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Jesús siempre te ayuda

Jesús siempre te ayuda.
Introducción: Una persona puede vivir bajo aflicción o crisis durante muchos años, pero al acudir a la presencia de Dios todas las cosas comienzan a cambiar, pues el Señor tiene el poder para cambiar la maldición en bendición. El poder de Jesucristo no sólo salva al pecador, también sana, libera y restaura al caído; el amor de Dios es más grande y poderoso que toda adversidad u obstáculo…   


Jesús siempre te ayuda.

Nos dice la Biblia en Lucas 13:12-13 “Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios”. 

Es muy importante tener en cuenta aquí las acciones de Jesús, pues nos permiten ver todo lo que Dios hace a favor de sus hijos. Para el Señor Jesucristo es muy importante lo que cada uno de nosotros vive, él quiere escuchar de tu boca lo que sientes y lo que anhelas, quiere escuchar de ti tus sueños y tus metas.

Respecto a esta mujer la Biblia nos dice que Jesús “la vio” – “la llamó” – “le dijo” – “puso las manos sobre ella”, acciones del Señor a favor de ésta mujer, y son cosas que también Dios hace por nosotros. Veamos:

a) “La vio”: Al entrar a la sinagoga los ojos de Jesús se fijaron en ésta mujer, él vio que sobre ella había una atadura demoniaca que la estaba atormentando. La Biblia dice que “los ojos de Dios contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que confían sinceramente en él”.

b) “La llamó”: Todos estaban a la expectativa de lo que el Señor iba a enseñar y hacer allí. Lo primero que hizo fue llamar a ésta mujer; quizá algunos esperaban ser llamados, o tal vez ser reconocidos o nombrados por el Señor debido a sus buenas y religiosas obras, pero él llamó a la que menos esperaban todos, creo que ni ella misma esperaba ser llamada.

Dios llamó a Moisés en medio de sus miedos, también llamó a Gedeón a pesar de sus complejos, llamó a Jeremías aunque era un niño, llamó a Pablo aunque era un perseguidor de la iglesia; esto mismo es lo que hace Dios con nosotros, nos llama no por nuestras virtudes o capacidades, sino por su gracia y misericordia. Cada uno de nosotros fue alcanzado un día por Jesús, él lo hizo por amor.   

c) “Le dijo”: Ante su situación creo que ella escuchaba continuamente palabras de rechazo, burla, y juicio. Lo más probable es que ella misma se sentía impotente, insegura, y evitaba la vida social. Pero en medio de todo eso, buscaba a Dios, aquel día ella no esperaba un maravilloso encuentro como el que tuvo.

El Señor Jesús le habló, y sabemos que las palabras del Señor son vida, vienen llenas de poder, Jesús le dijo: “Mujer, eres libre de tu enfermedad”. Aquellas palabras trajeron libertad a su vida, y no sólo de su aflicción, sino de todo lo que aquella situación le había generado.



La palabra “mujer” que usa Jesús aquí desde el griego bíblico significa: esposa, casada. Seguramente las cosas en su matrimonio y en casa no eran fáciles por su condición.  Muchas palabras que había escuchado antes, sólo le habían traído dolor, tristeza y rechazo, pero ahora Jesús la hace libre, le habla palabras de amor, valoración, cariño, ternura, la hace consciente de cuán importante es para Dios.

De hecho la palabra  “libre” se traduce del término griego “apoluo” que además significa: perdonar. Su corazón también fue liberado de su culpa, de su juicio, su auto estima fue restaurada por el poder y amor de Jesucristo. Las palabras de Jesús sanan, liberan, restauran, salvan y transforman la vida del ser humano.         
   
d) “Puso las manos sobre ella”: En cuarto lugar nos dice la Escritura que Jesús la tocó. El poder de Dios vino sobre ella cuando el Maestro impuso sus manos en el lugar de su dolor y aflicción. Dios tiene el poder para convertir nuestro dolor en una gran victoria, él puede hacer de nuestra aflicción una fuente de victoria para muchos. 

Conclusión: Siempre el amor y poder de Dios será más grande que nuestra dificultad. Ésta  mujer por muchos años vivió bajo aflicción, pero para Dios no hay nada imposible, ella fue liberada y restaurada. De igual manera Jesús sigue salvando, sanando y liberando hoy día.

Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.



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