El amor de Dios

Devocional: El amor de Dios. 

La más grande muestra de amor fue dada en la cruz del calvario. Jesús dio su vida por todos los pecadores, se despojó de todos sus beneficios y de su gloria para recibir el castigo por el pecado de los hombres. Al entregar nuestra vida a él debemos permitir que su amor nos llene y gobierne, pues sólo así podemos en realidad hacer su voluntad... 

La Biblia nos enseña que el amor de Dios debe regular nuestras acciones, y nos lleva a crecer en su conocimiento (Filipenses 1:8-10)

“Os amo con el entrañable amor de Jesucristo… Esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia ay en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Jesucristo”.

1) El amor de Pablo por los filipenses no nacía en su propio corazón, su origen era divino, es decir quien amaba por medio de él era Cristo mismo. Verdad que nos recuerda la importancia de buscar a Dios y permitir su gobierno en nuestro corazón, para amar como él ama, perdonar como él perdona y ayuda al otro como él quiere que lo hagamos.  

2) El apóstol Pablo pide a Dios que el amor de los filipenses crezca en ciencia y conocimiento. Aquí la palabra ciencia se traduce del término griego “epignosis” que indica conocimiento preciso, y conocimiento se traduce del griego “aisthesis” que indica discernimiento moral, entonces el amor debe comprender con precisión y aplicar la verdad de Dios con sentido moral correcto.

Esto equipa al cristiano para que apruebe siempre lo mejor y se guarde irreprensible para la venida del Señor. Ante la inminente venida de Cristo cada uno de nosotros debe crecer en amor, pues quien ama a Dios guardará sus mandamientos y quien ama su prójimo no le hará daño. En otras palabras el amor es el que nos lleva vivir en santidad.     

3) El amor de Dios nos fortalece para caminar en victoria sobre las adversidades (Filipenses 1:12-14).

“Las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio… y la mayoría de hermanos cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor”.

Las circunstancias por las que estaba atravesando el apóstol Pablo, es decir la cárcel y la persecución, habían servido de un modo inesperado para promover el evangelio en gran manera.

Éste progreso se podía observar de dos maneras: el mensaje de Cristo había llegado a la guardia pretoriana y los hermanos se habían animado a predicar el evangelio mucho más y sin temor.

Así pues ésta dificultad se había convertido más bien en una oportunidad para llevar a más lugares y a otros grupos el mensaje de Cristo. Por eso debemos ver en una crisis una oportunidad. El amor de Dios nos fortalece para perseverar y ser fieles a él, el amor es la más grande fuerza del universo.

Conclusión: Dios es amor, y por eso nos comprende y puede ayudarnos. Su mano siempre está extendida para sostenernos, enseñarnos y llevarnos por el camino correcto. Él desea no sólo evitarnos dolores, sino llevarnos al cumplimiento de su poderoso plan para nuestra vida. Todo lo hace por amor.    

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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