Tu mente y la palabra de Dios
Introducción: El reino de las tinieblas
procura gobernar o por lo menos influenciar la mente de los seres humanos; con
diversas estrategias quiere someter aun la mente de los cristianos o atormentarlos
con sus dardos de fuego. La mente es un campo estratégico sumamente importante.
Con la palabra del Señor Jesús y el poder del Espíritu Santo podemos rechazar
los dardos del diablo y avanzar hacia lo que Dios nos tiene preparado…
Tu mente y la palabra de Dios.
Dios desea que su
palabra ilumine nuestra mente. Ella tiene el poder de renovar, transformar y
liberar las áreas cautivas de nuestro proceso de pensamiento.
Juan 14:26 nos enseña
una obra en particular del Espíritu Santo en relación con las palabras de
Jesús, el Maestro dijo: “el Espíritu Santo os recordará todo lo que yo
os he dicho”. Entonces Jesús no quiere que sus discípulos olviden sus palabras,
y el Espíritu Santo nos las va a recordar.
Por eso con frecuencia en
diversos momentos de nuestra vida saltan a nuestro corazón pasajes y versículos
de la Escritura, esa es parte de la obra del Espíritu Santo en nosotros. Estos pasajes
vienen a nuestra mente con fuerza para librarnos de cometer pecado, guardarnos
del mal camino o advertirnos sobre los ataques del enemigo.
La Biblia R.V. nos dice
en proverbios 23:7 “Según el pensamiento del hombre, el tal es él”, y la
Versión de las Américas dice: “pues como piensa dentro de sí, así es”. Vemos pues cuan poderoso es el pensamiento,
tanto que determina la clase de persona que un ser humano será. De allí que sea
muy importante llenar nuestra mente con la palabra de Dios.
Esto es tan poderoso e
importante, que planeando Dios que seamos como su Hijo Jesús, nos dice la
Escritura: “Más nosotros tenemos la mente de Cristo” 1 Corintios 2:16.
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Entonces Dios nos ha
equipado (con su palabra, con su Espíritu Santo, con la mente de Cristo, con su
sangre que limpia de pecado nuestra mente, entre otros) para que nuestro
proceso de pensamiento sea sano, correcto, espiritual, puro, para que podamos
comprobar y practicar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Nuestra memoria debemos
rendirla a Cristo, debe exponerse al poder de la sangre de Jesús, y al poder de
su palabra, la cual renueva, transforma, convierte el alma, etc. No podemos
olvidar que la Biblia nos habla en varios pasajes del Nuevo Testamento del
yelmo de la salvación (el yelmo era un casco del soldado que cubría su cabeza).
Así pues la verdades de
Cristo, lo que somos en él, lo alcanzado en la cruz del calvario, y las
riquezas de la gloria en Cristo deben regir nuestra vida, pues no se trata de
nosotros sino de Cristo que vive en nosotros, no se trata de lo que fuimos,
pues el que está en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí
todas son hechas nuevas.
Seguramente el diablo
lanzará sus dardos de fuego, pero nosotros tenemos el escudo de la fe y dice la
Biblia que con él apagaremos aquellos dardos que procuran venir a dañar tu fe
en Cristo, tu confianza en sus promesas, e intentarán derribar tu esperanza en
las grandes cosas que Dios tiene por delante para ti.
La desobediencia a Dios
no paga bien, en contraste cuando seguimos su palabra nos irá bien, pues dice
la Biblia: “en todo lo que emprendas prosperarás”.
Cada día entreguemos a
Dios todo nuestro ser, y sobre todo nuestra mente. En oración pidamos al Señor
que dirija nuestros pensamientos, y que su palabra inunde nuestro ser. Con amor
y diligencia leamos su palabra y permitamos al Espíritu Santo actuar en nuestro
corazón y en nuestra mente, renunciemos con la autoridad de Dios a lo oculto y
vergonzoso, avancemos con la mente de Cristo.
Conclusión: Dios desea la restauración de todo nuestro ser, eso implica
nuestra mente. Recordemos que la Biblia nos dice que el primer mandamiento es:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente”.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "DIOS CAMBIA LOS CORAZONES".
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