Es Dios quien te levanta de la derrota
Introducción: La Biblia nos enseña
grandes victorias y conquistas alcanzadas por aquellos hombres y mujeres de fe
que perseveraron de la mano de Dios. También la Escritura nos enseña fracasos y
derrotas que sufrieron hombres de Dios y sus ejércitos. La voluntad de Dios es
nuestra victoria, pero a veces vivimos el fracaso, y sin duda esto encierra
grandes enseñanzas para nosotros…
Sermones cristianos:
Es Dios quien te levanta de la derrota.
1) A veces nos encontramos con el
fracaso. 1 Samuel 4:1-2.
“Y Samuel habló a todo
Israel. Por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos; y
acampó junto a Eben-ezer, y los filisteos acamparon en Afec. Y los filisteos
presentaron la batalla a Israel; y trabándose el combate, Israel fue vencido
delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a
cuatro mil hombres”.
La Biblia nos dice que en
aquel tiempo Israel salió a encontrarse en batalla contra los filisteos. Estos
tenían un ejército numeroso y por lo general contaban con carros para las
batallas, lo que los hacia más fuertes y eficaces en la guerra.
Lamentablemente en
aquella batalla Israel fue vencido y los filisteos hirieron como a cuatro mil
soldados israelitas. Esta batalla se da entre Eben-ezer y Afec, al norte de
Israel, tierra que Dios prometió a su pueblo y además él había dicho que
estaría con ellos y que le daría la victoria sobre sus enemigos.
Pero la realidad de 1
Samuel 4 nos muestra que Israel cayó ante sus enemigos filisteos, el pueblo del
Señor sufrió grandes pérdidas y experimentó la vergüenza ante sus enemigos.
Dios no miente y nunca falla, entonces ¿qué había sucedido? ¿Por qué a veces vivimos
el fracaso o la derrota?
2) Debemos hacer las preguntas
correctas. 1 Samuel 4:3a.
“Cuando volvió el pueblo
al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy
Jehová delante de los filisteos?”.
Ante esta realidad los
ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué Jehová nos ha herido hoy delante de los
filisteos? Cuando vivimos el fracaso o la derrota o cuando las cosas no salen
como queremos, podemos hacernos muchas preguntas y sacar diversas conclusiones,
pero es muy importante hacernos las preguntas correctas.
En este caso vemos por
ejemplo que los ancianos aunque se preguntan por lo sucedido, su pregunta
contiene una expresión significativa: “¿Por qué Jehová nos ha herido?”. Ellos
concluyen que ha sido Dios quien ha traído aquella derrota.
Pero al tener en cuenta
el carácter de Dios y su naturaleza a lo largo de la Biblia, vemos que Dios
quiere llevar a su pueblo en victoria sobre sus enemigos, y además es lo que él
mismo les había prometido, es decir victoria sobre loa cananeos.
Ante los problemas
podemos cometer errores o tener las actitudes equivocadas, como: murmurar,
quejarnos e incluso llegar a acusar a Dios de nuestros malos resultados. Dios
es bueno, él es amor, perfecto y puro, dio la vida de su Hijo por la nuestra,
entonces él desea la victoria de sus hijos.
La actitud correcta es
evaluar con la ayuda del Espíritu Santo nuestro corazón, nuestros motivos,
nuestros pensamientos y planes, porque podemos fácilmente emprender cosas,
negocios, caminos, y tomar decisiones sin la dirección de Dios y por tanto los
resultados no serán buenos, no contaremos con el respaldo y bendición del Señor
como él quiere.
3) Debemos aprender de nuestros
fracasos.
Aquel duro y difícil
momento fue también una oportunidad para evaluar la situación presente e
identificar las soluciones. Israel pudo haber expuesto muchas excusas, como por
ejemplo:
“No nos preparamos bien
para la batalla”
“Los filisteos tienen
mejores armas”
“Ellos ganaron porque
tenían carruajes de guerra”
Y muchas más excusas,
pero algo tenían claro y es que su victoria no dependía tanto de esos detalles,
sino de la misma presencia de Dios con ellos. Si Dios no está con nosotros las
cosas no saldrán bien.
Podemos recordar que a
Moisés, quien una y otra vez ante las dificultades del camino hacia la tierra
prometida lo que hacía era buscar al rostro de Dios, allí no sólo recibía
fuerzas para seguir adelante, sino que también el Señor le daba la solución a
la dificultad que tenían.
No hay mejor lugar para
aprender de nuestros errores que en la presencia del Maestro: Jesucristo
nuestro Señor. Dios sigue enseñándonos, procuremos un corazón humilde dispuesto
a no sólo reconocer sus equivocaciones sino corregirlas.
Esta derrota era un
fuerte mensaje de que las cosas no estaban bien, y por lo tanto ellos debían
detenerse, reflexionar, tomar las decisiones correctas y aplicar los cambios
necesarios. De igual forma debemos considerar nuestra vida, identificar lo que
hemos hecho mal, buscar a Dios y hacer los cambios necesarios.
Proverbios 12:15 nos
recuerda que el ser humano de corazón necio no acepta sus propios errores, más
bien justifica y defiende su torcido camino. En contraste el de corazón sabio
escucha y sigue el consejo de Dios, y por tanto cosechará múltiples
bendiciones.
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4) Debemos traer la presencia de Dios a
nuestro campamento. 1 Samuel 4:3b-4.
“Traigamos a nosotros de
Silo el arca del pacto de Jehová, para que viniendo entre nosotros nos salve de
la mano de nuestros enemigos. Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el
arca del pacto de Jehová de los ejército, que moraba entre los querubines; y
los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios”.
Los ancianos hacen una
evaluación de la situación e identifican que aunque tienen soldados para la
guerra, armas, estrategias de batalla y escudos, les falta lo más importante la
presencia de Dios (el arca del pacto de Jehová representa la presencia y poder
de Dios).
Dios es Todopoderoso, su
presencia es la que nos garantiza su bendición y respaldo. Obtener un gran
logro, victoria o conquista no se debe a nuestras capacidades o virtudes sino a
la gracia y favor de Dios en nuestra vida.
Ellos enviaron por el
arca de Jehová, asunto que nos recuerda la importancia de traer la presencia de
Dios a nuestra vida, a nuestra familia e iglesia.
Sí procuramos la
presencia del Señor, sí le damos a él el primer lugar, será él mismo quien
pelee por nosotros, será él mismo quien llevará nuestra viaje a feliz término,
será él mismo quien bendecirá nuestros negocios, planes o decisiones.
Conclusión: No
hay enemigo más grande que el poder de nuestro Dios, él desea llevarnos de
victoria en victoria. Si hemos tropezado o hemos fracasado es el momento de
acercarnos a Dios, reconocer que nos hemos equivocado y pedirle su ayuda, él
puede hacerse cargo de todo y le dará el mejor final a tu problema. Nuestra
victoria esta amparada en la victoria de Cristo en la cruz del calvario. Es Dios quien nos levanta de la derrota.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
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Contamos con un Dios poderoso para vencer obstáculos y vencer toda tentación.
ResponderBorrarDejo el link de una canción q me ha venido a la mente.
https://youtu.be/yoA9JAfdKYI
Gracias pastor, bendiciones !
Muchas gracias Sara por tus comentarios y apoyo a este ministerio. Dios te bendiga.
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