Jesucristo nos libra de la angustia
Introducción: Las
diversas crisis de la vida, o momentos traumáticos generan en el corazón humano
diversas reacciones y dejan diferentes huellas. En muchas ocasiones el enemigo
aprovecha esto para poner sobre las personas una carga de aflicción o angustia,
carga que permanece allí hasta que reaccionamos y con la autoridad de Cristo
renunciamos a eso, y el Señor quiebra el yugo que genera aflicción en la
persona…
Jesucristo nos libra de la angustia.
La aflicción y la
angustia quedarán atrás, Isaías 9:1-3 “Más no habrá siempre oscuridad para la
que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino… la primera vez a
la tierra de Zabulón y de Neftalí; pues la fin se llenará de gloria el camino
del mar… los que moraban en tierra de sombra de muerte luz les resplandeció.
Multiplicaste su gente, y aumentaste su alegría como se alegran en la siega”.
En este texto Dios
comienza prometiéndole a su pueblo, que los tiempos de angustia y aflicción
pasarán, fue eso algo temporal. La que estaba en angustia hace referencia a la
tierra de Galilea. Y es un pasaje mesiánico pues hace referencia al momento en
el que aparecería Cristo trayendo libertad a aquella región. Es interesante ver que aunque era parte de la
tierra prometida estaba bajo angustia y oscuridad.
En el versículo uno
vemos la palabra “angustia” que se traduce del hebreo “mutsac” y significa
además: estrechez, aflicción, y nos revela la vida que vivían aquellos que
estaban en la región al norte de Israel (Galilea).
Fueron tiempos de
escasez en gran manera, la región no se destacaba por ser una tierra de
alegría, habitaban bajo el gobierno de la sombra de muerte. Estaba bajo el
gobierno espiritual de las tinieblas.
El versículo uno
también nos revela que la aflicción que estaban viviendo era como aquella que
vivieron las tribus de Zabulón y Neftalí al ser las primeras en caer en manos
del rey de Asiria, lo cual nos habla de cautiverio, desolación, pérdidas,
angustia, miedos, etc, pero al final dice que el Señor hará aquella tierra
gloriosa.
Por la idolatría
aquella tierra había caído en manos de Asiria, pero ante su arrepentimiento
Dios manifestaría su amor y bondad, llenando aquella región con su gloria, con
muchas bendiciones, y ante todo con su presencia (en la persona de Jesús). Será
tiempo de multiplicación y gran gozo. Como sucedía en tiempos anteriores, con
el gozo que experimentaban ante las grandes cosechas de su tierra.
Conclusión: Dios no se alegra de la tristeza y
aflicción de su pueblo, por el contrario mueve su mano poderosa para berra y
restaurara a su hijos, él tiene el poder de transformar la maldición en
bendición.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
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