La paciencia es una virtud poderosa y especial
Introducción: Muchos planes
nunca llegan a cumplirse, aunque su motivación puede ser muy buena. En otros
casos podemos ver que hay grandes proyectos que aunque son liderados por
personas o equipos con grandes talentos y capacidades nunca se hacen realidad
¿Por qué? La mayoría de las veces se debe a la falta de constancia o perseverancia...
Más bien al mirar la historia
de la humanidad podemos hallar que aquellos que alcanzaron cosas significativas
tuvieron como característica: la perseverancia. Ésta es una virtud necesaria en
todos los aspectos de la vida, incluyendo pequeñas cosas y planes del diario
vivir.
La paciencia es una virtud poderosa y especial.
1) Significado de la palabra
“paciencia”, Hebreos 12:1.
“Por tanto, nosotros también,
teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo
peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que
tenemos por delante”.
Palabra traducida del término
griego “jupomone” que además significa: resistencia alegre, perseverancia
con esperanza, constancia, mantenerse firme ante la oposición.
Vemos entonces que la
paciencia bíblica es aquella que capacidad de soportar con una actitud de fe y
esperanza en Dios. Es una perseverancia confiada en la victoria final que el
Señor traerá. Es aquella virtud que capacita al creyente para permanecer a
pesar de los obstáculos y la oposición.
La paciencia no es un esperar
con frustración o con enojo; tampoco es aguantar esperando lo peor, ni sufrir
la espera, sino perseverar con gozo y fe esperando lo mejor que viene de la
mano de Dios.
El mismo versículo uno nos
invita a mirar aquellos héroes de la fe del Antiguo Testamento quienes por la
fe y la paciencia alcanzaron las promesas de Dios.
Cuando consideramos sus vidas
la misma Escritura registra sus debilidades y errores, pero ellos decidieron
creer en las palabras de Dios y esa fe los hizo perseverantes hasta ver el
cumplimiento de la promesa.
Recordar y meditar las
promesas de Dios alimenta la fe, la esperanza y la visión; así como pensar sólo
en los fracasos alimenta los miedos, la incredulidad y la certeza de la
ruina.
En esta ocasión el Espíritu
Santo nos recuerda que la vida cristiana es como una carrera atlética en la que
se nos aconseja despojarnos de todo peso y de todo pecado, pues estos nos
estorban y desgastan para correr el camino que Dios nos ha trazado por delante.
De por si correr la carrera
ya es un desafío que requiere fortaleza y perseverancia, pero además en el
camino hallaremos obstáculos, peligros y oposición, ésta realidad debe
llevarnos a concientizarnos sobre la necesidad de correr con Cristo, su
compañía no sólo nos da la fuerza suficiente sino que nos asegura la victoria
ante el enemigo.
Precisamente la verdadera
paciencia bíblica se da aquí, cuando podemos perseverar confiados en el poder
de Jesucristo y podemos mantenernos firmes a pesar de la oposición, pues
nuestro corazón descansa en la fidelidad de Dios, Aquel que cumple sus promesas
por encima de todo obstáculo y adversidad.
Entonces la perseverancia
tiene su fuente de fortaleza en Cristo mismo y es renovada como resultado de la
comunión con él. Por eso el Espíritu Santo nos anima a orar con perseverancia
diciendo en la Carta a los Efesios 6:18 “Orando en todo tiempo y súplica en el
Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia”.
2) Jesucristo es nuestro ejemplo
e inspiración. Hebreos 12:2.
“Puestos los ojos en Jesús,
el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió
la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Como podemos ver en la
primera parte del versículo dos, se nos enseña la importancia de poner nuestros
ojos en Jesucristo. Él es el comienzo y final de nuestra fe, él es el origen e
inspira toda esperanza. Por eso es nuestra inspiración.
Jesucristo es quien nos
impulsa con su fuerza cuando pensamos en desmayar, él es quien renueva en
nosotros el deseo de perseverar y luchar a pesar de todo.
Cuando miramos su testimonio
y ejemplo revelado en los evangelios nuestra confianza y esperanza toman nuevas
fuerzas, y nuestra fe en Dios se renueva.
El versículo dos nos dice que
el Señor Jesús experimentó con gran dolor la cruz, el oprobio (es decir la
vergüenza y la deshonra) y después se sentó a la diestra de Dios Padre, todo
esto lo alcanzó gracias al “gozo puesto delante de él”.
Para el Hijo de Dios su gozo
fue hacer siempre la voluntad de Dios Padre, aunque aquello implicará dolor y
sufrimiento. Recordemos aquí que la paciencia bíblica es “resistencia alegre”
entonces el gozo de Dios fue fortaleza ante los obstáculos que Jesús tuvo que
enfrentar, por eso dice la Biblia: “el gozo del Señor es mi fortaleza”.
Debemos destacar también que
la parte final del versículo dos nos dice: “y se sentó a la diestra del trono
de Dios”. Expresión que nos habla de distinción, poder, gobierno y honra.
Todo esto fue alcanzado
después de que el Señor Jesús terminó su carrera, esto nos recuerda cuán
importante es ir a la presencia de Dios y renovarnos en él y llenarnos del gozo
del Espíritu Santo para perseverar y alcanzar lo que él nos ha prometido.
(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
La aflicción impide correr
con efectividad y constancia; un corazón afligido pierde su esperanza, se
debilita en su fe y más bien piensa en renunciar y dejar la carrera de la fe en
Dios.
Por eso nos dice la Biblia
que Jesús anduvo sanando a todos los afligidos por el diablo, pues el reino de
las tinieblas aflige al ser humano robándole así toda esperanza de
salvación.
Precisamente por su obra en
la cruz el Señor Jesús nos dio salvación, libertad y el equipo para perseverar
ante todo obstáculo y adversidad, y aunque haya momentos dolorosos en la vida
Jesucristo nos dará la capacidad de enfrentarlos y superarlos de su mano.
Cuando experimentes
frustración o estancamiento en tu vida aparta un tiempo para hablar con Jesús,
cuéntale al detalle tus dificultades, debilidades, miedos y fracasos, esto no
sólo te hará más liviano, sino que renovará tu confianza en Dios, y por tanto
tu visión de vida será con esperanza en la buena obra del Señor a tu favor.
3) La certeza de la recompensa
es un motivo de perseverancia. Hebreos 12:3.
“Considerad a aquel que
sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo
no se canse hasta desmayar”.
De hecho en el versículo tres
el Espíritu Santo (quien inspiró las Sagradas Escrituras) nos invita a pensar
en profundidad en Aquel (Cristo Jesús) quien experimentó la hostilidad y
oposición (contradicción) de pecadores, para que el desánimo no se adueñe de
nuestro corazón.
El Señor Jesucristo enfrentó
una continua y fuerte oposición y persecución por parte de escribas y fariseos,
pero su perseverancia arraigada en la certeza de la voluntad de Dios Padre fue
superior a los obstáculos y a la oposición.
Esa perseverancia confiada en
el poder y cuidado de su Padre celestial fue premiada con un gran galardón,
pues se sentó a la diestra del trono de Dios. Cristo fue honrado y exaltado,
debemos tener presente esto ante las dificultades terrenales.
En la tierra cuando se
desarrollan las competencias mundiales se entregan diversos premios, medallas,
trofeos, premios, etc, pero todo esto es terrenal y pasajero, mientras que los
galardones celestiales son eternos e incorruptibles.
Todo esto debe animarnos a
perseverar para no desmayar. Dios recompensa a quien le sigue y le sirve, él es
galardonador de los que le buscan.
Al considerar la vida de los
deportistas profesionales podemos ver su dedicación y esfuerzo, así como su
perseverancia, pues dedican su vida a un deporte con muchas horas de
entrenamiento diario, deben abstenerse de muchas cosas y perseverar hasta
alcanzar su medalla o trofeo.
Esto nos recuerda las
palabras de Dios a Josué: “Mira que te mando que esfuerces y seas valiente”.
Ante este pasaje bíblico
vemos cuán importante es poner nuestra mirada en Jesucristo el Señor, él es
nuestra máxima inspiración, su ejemplo y vida es nuestro modelo a seguir.
El Señor se fortalecía
continuamente en la comunión con el Padre celestial y logró alcanzar la meta
que tenía por delante. Fortalezcámonos pues en él y esa fortaleza y confianza
en sus promesas nos hará más que vencedores.
(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
Perseveremos, tendremos nuestra recompensa!!
ResponderBorrarPero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. Isaías 40:31
El Señor Jesús bendiga tu vida y tu familia, Sara. Muchas gracias por dejarnos tu valioso comentario, y por apoyar esta labor.
BorrarQue precioso mensaje. Gloria Dios
ResponderBorrarDios bendiga tu vida y toda tu familia, Fernando. Muchas gracias por dejarnos tu valioso comentario.
BorrarBuen estudio de la palabra,gracias pastor Gonzalo
ResponderBorrarGracias por tus palabras Evelio, son muy importantes para nosotros. El Señor Jesucristo bendiga tu vida y toda tu casa.
BorrarMe gusta mucho los estudios quedan
ResponderBorrarMuchas gracias por dejarnos tu comentario, es muy valioso para nosotros. Dios bendiga tu vida y a todos los tuyos.
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