Dios te ama a ti y a tus hijos
Introducción: La Biblia
contiene muchos ejemplos buenos y no tan buenos, personas dignas de imitar y
otras que para nada debemos imitar. Todo esto se levanta como un espejo en el que
debemos mirar nuestra vida para caminar hacia el Señor y tomar su consejo para
ponerlo por obra en nuestra vida. Sin duda, mediante su Espíritu y su palabra
Dios quiere conducirnos a la bendición...
Dios te ama a ti y a tus hijos.
1) El niño Jesús experimentó el asedio de la muerte. Mateo 2:13-16.
“He aquí el ángel
del Señor apareció en un sueño a José, diciendo: Levántate, toma al niño y a su
madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te diga; porque Herodes
buscará al niño para matarlo. Y despertando él, tomó de noche al niño y a su
madre y se fue a Egipto… Herodes entonces, al verse burlado de los sabios, se
llenó de ira, y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo que había
en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de
los sabios”.
Como nos dice el apóstol
Pablo “No podemos ignorar las maquinaciones del diablo”, éste siempre procura
estrategias y planes para matar, hurtar y destruir, y sembrar semillas de
muerte y heridas en el corazón de los hijos, esto es parte de su plan, pues así
procura asegurarse para mañana una generación perversa y rebelde contra
Dios.
Sus intenciones de muerte y
destrucción contra los hijos se hacen evidentes por ejemplo cuando Herodes,
inspirado por el diablo, planeó y dio la orden de matar a todos los niños
menores de dos años en Belén y en sus alrededores.
Dios le habló a José en
sueños a través de un ángel, revelándole los planes de Herodes y dándole la
estrategia para librar al niño de la muerte. Como padres debemos orar y buscar
la dirección de Dios para nuestros hijos, él nos revelará los planes del enemigo
y nos enseñará las estrategias para librarlos.
Hoy día nuestros hijos son
acechados por las diversas drogas, pandillas, grupos reales y otros virtuales,
internet perverso y destructor, el rechazo y el abuso psicológico y físico, el
desarrollo sexual precoz y pervertido, tendencias homosexuales, abandono e
indiferencia de los padres, etc.
Guiados por Dios José y
María se van con su hijo a Egipto por un tiempo hasta que Herodes muere. Todo
esto estaba dentro de los planes del Señor; nuestros hijos son planes
maravillosos de Dios, planes por los cuales debemos velar, y en esto no estamos
solos, Dios mismo nos ayuda.
2) El niño Jesús fue instruido por sus padres. Lucas 2:39-40, 51-52.
“Y cuando cumplieron todas las cosas según la ley
del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía, y
se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre
Él… Y descendió con ellos, y vino a
Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su
corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y
los hombres”.
José era un hombre temeroso de Dios,
sensible al Espíritu Santo, obediente a las revelaciones del Señor, bondadoso
pues no quiso difamar a María y evitó que la juzgarán (cuando apareció
embarazada por obra del Espíritu Santo), José fue un hombre responsable y
trabajador por su familia.
De hecho el nombre “José” significa:
Dios añade. En su papel como padre (o padrastro) de Jesús, José fue una persona
que añadía educación, confianza, seguridad, piedad, temor de Dios,
responsabilidad, etc. Los padres no disminuyen a los hijos, no los llevan a
menos, los ayudan a crecer y avanzar. Era José seguramente un ejemplo para
Jesús.
La Biblia nos dice que el niño
“crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría”. Las primeras palabras
(“crecía y fortalecía”) destacan su crecimiento físico, así como su incremento
muscular.
Luego el texto bíblico nos dice: “y
se llenaba de sabiduría”, y aquí la palabra “sabiduría” se traduce del término
griego “sofia”, que además quiere decir: inteligencia, discernimiento,
capacidad para entender y actuar correctamente.
Además “la gracia de Dios era sobre
él”, debemos tener presente que estamos hablando de un niño (no un adulto aun) sobre
quien reposaba la gracia de Dios. Es
importante pedir a Dios que ponga abundante gracia sobre nuestros hijos,
pues la gracia del Señor (por ejemplo) estaba sobre José y esto lo llevó a
triunfar en Egipto.
Lucas 2:51
destaca una virtud del niño Jesús: “y estaba sujeto a ellos”. Otra versión
dice: “vivía bajo su autoridad”.
En la actualidad vemos muchos casos
en donde los hijos determinan la dirección del hogar; ellos dicen que hacer y
qué no hacer; otros tienen llaves de la casa y llegan a la hora que quieren
(algunos son adolescentes); otros padres hacen lo que sea por satisfacer los
caprichos de los hijos, y por eso muchas veces no los corrigen ni les llaman la
atención; vemos a veces hijos que levantan la voz para regañar a sus padres, y
éstos viven con temor por la reacción de sus hijos cuando deciden hacer algo.
Leamos ahora 1 Reyes 1:5-6 “Entonces Adonías hijo de Haguit se enalteció, diciendo: Yo seré rey. Y
se hizo de carros y de gente de a caballo, y cincuenta hombres que corriesen
delante de él. Y su padre nunca lo entristeció en todos sus días con decirle:
¿Por qué haces así? Y además éste era de hermoso parecer; y su madre lo
había engendrado después de Absalón”.
La Biblia nos enseña que David no
corrigió a su hijo Adonías, y éste murió joven rebelándose contra su padre y procurando
sentarse en el trono de rey no habiendo sido nombrado. Aunque su cuerpo era el
de un adulto, su madurez y comportamiento eran los de un niño malcriado (las
consecuencias son tristes y dolorosas).
La Biblia enseña que los padres son
la autoridad en el hogar, el esposo es cabeza de la mujer, y los hijos deben
obedecer y respetar a sus padres. Por supuesto en una correcta formación, pues
la Biblia también dice: “y vosotros padres no provoquéis a ira a vuestros
hijos”.
Debemos tener presente las palabras
del apóstol Pablo cuando dijo: “la autoridad que el Señor me ha dado es para
edificación, y no para destrucción”. Entonces no debemos abusar de la autoridad,
ni ser demasiado laxos y liberales, o negligentes en la formación de nuestros
hijos. Dios nos ama a y también nos reprende cuando es necesario.
3) Jesús como
ser humano desarrolla responsabilidad.
Como era tradición en el pueblo judío
en aquella época el hijo aprendía el oficio o profesión de su padre. En éste
caso José era carpintero, y lo más seguro es que Jesús aprendió de José su
oficio, la carpintería.
Mateo 13:54-56
nos dice “Y venido a
su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos
estaban atónitos, y decían: ¿De dónde tiene Éste esta sabiduría y estos
milagros? ¿No es Éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y
sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿Y no están todas sus hermanas con
nosotros? ¿De dónde, pues, tiene Éste todas estas cosas?”.
En este pasaje vemos varias cosas.
Jesús va a la tierra de Nazaret donde se había criado a predicar en la
sinagoga. Sorprendidos los presentes allí se preguntan sobre su sabiduría y
poder, y revelan que Jesús tuvo cuatro hermanos y algunas hermanas nacidas de
José y María, después de él.
La expresión “el hijo del carpintero”
no solo nos muestra el oficio de José, sino aquel que Jesús aprendió mientras
estuvo sujeto a ellos. De manera que el joven Jesús trabajaba con José en la
carpintería.
Aquí la palabra “carpintería” se
traduce del término griego “tekton” que además quiere decir: constructor, uno
que trabaja la madera. Es decir, no hablamos sólo del aspecto artesanal o de la
fabricación de sillas, lo más probable es que José y Jesús trabajaron en
construcciones en las que ellos fabricaban e instalaban las vigas de madera y
los dinteles de los marcos (elemento estructural superior horizontal de puertas
y ventanas).
Todas estas labores desarrollaron en
Jesús el sentido de la responsabilidad, la diligencia, el trabajo honesto y correcto,
etc. Fue un joven formado en principios y valores con temor de Dios. Cosas como
la pereza, el ocio, la vagancia, etc, no son buenos consejeros para nuestros
hijos.
Somos padres, no solamente porque los
engendramos, hemos recibido de Dios la responsabilidad de instruirlos y
formarlos. Esto no es posible, sino se les dedica tiempo de calidad. Es
necesario instruirlos en la palabra de Dios, el niño judío desde los cinco años
empezaba aprender la Tora o Pentateuco (los cinco primeros libros de la Biblia).
No dejes al mundo, ni a tus vecinos,
ni a tus amigos, ni al internet, ni a la televisión la educación de tus hijos.
No digo que no pueden tener tiempos de recreación y ver estas cosas, pero haz
seguimiento al asunto, determina horarios, observa lo que ellos ven, no es
bueno un televisor en el cuarto de los hijos (pues no sabemos que ven a altas
horas de la noche), no es bueno un celular en sus manos sin control por parte
de los padres.
4) Dios es poderoso para transformar y restaurar lo que ha sido dañado.
La Biblia nos dice que Jesús “anduvo
haciendo bienes” y que además no hubo engaño en su boca. Podemos decir “bueno,
pero es que él es Dios”, pensemos además en ejemplos de jóvenes íntegros como
José (el hijo de Jacob) en Egipto, el niño Samuel quien llegó a ser uno de las
más grandes profetas del Antiguo Testamento, el joven Daniel en Babilonia, el
joven rey Josías, quien lideró un avivamiento en Israel a sus dieciséis años.
Este joven, el rey Josías, fue hijo
del rey Amón, quien reinó sólo dos años porque su reinado fue de idolatría y se
destacó por su depravación moral. Su hijo Josías vio este mal ejemplo y sus
tristes resultados, y decidió gobernar de la mano de Dios y su reino fue
bendecido, próspero y estable, pues estuvo Josías en el trono por décadas.
Quizá hemos cometido
errores como padres, y seguramente como hijos; pero la solución no es culparnos
ni buscar culpables, es volvernos a Dios, es volver a su palabra, ésta nos
iluminará para tomar decisiones acertadas y corregir lo que está mal.
Leamos ahora el Salmo 112:1-3 “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en
sus mandamientos se deleita en gran manera. Su simiente será poderosa en la
tierra; la generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su
casa; y su justicia permanece para siempre”.
Los padres temerosos de
Dios y que se deleitan en los mandamientos del Señor son generadores de
bendición para sus hijos, por eso nos dice aquí la Biblia que “su descendencia
será poderosa”, y aquí “poderosa” significa: valiente, fuerte, guerrero, héroe.
Además nos dice que “la
generación será bendita” aquí la palabra “bendita” se traduce del término
hebreo “barak” que además significa: arrodillarse, adorar a Dios, entonces nos
dice este texto que su descendencia será de guerreros y adoradores, hombres y mujeres
que amarán a Dios y serán instrumentos poderosos en sus manos.
Es vital el buen ejemplo, y
para darlo a nuestros hijos necesitamos del poder de Dios, unos padres ungidos
no serán engañados por sus hijos, padres ungidos no permitirán que el enemigo
toque o dañe a sus hijos, padres en comunión con Dios recibirán de él la
sabiduría y las estrategias para que sus hijos vengan al conocimiento de la
verdad que es en Cristo Jesús.
Conclusión: Quizá se hayan cometido errores, pero poderoso es Dios
para restaurar lo que ha sido dañado. Es tiempo no sólo de clamar al Señor por
los hijos, es tiempo de traer la presencia de Dios a la casa, al hogar, al matrimonio.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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