentimiento de culpa, no solucionado, se convierte en una emoción o sentimiento mal sano, que afecta al creyente y al propósito de Dios en su vida. Mientras el diablo logré mantener a una persona bajo un manto de culpa y tristeza, ésta no podrá avanzar.  

Ante el arrepentimiento, la fe en Dios y en su obra recibe el perdón divino y restaura su comunión con el Señor. Entonces, no se trata de ti, es Dios a través de ti, no se trata de lo que puedes lograr, sino de cuanto el Señor puede hacer a través de tu vida.   

 

 

 

La palabra de Dios es clara, y nos enseña que es la sangre de Jesucristo la que nos limpia de todo pecado, no importa su tamaño ni su nombre, el poder de la sangre de Cristo nos limpia de toda maldad, sólo requiere Dios un corazón sincero y humilde.  

Jesucristo nos ha librado de todo juicio venidero, y su poder y amor restaura al caído, por supuesto, con la enseñanza y corrección necesaria para seguir adelante en madurez y crecimiento espiritual.   

Seguramente, en el caminar de fe en Cristo hemos cometido errores y desobedecido al Señor, tal vez hemos pecado, pero es el momento de arrepentirnos de corazón, aceptar y recibir por la fe el perdón en Cristo, y creer en el poder de Dios para llegar a la meta que ha trazado para nuestra vida.   

Ten presente: “y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” 1 Juan 1:7. En Cristo Jesús siempre está la solución y respuesta.

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Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

Te invito a leer: Confía en Dios aunque los tiempos sean difíciles.

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