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Los dos testigos según Apocalipsis 11

Estudio bíblico: Los dos testigos Apocalipsis 11
Los dos testigos, Apocalipsis 11
(Los dos testigos, Apocalipsis 11). Este es un acontecimiento para el tiempo venidero, pero hoy día nos enseña muchas cosas. En esta porción de las Sagradas Escrituras vemos que en los tiempos finales Dios permite que sus siervos sean derrotados por la bestia, sus cadáveres serán exhibidos por varios días. Pero al final el Señor mostrará su poder y soberanía y los habitantes de la tierra se llenarán de temor y glorificarán su nombre... 

1)  El templo es medido, Apocalipsis 11:1-2.

“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara para medir, y se me dijo: Levántate,  y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses". 

Este texto hace alusión al tiempo de los gentiles, tiempo en el que Dios permite que Jerusalén sea pisoteada por éstos. Recordemos que la Gran Tribulación está dividida en dos partes y aquí se hace referencia a la segunda parte, estos son los segundos cuarenta y dos meses (tres años y medio, último tiempo del anticristo en la tierra).

Juan nos habla de una caña para medir el templo (el que existirá en Jerusalén durante la gran tribulación), el altar y a los que adoran en él. Las mediciones en la Biblia hacen referencia a algún asunto que Dios está tratando con Israel.      

El altar es el del incienso, también llamado altar de oro, pues el patio se excluye en esta medición (el altar de bronce quedaba en el patio). Es interesante que Juan también debe medir a aquellas personas que adoran en el altar.  

(Te invito a leer: Dios siempre te ayudará.).


2)  Características y poder de los dos testigos. Apocalipsis 11:3-6.

“Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio... estos testigos son los dos olivos y los dos candeleros... Si alguno quiere dañarlos,  sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos, y si alguno quiere hacerles daño,  debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tiene poder sobre las aguas para convertirlas en sangre,  y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran". 

Estos dos testigos están revestidos del poder y autoridad de Dios para predicar el mensaje de juicio y salvación en aquel tiempo final (segunda mitad de la gran tribulación). Son ellos dos profetas (pues “profetizan” y “están vestidos de cilicio” vestido característico de los profetas del Antiguo Testamento, vestido que indica dolor y luto), proclamarán el mensaje de Dios por tres años y medio.  

A partir del versículo cuatro se nos describen su poder y características:

“Los dos olivos” indicando que estarán llenos del poder del Espíritu Santo.

“Los dos candeleros” ellos resplandecerán por el testimonio y gloria de Dios delegada en ellos. 

“fuego sale de sus bocas… pueden cerrar el cielo (sequías), convertir las aguas en sangre y herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran”.

Estas últimas señales que les acompañan son similares a las que acompañaron el ministerio de Elías y Moisés. Por eso  muchos intérpretes de la Biblia enseñan que estos dos testigos son Moisés y Elías. Otros dicen que serán Elías y Enoc, porque ellos dos no murieron, sino que fueron arrebatados vivos al cielo.  

En cuanto a Moisés también la Biblia dice que su muerte estuvo rodeada de sucesos especiales, por ejemplo Deuteronomio 34:5-7 nos enseña que Dios mismo lo sepultó y nadie sabe dónde está su sepultura hasta hoy. Además hubo una disputa entre el arcángel Miguel y el diablo por el cuerpo de Moisés, según Judas 9.

Debemos además tener en cuenta que cuando el Señor Jesús experimentó la transfiguración fueron estos dos, Moisés y Elías, quienes se le aparecieron al Señor y hablaban con él de su partida.

Moisés fue usado por Dios para convertir las aguas del Nilo en sangre, y hacer caer las plagas sobre Egipto, mientras que en el caso de Elías fue llamado el profeta de fuego (fuego en el Monte Carmelo al derrotar a los profetas de Jezabel y fuego sobre los soldados del rey que lo iban a llamar, 2 reyes 1), además fue usado por Dios para cerrar los cielos de Israel.

Es probable es que estos dos testigos sean Elías y Moisés, aún así no podemos afirmarlo porque la misma Escritura tampoco nos lo enseña. Lo cierto es que serán dos hombres ungidos por el poder de Dios y cumplirán aquella misión especial para Dios en la tierra.    

3)  La muerte de los dos testigos. Apocalipsis 11:7-10.

“Cuando hayan acabado su testimonio la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres... y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra". 

Los dos testigos estarán proclamando el mensaje de Dios por tres años y medio, al terminar, el anticristo (llamado aquí “la bestia que sube del abismo”) peleará contra ellos, los dos testigos serán derrotados y morirán, sus cadáveres estarán en la plaza principal de la ciudad de Jerusalén.    

¿Por qué Dios permitirá eso? La bestia sube del abismo, porque precisamente viene con poder satánico. Recordemos que todo esto está sucediendo en Jerusalén, y desde tiempos pasados el pueblo hebreo ha rechazado a los profetas, por eso Jesús dijo en Lucas 13:14 “Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados”.

Los dos testigos son muertos en la ciudad de Jerusalén, ciudad que en sentido espiritual en este pasaje se describe como: “Sodoma y Egipto”, destacando con estos nombres la inmoralidad sexual y su estado de opresión y esclavitud, pues el anticristo ha hecho de la ciudad su base de operaciones.     

Los versículos nueve y diez nos enseñan que no será permitido que los cadáveres sean sepultados, sino que todas las naciones verán sus cuerpos allí. La humanidad entera se regocija por la muerte de estos siervos de Dios, y hasta se envían regalos, haciendo de este suceso una fiesta de navidad.

Su alegría se debe a que ya no estarán escuchando aquel mensaje fuerte de juicio y que acusa a sus conciencias, ya no recibirán los juicios de estos testigos por su maldad, se creen libres y por eso celebran, humillando a estos testigos de Dios.        

(Te invito a leer: Rescatados del horno de fuego.). 


4)  La resurrección de los dos testigos. Apocalipsis 11:11-14.

“Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron,  y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto". 

En medio de aquella festiva celebración, a los tres días y medio después de su muerte, cuando la fiesta está en su punto fuerte y quizá el mundo entero a través de los medios de comunicación celebra viendo los cuerpos en la plaza principal de Jerusalén, los dos testigos se ponen de pie.

Dios envía espíritu de vida sobre los dos testigos, quienes se levantan sobre sus pies, y el temor cayó sobre todos los que vieron esto. Una gran voz del cielo dice: “Subid acá”, y subieron al cielo en una nube y es muy importante lo que se añade aquí: “Sus enemigos los vieron”.    

Este evento es quizá transmitido en vivo por televisión y por otros medios de comunicación, ante este acontecimiento la humanidad se llena de temor, aunque no de arrepentimiento.  

El versículo trece nos enseña que la ciudad de Jerusalén experimenta un gran terremoto y se derrumba la décima parte de la ciudad, por aquel terremoto mueren siete mil hombres, y los demás llenos de terror dan gloria a Dios, pero no se señala aquí un genuino arrepentimiento, más bien reconocen que Dios es Todopoderoso.     

Esto es una muestra de la dureza del corazón humano, por eso hoy debemos dar agracias a Dios y vivir para él, pues su gran amor y bondad nos ha alcanzado, su gracia nos ha perdonado y somos libres de toda condenación en Cristo Jesús.  

Te invitamos a leer: Cómo puedo vencer a través de la fe.  



7 Comments:

  1. Muy buena su predica estimado pastor aunque se dice que los dos testigos serán Elías y Enoc. Dios lo siga usando.

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    1. Así es, hay una linea de interpretación que enseña que los dos testigos serán Elías y Enoc; bueno esperaremos hasta que en su tiempo Dios nos muestre quienes serán realmente. Bendiciones.

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  2. Bendiciones pastor muchas gracias por su dedicación

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  3. Bendiciones pastor Gonzalo.gracias por su publicaciones

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  4. Muchas gracias Pastor, Dios le siga usando... es de mucha bendicion

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