Por qué es necesario pasar por el desierto

Introducción: El profeta Elías huía de Jezabel y quería morirse, de hecho dice la Biblia que él se fue por el desierto un día de camino, pero Dios lo visitó, lo restauró, le habló y lo envió de nuevo a continuar con el ministerio. 

Moisés pensaba que su vida terminaría cuidando las ovejas en el desierto, pero allá Dios se le apareció en una zarza de fuego y lo llamó ser el libertador de Israel. Buen número de veces Dios habla en el escenario que menos esperamos…  

Sermón: ¿Por qué es necesario pasar por el desierto?

Oseas 2:8-16.

La dureza de nuestro corazón puede llevarnos al desierto (es decir a tiempos de trato divino).

Éste pasaje del profeta Oseas nos recuerda que Israel estaba viviendo un tiempo de gran infidelidad a Dios, pues ofrecía su culto a los dioses cananeos. Aquellos rituales eran politeístas e inmorales, buscaban la ayuda y protección para sus ganados y cosechas. Israel ha sido infiel, pero Dios sigue amando a su pueblo. Inevitablemente Israel caería en manos del ejército asirio, y es aquí donde resalta la expresión de Dios:

“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y allí hablaré a su corazón” Oseas 2:14.

Dios decide entonces llevar a su pueblo al desierto (esto significa que ellos serían llevados al cautiverio por el ejército asirio) y en medio de esa dificultad o desierto Dios mismo hablaría al corazón de su pueblo.        

  

El desierto es una prueba para el pueblo de Dios (Deuter. 8:2-3).

La palabra desierto aparece varias veces en la Biblia, es un lugar seco, árido, difícil de transitar, lugar de soledad, y de temperaturas extremas. En éste pasaje Dios le dice a Israel “te he traído cuarenta años por el desierto” entonces fue una parte del camino diseñada por Dios.

Su objetivo fue saber lo que había en sus corazones, si iban o no a guardar sus mandamientos, por eso dijo el Señor “para probarte”. 

El desierto representa prueba, es figura de alguna etapa de nuestra vida en la que hay aflicción, escasez, quebrantamiento, y en la que Dios desea que nuestro corazón le sirva y le alabe con gozo, pues nuestra fe y amor hacia él no está determinado por la situación sino por lo que Dios mismo es para nosotros. El Señor desea que su pueblo le reconozca como su proveedor y sustentador.

Es fundamental asimilar la enseñanza del desierto.

Ya que el desierto es un escenario de aprendizaje, se puede entrar al desierto como resultado de un propósito divino, o como consecuencia de ciertas actitudes de nuestra alma, cosas que deben ser ministradas en condiciones de debilidad y necesidad, ya que es así como el corazón reconoce su necesidad de cambio y acepta que sólo Dios puede hacerlo.

La Biblia contiene ejemplos al respecto para que nosotros no caigamos en esos errores, y si estamos pasando por un desierto, procuremos la enseñanza para superarlo. Si el objetivo de Dios es enseñarnos, lo mejor es asimilar su enseñanza; de esta manera no sólo saldremos del desierto, sino que aprendemos a superarlo y evitarlo.   

Conclusión: Los diseños de Dios son perfectos y buenos, aunque a veces sea difícil para nuestro orgullo y ego, el Señor sabe lo que hace. Confiemos en la soberana y buena voluntad de Dios, sigamos sus pasos y él hará lo que más nos conviene.          (Escrito por pastor Gonzalo Sanabria). 

Te invitamos a leer: "POR QUÉ ES IMPORTANTE LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA". 

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