Depender de Dios es vital
Introducción: Con
facilidad y tal vez afanados tomamos decisiones, pero debemos cuidarnos de
esto; ya que reflexionar y buscar al Señor siempre resultará en bendición. Las
decisiones alocadas y apresuradas pueden fácilmente llevarnos a grandes
pérdidas. Más los hijos de Dios somos guiados por el Espíritu Santo…
Reflexión: DEPENDER DE DIOS ES VITAL.
Procura
amar a Dios por encima de todas las cosas, fue precisamente esto lo que no tuvo
en cuenta Judas Iscariote, según Hechos 1:15-20
“Pedro
se levantó… y dijo: el Espíritu Santo habló por boca de David acerca de Judas,
que fue guía de los que prendieron a Jesús… éste con el salario de su iniquidad
adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus
entrañas se derramaron… porque está escrito en los Salmos: Sea hecha desierta
su habitación, y no haya quien more en ella, y… tome otro su oficio”.
Judas
era un seguidor de Jesús y luego llegó a ser apóstol del Señor. Revestido del
poder y autoridad de Cristo iba con los demás predicando el evangelio, fue
testigo de los poderosos milagros del Maestro y de sus revelaciones. Comía a la
mesa del Señor y era uno de sus allegados.
Lamentablemente
no amó a Dios por encima de todas las cosas e impulsado por la avaricia, vendió
a su Maestro por treinta monedas de plata. No basta con seguir una confesión de
fe, o admirados por sus milagros seguir a Dios, es necesario amarlo, ya que el
amor por él te da la fuerza para decir no a todo aquello que te quiere apartar
de su presencia. Depender de Dios es vital.
Judas
vendió a Jesús y con aquel dinero compró un campo (seguro había sido un anhelo
profundo de su corazón y por supuesto que Dios se lo había dado en su tiempo y
a su manera, pero Judas consiguió aquel campo de modo incorrecto). En aquel
campo Judas se quitó la vida y condenó su ser para siempre.
La
parte final del versículo veinte nos dice: “y tome otro su oficio” expresión
que nos muestra que hacer las cosas a nuestra manera no produce buenos
resultados. La avaricia en éste caso hizo que se perdieran privilegios
maravillosos que Dios había entregado. Pero quizá otras cosas como la ira, la
envidia, la competencia, la codicia, etc, nos pueden llevar a tomar malas
decisiones y afectar lo que Dios nos ha dado.
Conclusión: Sin duda Dios sabe muy
bien lo que hace y sabe a dónde nos lleva, debemos depender de él no sólo para
seguir el camino correcto, sino para evitar las trampas del enemigo y superar
los obstáculos del camino. Es pues vital depender de Dios.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "NO RENUNCIES AL LLAMADO DE DIOS".
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