Preserva tu corazón de todo mal
Sin duda alguna, las malas emociones generan pésimos resultados. Cuando permitimos que las raíces del resentimiento y la amargura se afiancen en nuestro corazón actuarán como veneno mortal que destruye el amor y afecta la comunión con Dios. Por eso el Señor nos manda a perdonar y a caminar en amor y tolerancia...
Génesis 4:8-12 “Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo... y allí lo mató. Y Jehová dijo a Caín ¿dónde está tu hermano Abel?... y Dios le dijo ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí... maldito seas tú de la tierra... cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra”.
1) En primer lugar recordemos que Caín y Abel trajeron ofrendas a Dios, pero el Señor miró con agrado la ofrenda de Abel (porque la hizo de acuerdo a la voluntad de Dios) y no miró con agrado la ofrenda de Caín, quien se llenó de resentimiento y odio hacia su hernano.
No podemos saber por cuanto tiempo Caín
planeó el homicidio de Abel, el hecho es que mediante el engaño llevó a su
hermano al campo y allí lo mató. Vemos pues que cuando el enojo o la ira no se
sacan del alma, echan unas raíces poderosas que envenenan el corazón hasta
llevarlo a la muerte y al dolor.
Cuidado, pues emociones como la ira, la envidia, el
resentimiento, los deseos de venganza, la depresión, etc, son elementos dañinos
que destruyen la salud espiritual, emocional y física de la persona. Estas
cosas abren la puerta que permiten a los demonios de muerte venir y destruir.
Lo vemos de manera palpable en este ejemplo de Caín.
2) En segundo lugar vemos que nuevamente Dios viene a Caín (ya le había advertido para que no hiciera lo malo), y en
esta ocasión viene para confrontarlo con su maldad, Caín impulsado por su
soberbia no rinde honor y reverencia a Dios, más bien le responde con
indiferencia y menosprecio al Señor.
Como podemos ver en el versículo diez Dios dice a Caín: “La voz de la sangre de tu hermano clama
a mí desde la tierra”. Todo homicidio aunque haya sucedido en la parte más
oscura y lejana, es conocido por Dios y por su diestra será juzgado, sólo se libra la persona cuando existe un verdadero arrepentimiento.
La Biblia nos muestra en los versículos once y doce los trágicos resultados de no
poner freno a la ira y de no renunciar a todo deseo de venganza y justicia propia.
3) En tercer lugar el Señor dice: “maldito
seas de la tierra”, la palabra “maldición” es lo opuesto a la bendición, y el
poder de la maldición no está en las palabras mencionadas como maldición, sino
en la persona que las dice.
Maldición no sólo es la ausencia de toda bendición,
sino la llegada de todo acontecer funesto y trágico. Es un escenario de fracaso y ruina.
4) En cuarto lugar en el versículo
doce Dios establece que Caín trabajará la tierra y no recibirá de ella el fruto
de su trabajo, es decir invertirá mucha fuerza y gran trabajo arando la tierra
y cuidando las plantas, pero sus cosechas serán pequeñas y escasas (será
entonces una vida difícil, escasa y estéril).
Es muy interesante ver que la
maldición viene precisamente sobre la principal habilidad que Caín tenía, la
agricultura, lo que nos recuerda que no importa cuánto talento o dones
tengamos, si no está la bendición de Dios, no importa la experiencia o recursos
humanos sencillamente la bendición no fluirá.
5) En quinto lugar Dios le dice a Caín:
“serás errante y extranjero en la tierra”. Aquí podemos pensar que él viviría
sin tener lugar fijo, andaría de lugar en lugar con todo lo que esto implica,
además de enfrentarse con las dificultades propias de ser extranjero en todos
aquellos lugares a donde llegaría (pero vemos más adelante que él se estableció
y vivió en la tierra de Nod, esto nos indicaría entonces que Caín vivió en un
continuo desasosiego y sin andar el camino de Dios, fue una vida sin identidad,
a pesar de haber conocido al Señor).
Más bien la Escritura nos enseña
que todo aquel que busca a Dios, que vive según su consejo y camina a la luz de
su palabra “será bendito en su entrar y en su salir, bendito será en el campo y
en la ciudad, bendito será el fruto de su vientre, bendita será su canasta, y
bendito será el fruto de su tierra y de sus ganados, etc”. Es decir, la cosecha será la bendición de Dios en todo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria A.
"Bienaventurado el varón que en la ley de Jehová está su delicia, y en ella medita de día y de noche" Salmo 1:1-2.
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