Dios es bueno y poderoso
Introducción: A lo largo de la Biblia Dios
nos muestra que es él quien toma la iniciativa para buscar y llamar al ser
humano. Ante ese llamado hay diversas reacciones, aceptarlo con pasión como el
apóstol Pablo, huir como Jonás quien navegó a Tarsis, o esconderse como Moisés
en el desierto, quien además inicialmente presentó muchas excusas para no ir. Pero
Dios es bueno y poderoso, él cumple sus propósitos…
Huir o no aceptar con gozo el llamado de Dios
se debe a nuestros conflictos emocionales, complejos, baja autoestima, falta de
fe, etc, pero Dios no olvida ni desecha sus propósitos. El Señor aparece en el
momento preciso, nos recuerda el diseño para el cual fuimos creados, nos
ministra, restaura, equipa y comisiona para ir a hacer la voluntad de Dios.
Dios es bueno y poderoso.
Dios organiza las
cosas de acuerdo a su plan. Éxodo 3:1
“Apacentando Moisés
las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través
del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios”.
Ante la persecución
del faraón Moisés decide ir a vivir a Madián, allí conoce a su esposa Séfora
con quien tiene dos hijos, y se convierte en pastor de ovejas, aquellos rebaños
eran de propiedad de su suegro Jetro. Llevando las ovejas por el desierto no fue
un accidente llegar a Horeb, monte de Dios. Fue precisamente allí donde Moisés
tiene su encuentro con Dios y recibe el llamado divino.
Había otros caminos
seguramente, pero poco a poco Moisés llegó allí. Él estaba sólo y en el
desierto, escenario que nos recuerda la importancia de estar a solas con Dios,
es necesario buscar ese espacio en medio de un mundo lleno de ruido que corre a
gran velocidad.
El mismo Señor
Jesús nos dio ejemplo al respecto, pues nos dice marcos 1:35 “Levantándose muy
de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí
oraba”. El Señor tomaba tiempos especiales donde se apartaba de las multitudes
para tener comunión a solas con su Padre celestial.
Sin duda allí el
Señor recibía la dirección y la fuerza del Espíritu para seguir adelante con el
ministerio. La solución no es huir o pretender escapar de Dios, él es bueno y
poderoso para ayudarnos a hacer su voluntad, la cual es buena, agradable y
perfecta. Es necesario ir a la presencia de Dios en oración, y a pesar de las
debilidades humanas decirle: “Señor, heme aquí”.
Conclusión: Las dificultades emocionales de Moisés y sus temores quizá nos hacen
recordar nuestras propias luchas, pero así como Dios lo usó poderosamente,
también puede hacerlo con nosotros hoy. Digamos al Señor: “Dios mío, confiado
en tu bondad y poder, aquí estoy, haz en mí tu voluntad. Amén”.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
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AMEN,DIOS LE BENDIGA
ResponderBorrarMuchas gracias Evelio. Dios bendiga tu vida y familia.
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