Administra bien el fruto de tu boca

Administra bien el fruto de tu boca y evita la murmuración. La Biblia claramente nos enseña que la vida y la muerte están en poder de la lengua. 

Es por eso que debemos cuidar muy bien nuestra manera de hablar, pues mañana cosecharemos lo que ha salido de nuestra boca. Con razón el Señor nos mandó diciendo: “Bendecid, y no maldigáis”. Consideremos por ejemplo lo que le sucedió a Israel por el desierto:    

Números 21:5-7 “Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo”.

Sin duda el desánimo es un estado que genera murmuración y queja. El desánimo sólo mira los obstáculos y dificultades, no levanta sus ojos para ver las grandes bendiciones que hay más adelante. El desánimo hace más grandes las adversidades.   

El versículo cinco de Números 21 nos dice que “el pueblo habló contra Dios”, de esto debemos cuidarnos pues el Señor es perfecto, no hay falla, ni error, ni equivocación en él. Hablar contra Dios es cavar el pozo en el que caeremos nosotros mismos. No podemos hablar mal de Aquel que solo nos hace bienes. 

También el pueblo habló contra Moisés, el que ha estado guiándolos y sirviéndoles. El desánimo generó un ambiente enrarecido, contrario y muchos comenzaron a ver sólo lo malo y desde allí levantaron la murmuración.    

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Las palabras que expresa Israel son no sólo de inconformismo, sino de muerte y además menosprecian el maná enviado por el Señor. El desánimo hace que las personas no valoren los preciosos dones recibidos por la gracia de Dios.

La murmuración trajo como resultado un ataque de serpientes venenosas que mordían al pueblo, y muchos murieron a causa de esto.

La murmuración dio lugar a la serpiente (el apóstol Juan en el libro de Apocalipsis llamó al diablo “la serpiente antigua” y también lo llamó “el dragón”), entonces la murmuración permite la acción del diablo, por eso debemos cuidar nuestra boca y nuestro corazón para no darle lugar al enemigo.  

Hay personas que por la murmuración solo cosechan enfermedad, fracaso, ruina y muerte, porque dice la Biblia que “la vida y la muerte están en poder de la lengua; según la uses así serán sus frutos” Proverbios 18:21.

Moisés fue a Dios para pedir perdón por el pueblo y para interceder por ellos, y Dios le dio la solución; una vez más el Señor misericordioso perdona a su pueblo y continua guiándolos hacia la tierra prometida. 

Dios es bueno, y por eso nos da su palabra para conducirnos recta y sabiamente. Su deseo es conducirnos hacia el plan que nos ha preparado. No demos lugar al enemigo, más bien permitamos que sea la presencia de Dios la que dirija nuestra vida.

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Escrito por por pastor Gonzalo Sanabria.  

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