Las pruebas son diseños de bendición
Introducción: Ante una situación crítica o dolorosa podemos preguntarnos
¿Por qué me pasa esto a mí? O cuando llegamos a concluir que lo que está
pasando es por culpa nuestra, nos podemos preguntar ¿Qué hice para provocar
esto? Y quizá podemos pensar ¿Dónde está Dios ahora?...
Y por supuesto el Señor Jesús siempre nos ha estado cuidando; pero las
dificultades, el dolor, los malos resultados y la crisis emocional nos hacen
pensar que quizá Dios está enojado y se ha ido. Más bien debemos acercarnos al
Señor para comprender mejor sus caminos y reconocer que siempre ha estado a
nuestro lado.
Las
pruebas son diseños de bendición.
1) Las pruebas son herramientas divinas. Santiago 1:2-4.
“Hermanos míos, tened por
sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de
vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que
seáis perfectos y cabales sin que os falte cosa alguna”.
Cuando hablamos de pruebas en la Biblia estamos hablando de aquellas
situaciones críticas, problemas, adversidades u obstáculos que aparecen en nuestro
caminar de fe. Son circunstancias o tiempos que surgen con diversos objetivos.
Son tiempos difíciles en donde depender de Dios es fundamental.
Como nos dice la Escritura en Santiago capítulo uno, las pruebas son
herramientas divinas para forjar en nosotros el carácter de Dios, es decir
ellas generan en el cristiano paciencia (o perseverancia) y cuando dice el
texto “perfectos y cabales” quiere decir que las pruebas promueven en nosotros
madurez e integridad.
Las pruebas entonces son instrumentos del Padre celestial para conducir
a sus hijos al crecimiento espiritual, al fortalecimiento de su fe y confianza
en él, las pruebas quiebran el ego y el orgullo del hombre para caminar en el
fruto del Espíritu, pues las pruebas también generan humildad.
Por lo general en tiempos de prueba llegamos al momento en el que nos
sentimos completamente impotentes, sin recursos o capacidad humana para
solucionar ciertas crisis, y entonces nos humillamos delante de Dios, y así
aprendemos a depender del Señor y a reconocer que sólo él es Todopoderoso.
También reconocemos que todo se lo debemos a él por su gracia y
misericordia.
La prueba tiene la facultad de sacar a la luz aquellas actitudes o
sentimientos pecaminosos en la profundo de nuestro corazón, por ejemplo Dios le
dijo a Israel:
“Te acordarás del camino por donde Jehová tu Dios te ha traído estos
cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que lo
que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos”
Deuteronomio 8:2.
Es necesario en tiempos de prueba rendir nuestro corazón a Dios, y
entrar en su presencia para comprender sus caminos y recibir de él la fuerza
para perseverar y vencer. El Señor sabe muy bien lo que hace, él es bueno y nos
conduce hacia su buen propósito.
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2) La prueba en el contexto de la familia. Génesis 22:1-3.
“Aconteció después de estas cosas,
que probó Dios Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. y dijo:
Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y
ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
Y Abraham se levantó muy de mañana, y
enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó
leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo”.
Como podemos ver en el contexto de
este pasaje Abraham no había pecado contra Dios ni era esta situación un
castigo divino, más bien el Señor estaba probando a Abraham para llevarlo a
nuevo niveles espirituales y bendecirlo.
Dios prueba a Abraham pidiéndole en
sacrificio a su hijo Isaac, a quien Abraham amaba intensamente. En cualquier
momento el Señor nos puede pedir o quitar aquellas cosas que amamos, sobre todo
cuando éstas están ocupando el lugar que le corresponde a Dios.
El versículo tres nos enseña la
diligente obediencia de Abraham ante la voz de Dios, además de su perseverancia
y fuerza ante las dificultades del camino para llegar a la cima del Monte
Moriah. Él no sólo obedeció, sino que se esforzó en hacerlo bien.
A veces ante la formación divina nos
quejamos, o murmuramos, o nos enojamos y hacemos mal las cosas, pero Abraham
todo lo hizo con amor y en obediencia a Dios.
Abraham fue probado en relación con
su hijo. Quizá nuestra prueba esta relacionada con el cónyuge, con los padres o
con los hijos, o entre otros miembros de la familia. Aquellas pruebas demandan
de nosotros amor, paciencia, tolerancia, perdón, obediencia, respeto, etc, y al
ser una prueba Dios espera de nosotros la mejor actitud ante ella.
A veces cuando estamos siendo
probados en relación con nuestra familia podemos ser irrespetuosos, groseros,
vulgares, maltratar a quienes nos rodean, buscamos manipular o engañar; pero al
final somos nosotros mismos quienes perdemos, pues la prueba no es ante los
hombres, sino ante Dios.
Y como podemos recordar cuando estábamos
en el colegio, sí una prueba o examen se pierde hay que volverla a presentar,
entonces el mejor camino es someternos a Dios y a su buena voluntad, porque él
siempre tiene la razón.
3) La prueba en tiempos de escasez. Juan 6:5-9.
“Cuando alzó Jesús los ojos, y vio
que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe ¿De dónde comparemos pan
para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había
de hacer… Andrés, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de
cebada y dos peces; mas ¿qué es esto para tantos?”.
En este pasaje vemos al Señor Jesús
rodeado por una gran multitud y pregunta a Felipe, uno de sus discípulos,
acerca del pan para darle de comer a la multitud, pero la Biblia nos dice que
esa pregunta la hizo el Señor “para probar” a Felipe.
Entonces hay ciertas cosas que Jesús
dice, hace o permite para probarnos, lo que el Señor hace es esperar nuestra
reacción, él espera cual será nuestra actitud y nuestras decisiones al
respecto. Felipe en otras palabras le contesto al Señor: “No hay dinero que
alcance para tanta gente”.
El pasaje nos sigue diciendo que
Andrés (otro discípulo) vino al Señor y le presentó cinco panes y dos peces,
diciendo “¿qué esto para tantos?”. Cuando los recursos son escasos tenemos la
tendencia a quejarnos y a menospreciar lo poco que Dios pone delante de nuestra
vida.
En tiempos de escasez nuestra
confianza en el Señor es probada, pues debemos hacer nuestra parte, es decir no
debemos descuidar nuestro trabajo ni nuestra diligencia al respecto, y esperar
en Dios quien hace lo que nosotros no podemos hacer.
El Señor Jesús tomo aquellos cinco
panes y esos dos peces, que representan recursos escasos, y los multiplicó para
muchos, y es precisamente lo que debemos hacer, es decir, llevar a Jesús lo que
tenemos y es él quien multiplica y bendice de manera sobrenatural.
4) La prueba de la fe. 1 Pedro 1:6-9.
“En lo cual vosotros os alegráis,
aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos
en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa
que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, se hallada en
alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo…”.
Debemos tener en cuenta que cuando el apóstol Pedro escribe estas
palabras por el Espíritu Santo la iglesia estaba viviendo tiempos de gran
oposición y persecución.
Los cristianos eran rechazados por las autoridades y muchos otros eran
hasta expulsados de sus lugares de trabajo por seguir a Cristo.
La fe en Jesucristo estaba siendo probada intensamente, muchos líderes
cristianos estaban siendo torturados y sacrificados. Todo esto generaba
aflicción, pero el gozo que el Señor les daba era mayor. La unción del Espíritu
Santo se multiplicaba y muchos se convertían a la fe cristiana.
Como dice el versículo siete su fe estaba siendo probada como el oro
cuando es probado al fuego. El oro debe soportar intensas temperaturas para el
proceso de limpieza y purificación.
Ellos estaban siendo probados en su fe, y a pesar del intenso fuego del
enemigo la iglesia seguía firme y creciendo, pues siempre el poder del Señor
será mayor, y aunque el diablo persiga a la iglesia y atente contra ella
siempre prevaleceremos, pues Cristo mismo estableció: “las puertas del Hades no
prevalecerán contra mi iglesia”.
Así como el fuego hace que el oro sea más puro y limpio, las pruebas
hacen que nuestra fe en Jesucristo sea más sólida y firme, las pruebas hacen
que nuestra fe permanezca centrada no en emociones ni fábulas, sino en las palabras
de Jesucristo y en el poder del Dios vivo.
El versículo ocho nos habla de nuestro amor a Jesucristo, a quien amamos
sin haberle visto, a quien seguimos amando a pesar de los obstáculos y
dificultades.
El amor en la pareja se hace más fuerte cuando juntos superan
adversidades y obstáculos, en mayor proporción el amor del cristiano se hace
más fuerte cuando supera adversidades y obstáculos siguiendo a Cristo; fe y
amor que debemos conservar hasta la venida del Señor.
5) ¿Cómo superar la prueba?
Quisiéramos no tener que enfrentar las pruebas, nadie anhela enfrentar
obstáculos, pero la misma Escritura nos enseña los beneficios que esto tiene y
como Dios nos bendice a través de estos procesos, entonces ¿cómo superar las
pruebas? Veamos algunos fundamentos:
a) Mediante la confianza en Dios y en su naturaleza. Recuerda que Dios dice en su
palabra: “Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros,
pensamientos de bien y no de mal” Jeremías 29:11. En tiempo de prueba debemos
confiar en el amor y bondad de Dios, él nos conduce al destino de nuestra
bendición.
b) Fortaleciendo la fe en las promesas de Dios (en su palabra). Nos enseña la Biblia que Abraham “no se debilitó en la
fe al considerar su cuerpo, siendo de casi cien años, ni por la esterilidad de
Sara, ni dudó de la promesa del Señor, sino que se fortaleció en fe dando
gloria a Dios, plenamente convencido de que poderoso es él para hacer todo lo
que ha prometido” Romanos 4:19-21.
Medita en la Palabra de Dios, mira en ella el poder del Señor y su
grandeza para hacer todo lo que ha dicho, sumérgete en las promesas de Dios y
nutre tu fe mediante la palabra del Señor.
c) Habita en la presencia de Dios y renuévate en su poder. Recordemos que ante la persecución de Jezabel el profeta Elías huyó
y deseo morir, pero era tiempo de entrar en la presencia de Dios. Por eso el
Señor se le manifestó en el monte Horeb y le habló restaurando su fe y
confianza, Elías se fortaleció en el Señor y en el poder de su fuerza.
d) Mira la recompensa o galardón.
Lucas 22:28-30 “Pero
vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. Yo pues, os asigno
un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa
en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando
a las doce tribus de Israel”.
En este pasaje el Señor le recuerda a sus discípulos que han pasado por
momentos difíciles, que él mismo ha enfrentado pruebas y ellos han estado allí
con él, y por eso él los premiará.
Específicamente aquí el Señor les promete a sus discípulos una
participación especial en su reino, de hecho no sólo serán bendecidos con los
privilegios del reino venidero, sino que les asegura que se sentarán en tronos
para juzgar a las doce tribus de Israel. Sin duda alguna, un gran honor,
privilegio y responsabilidad.
Dios premia o recompensa a aquel que persevera en los tiempos difíciles,
Dios exalta a aquella persona que sigue
creyendo en él aunque las circunstancias sean adversas, el Señor honra a
quienes perseveran creyendo en sus promesas aunque transcurra el tiempo, pues
Dios todo lo hace bien en su tiempo.
Un día un salmista llamado Asaf, estaba pasando por una crisis de fe, y dijo:
“los impíos son prosperados, logran con creces sus deseos, y no pasan trabajos
como los demás y alcanzan riquezas; y pensó he vano he limpiado mi corazón… y
pensé en actuar como ellos, pero fue duro trabajo para mí… Hasta que entrando
en el santuario de mi Dios, comprendí el fin de ellos… están en deslizadores,
caerán y serán consumidos de terrores”.
Entrando en la presencia de Dios el salmista Asaf comprendió su
situación y su condición, y por eso dijo: “Tan torpe era yo, que no entendía,
era como una bestia delante de ti. Pero, con todo, me tomaste de la mano
derecha y me has guiado… ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de
ti nada deseo en la tierra, en cuanto a mí el acercarme a Dios es el bien”
Salmo 73.
Conclusión: Es muy importante entrar en la
presencia de Dios, allí no sólo somos fortalecidos y renovados, sino que
comprenderemos mucho más sus caminos y su buena voluntad. Gracias Dios por todos
tus diseños y bendiciones, gracias por los buenos momentos y por aquellos
difíciles donde has estado con nosotros. Nuestro corazón descansa en ti.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Q bendición de estudio! Me ha encantado y como siempre me anima a perseverar y confiar, continúo en oración por mi familia para que ellos amen al Señor, incluso más que yo. Muchísimas gracias por compartir con nosotros.
ResponderBorrarGracias por tus palabras Sara, son muy importantes para nosotros. El Señor Jesucristo bendiga tu vida y toda tu casa.
BorrarTremendo estudio el de hoy dia,gracias pastor que nuestro buen Dios le siga usando para bendecir a muchos,saludos
ResponderBorrarMuchas gracias por dejarnos tu comentario Evelio, es muy valioso para nosotros. Dios bendiga tu vida y a todos los tuyos.
BorrarPrecioso estudio, que nuestro amado Dios siga usando su vida, para instruir a otros a través de su palabra.
ResponderBorrarDios te bendiga Nayeli. Muchas gracias por tus palabras y por el apoyo a este ministerio. El Señor Jesús guarde tu vida y la de toda tu familia.
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