Introducción: La
Biblia nos enseña que en muchas ocasiones el pueblo de Israel estuvo bajo
opresión del enemigo como resultado de su desobediencia. Ante la aflicción el
pueblo de Dios clamaba misericordia y el Señor atento y bondadoso los liberaba
nuevamente. Sucedió con mucha frecuencia debido a la dureza del corazón humano,
aspecto que nos recuerda la importancia de rendir realmente nuestro corazón a
Dios...
Dios ha diseñado lo mejor para tu vida.
Dios no quiere
aflicción para su pueblo, Deuteronomio 28:1-2.
“Acontecerá que si
oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra
todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te
exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.
Es muy importante
que tengamos en cuenta la ubicación geográfica del texto de Deuteronomio 28.
Éste evento se da antes de entrar en la tierra prometida y por supuesto antes
de morir Moisés en el monte Nebo, muy cerca del río Jordán. El nombre
Deuteronomio significa: Segunda ley. Allí Moisés da a conocer las instrucciones
de Dios para conquistar y mantener la tierra prometida en bendición.
Debemos tener
presente que el pueblo divagó por el desierto cuarenta años, y sólo los mayores
de veinte años entraron a la tierra prometida, de la antigua generación sólo
Josué y Caleb entraron, entonces el pueblo que escuchó a Moisés dar estas
palabras fue la nueva generación que había nacido en el desierto.
Ésta instrucción (Deuteronomio)
fue como un anexo a la ley dada por Dios a través de Moisés en el Monte Sinaí.
Israel no debía imitar las prácticas paganas de los cananeos, ni adorar a sus
ídolos, ahora era un pueblo especial escogido por y para Dios. Debía destacarse
por adorar al Dios único y verdadero, al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y
guardar su pacto.
Deuteronomio 28
contiene las bendiciones de la obediencia y las maldiciones como resultado de
la desobediencia. Deuteronomio 28:15. Entonces éste capítulo se convierte en una
valiosa enseñanza para el pueblo de Dios, pues Cristo nos ha librado de la
maldición de la ley, nos dice el Nuevo Testamento, e igualmente nos recuerda la
Escritura la importancia de la obediencia a Dios.
La misma Biblia nos
advierte los tristes resultados de la desobediencia. Cristo vive en nosotros y
por él podemos vencer la tentación, sortear los momentos críticos de la
vida y vivir para Dios cumpliendo su
propósito en cada uno. Dios es bueno y poderoso, él no fortalece ante la
dificultad.
Conclusión: El deseo de Dios es el bienestar, salvación
y prosperidad integral de sus hijos, él sabe cuál es el mejor camino para cada
uno, por eso de mucha maneras nos habla y nos corrige. Dios es bueno en esencia
y hace todo lo posible para llevarnos al destino que nos ha preparado.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "LA PERSEVERANCIA TE CONDUCE AL TRIUNFO".
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amen.gloria.a Dios
ResponderBorrarAmén. Saludos Evelio.
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