Nunca te dejaré, ni te desampararé

Introducción: Creer en Dios es una cosa, y de hecho esa frase es usada en todo tiempo y por muchas personas, así no hayan nacido de nuevo en Cristo. Pero otra cosa es confiar en Dios, pues esto implica poner en sus manos nuestro corazón, nuestra vida y nuestro futuro...

Es una confianza basada en la fidelidad y bondad de Dios, que no permite la murmuración ni la queja contra su voluntad, pues la persona sabe con certeza que todo lo que él hace es bueno y para bien.    

“Nunca te dejaré, ni te desampararé”.

Palabras de fortaleza para una nación. Deuteronomio 31:1-6.

“Y Moisés… les dijo: De edad de ciento veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán. Jehová tu Dios, Él pasa delante de ti; Él destruirá estas naciones de delante de ti, y las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho… Y Jehová los entregará delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y sed valientes; no temáis, ni tengáis miedo de ellos; porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará”.

Dios habla a Israel a través de Moisés en un momento muy especial e importante, estaban a punto de entrar en la tierra prometida y su líder Moisés va a morir. Era entonces un tiempo de incertidumbre y temor, como los que a veces vivimos nosotros en ciertos tiempos difíciles de nuestra vida. 

Sin duda las palabras de Dios en aquella ocasión para Israel son también para nosotros hoy, pues somos su pueblo y él no cambia. Cuando enfrentamos tiempos complicados o tenemos delante de nosotros grandes obstáculos o desafíos por superar puede aparecer el miedo o la preocupación, y es allí donde debemos recordar y aplicar las palabras del Señor: “No te dejaré, ni te desampararé”.    

No es difícil tener presentes estas palabras, pero es más complicado ponerlas por obra. Es decir, cuando estamos pasando por una prueba, y hay presión emocional, financiera, etc, es un desafío confiar en Dios, creer y esperar en él. Israel debía confiar en las promesas del Señor para entrar y conquistar la tierra de la abundancia.

Había gigantes en la tierra prometida, grandes ciudades y muy bien custodiadas, ejércitos poderosos y diestros para la batalla, Moisés iba a morir, pero lo más importante para Israel es que Dios iba con ellos.

No se trata tanto de la grandeza del problema, sino de nuestra confianza en el inmenso poder de nuestro Dios. Confía en el Señor Jesús, él nunca te dejará avergonzado. Poderoso es Dios para hacer mucho más de lo que pedimos o entendemos.         

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Escrito por por pastor Gonzalo Sanabria.  

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