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Las heridas de mis padres y la sanidad de mi Dios

Introducción: Una de las cosas que Jesús vino a hacer fue a sanar a los quebrantados de corazón, aquellos que por diversas circunstancias de la vida experimentaron en su corazón el dolor, las heridas y el maltrato. Buena parte de esas experiencias vividas lamentablemente en casa.  

Pero no somos jueces de nadie, más bien somos llamados a perdonar a nuestros padres y a todos aquellos que nos han herido o nos afectaron negativamente en nuestra niñez o juventud. Veamos este interesante estudio



Las heridas de mis padres y la sanidad de mi Dios. 

1)  David fue rechazado por su padre y por sus hermanos. 1 Samuel 16:10-13.  

Cuando Dios direcciona al profeta Samuel para que vaya a casa de Isaí de Belén porque de allí tomará al que será rey de Israel, Isaí presenta a siete hijos suyos, él consideraba y seguramente deseaba que fuera uno de ellos.   

Tenía además Isaí un hijo que no había nacido de su matrimonio, era el menor de todos sus hijos por lo que se le encargaban las labores pastoriles, y al que menos se le tenía en cuenta, por eso no fue llamado cuando el profeta Samuel llegó.    

Aunque era un hijo rechazado y poco se le tenía en cuenta, para Dios era muy valioso, de hecho el plan del Señor con él era muy grande, pues aquel joven habría de convertirse en el rey de Israel.   

Su padre Isaí no valoraba lo suficiente a este hijo, sus hermanos lo rechazaban también. Creo que el rechazo más doloroso es precisamente el de la familia, sobre todo el rechazo de los padres. Las palabras de menosprecio, las ofensas, las acciones de desprecio y la indiferencia hieren profundamente el corazón de los hijos.   

Cuando los padres no dan amor a sus hijos o los rechazan, por lo general son hijos resentidos y con amargura en su corazón, lo que en la adultez los lleva a maltratar a otros, además de ser hijos inseguros y temerosos. Lo que crea en ellos muchas incapacidades para enfrentar la vida y creer que pueden alcanzar grandes logros. 




Estas heridas hacen que la relación con los padres sea por lo general seca e indiferente, a los hijos les cuesta trabajo dar amor a sus padres, precisamente porque aunque tal vez han perdonado, la ausencia de amor no les permitió desarrollar esa capacidad de dar afecto mediante palabras, gestos y acciones.  

Finalmente el rechazo de los padres marca de tal manera el corazón que al llegar a la adultez y conocer a Cristo, al cristiano le cuesta trabajo aceptar el amor incondicional de Dios Padre sobre su vida.

De hecho puede ser más fácil la relación con el Señor Jesucristo y con el Espíritu Santo que con el Padre celestial, pues aquel muro de rechazo que no se ha derribado causa separación y distancia de la figura paternal. Pero a través de Jesucristo tenemos acceso a nuestro Padre celestial y podemos recibir su amor, pues es por la obra de Cristo no por nuestras obras.  

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2) Por un tiempo Moisés fue padre ausente. Éxodo 18:5-8.

Cuando Dios empieza a llevar a Moisés delante de Faraón para que libere a Israel, éste decide enviar a su esposa Sefora y a sus dos hijos, Gersón y Eliezer, a Madián a casa de su suegro Jetro, mientras que él se queda en Egipto.

Hablamos de un viaje de 500 kilómetros aproximadamente, que pudo haber durado de veinte a treinta días. Sefora se queda entonces en casa de su padre con sus dos hijos. Moisés después de salir de Egipto con el pueblo de Israel se establece en el desierto junto al monte Sinaí.  

Según leemos en Éxodo 18 el suegro de Moisés, Jetro, viene a él con su esposa Sefora y con sus dos hijos. Su esposa y sus hijos seguramente se alegraron de ver a Moisés, pero según la Biblia él atendió a Jetro a quien le cuenta todos los detalles de lo que Dios ha hecho.  


  

Durante un tiempo los hijos de Moisés sólo estuvieron con su madre, ellos seguramente querían estar con su papá y escuchar todas las maravillas del Señor. Ellos estuvieron sin papá por un tiempo, y estos vacíos son asimilados de manera inconsciente como un rechazo.

La ausencia de los padres crea vacíos de amor, que puede llevar a los hijos a buscar afecto en grupos, malos amigos, pandillas, etc, ambientes en donde fácilmente encuentran drogas, alcohol, actividades ilícitas, satanismo, entre otros.     

Cuando estos hijos e hijas llegan a la adultez son padres a quienes les cuesta dar amor a su cónyuge y a sus hijos. Son niños con comportamiento agresivos (y así llegan a la adultez), son asociales (son poco participativos y más bien se aíslan), y en otros casos son personas con tendencias depresivas y suicidas. 


3) Ausencia de correcta formación. 1 Reyes 1:5-7.   

El rey David tuvo varios hijos. Recordemos por ejemplo que uno de ellos fue Absalón, quien mató a su hermano Amnón después que abusó sexualmente de su hermana Tamar.

El abuso sexual es una marca o herida que afecta profundamente el corazón de los niños o adolescentes, pues al llegar a su adultez tienen problemas en el área sexual y hasta su matrimonio sufre inconvenientes en la intimida de pareja.    

Como el rey David no tomó medidas correctivas respecto a lo que hizo Amnón entonces su hermano Absalón lo mato; más tarde este hijo Absalón se rebeló contra su padre David y quiso quitarle el trono, este hijo murió siendo muy joven (por mano de Joab) en la batalla que libraba contra su padre el rey David.   

Como nos dice el texto Adonías nunca fue reprendido por su padrea David, y esta ausencia de correcta formación o disciplina mal formó a su hijo Adonías quien fue rebelde al grado de levantarse contra su padre David para tomar por sí mismo el trono declarándose rey sin que su padre David lo hiciera, era un hijo consentido, orgulloso y rebelde. Quien siendo joven también halló la muerte.   

(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).  

La ausencia de disciplina y correcta formación en los hijos los hace personas rebeldes y soberbias, piensan que le mundo gira alrededor de ellos y que todos deben hacer según sus deseos. Por eso se estrellan contra la vida y contra las autoridades, llegando incluso a convertirse en delincuentes.  

Muchos delincuentes que están hoy en la cárcel expresan su enojo y resentimiento hacia sus padres porque nunca los corrigieron, de hecho los culpan por estar presos. La correcta formación hacia los hijos es una muestra de amor verdadero.  

4) Saúl maltrata a su hijo Jonatán. 1 Samuel 20:28-34.  

El rey Saúl tenía varios hijos, y uno de ellos se llamaba Jonatán, al ser el primogénito era el candidato a heredar el reino de su padre. Jonatán se convirtió en el mejor amigo de David. Jonatán aunque respetaba a su padre, sabía que él estaba equivocado respecto a David.

En cierta mañana el rey Saúl le preguntó a Jonatán donde estaba David pues no había ido a comer con ellos. Ya el rey Saúl estaba lleno de odio contra David y pensaba hacerle mal. Jonatán lo sabía y le había dicho a David que huyera para salvar su vida.  

Jonatán le respondió a su padre Saúl que David le había pedido permiso para ir a visitar a su padre en Belén, y su padre Saúl se encendió en ira y lo maldijo diciéndole: “Hijo de la perversa y rebelde”. Otras versiones bíblicas traducen esta frase como: “Hijo de la mala madre” “Hijo de vagabunda” “Hijo de prostituta”.  

Nos añade el versículo treinta y tres que el rey Saúl, su padre, le arrojó una lanza a su hijo Jonatán para herirlo. A veces los padres guiados por su ira maltratan a sus hijos con palabras ofensivas, vulgares e hirientes, además de golpes físicos y humillaciones.

Conductas que marcan el corazón de los hijos, y que cuando no son sanadas estas heridas,  luego en su papel como padres repiten estos eventos maltratando e hiriendo a sus hijos. Recordemos que la Biblia dice que hay palabras que son como golpes de espada, hay palabras y expresiones que hieren el corazón más que una espada.

(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).  

Todos estos eventos dolorosos deben ser llevados a la presencia de Dios, pues él es el que sana a los quebrantados de corazón, y restaura el alma maltratada y ofendida.        

Recordemos que Mefi-boset perdió a su padre Jonatán (nombre que significa: Regalo de Dios) cuando tenía cinco años, su niñera al oír de la muerte de su padre huyó apresuradamente con el niño quien se le cayó y quedo lisiado de sus pies. Se fue a vivir a Lodebar (nombre que significa: sin pastos, lugar estéril, tierra seca).

En medio de su difícil situación física, su difícil situación emocional y su vida de escasez, Dios usó a David para restaurarlo. Mefi-boset volvió a tener las propiedades de su padre el príncipe Jonatán, olivó a comer a la mesa del rey y vivió en la ciudad de Jerusalén, rodeado de todos los beneficios como uno de los hijos del rey.

Dios es restaurador por excelencia, quizá nuestros padres se equivocaron, tal vez nos hirieron, y lo hicieron porque también sus corazones fueron lastimados y heridos; no somos jueces, más bien somos llamado a perdonarlos y bendecirlos.

Acerquemos a Dios y permitamos que su amor ministre nuestro corazón, pues ahora somos hijo de Dios y él como nuestro Padre celestial quiere lo mejor para nosotros.        


Conclusión: Permitamos que el Espíritu Santo con su poderosa presencia traiga sanidad a nuestro corazón, permitamos que nuestro Padre celestial nos ministre su amor, y que nos cubra con su poderosa presencia que todo lo sana.   

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.                                 

Te invitamos a leer: POR LA FE ES POSIBLE  

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6 Comments:

  1. Ameen!! De graan bendicion este estudio,solo el perdon ,el amor de Dios puede sanar un corazon herido!!

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  2. Bendiciones! Cómo siempre, todos los estudios son de gran bendición y muchos de ellos son en el momento indicado. Dios lo siga usando grandemente.

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  3. Amen Dios les bendiga tremendo mensaje de muy grande bendición

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  4. Amen muy Dios le bendiga grandemente y lo siga usando tremendo mensaje bendiones

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  5. El Señor es capaz de todo, incluso el corazón más herido es capaz de perdonar gracias a Él.
    De gran bendición este estudio!

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  6. Este estudio,revela mucho en mi vida,porque crecí sin mi padre y fue un crecimiento muy triste,porque me llevo hacer una persona sin sentimientos,rebelde que me llevo a las drogas y a la delincuencia,muchas veces preso,hasta el punto de quitarme la vida,pero gracias a la misericordia de mi Dios que me amo,me perdono,me restauro y me enseño amar y a perdonar a mi padre que me abandono,hoy día yo le he perdonado y me he perdonado y vivo una vida de gozo y de victoria gracias a este gran amor celestial

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