El poder de Dios

Introducción: En esta sociedad rápida y dinámica que vivimos hoy fácilmente descuidamos el plan de Dios con nosotros, e incluso empezamos a andar por otros caminos. Al cabo de un tiempo nos damos cuenta que hay una insatisfacción en el interior de nuestro ser, y esto se debe a que lo que hacemos no llena plenamente nuestro ser, la plenitud del ser humano es cumplir aquello para lo cual fue creado. Por eso él nos capacita con su poder…    

El poder de Dios es maravilloso.

Nos dice Hechos 10:38 “cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder; el cual anduvo haciendo el bien, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios estaba con Él”   

Nota 1: Según el pasaje leído al Señor se le llama “Jesús de Nazaret” y como resultado de la unción del Espíritu Santo anduvo sanando y liberando a todos los oprimidos por el diablo. Nos dice la Biblia “porque Dios estaba con él” expresión que nos indica que una evidencia de la presencia de Dios es su manifestación sobrenatural y poderosa.   

Nota 2: El nombre Jesús de Nazaret destaca la humanidad de Jesús, él es Dios quien además se hizo hombre. En su condición de hombre no usó su poder como Dios, él requirió la unción y poder del Espíritu Santo para desarrollar un ministerio poderoso.

Dios Padre derramó sobre él la unción del Espíritu Santo capacitándolo así para la obra; de igual manera nosotros necesitamos la unción y poder del Espíritu Santo para hacer la obra que Dios nos ha encomendado.

Nota 3: Nazaret es aquella ciudad de Galilea donde vivían José y María. Era una población pequeña y de poca importancia. La ciudad no estaba sobre vías principales y se mantenía como lugar apartado. 

Por eso fue que cuando Felipe le dijo a Natanael “Hemos hallado a aquel de quien escribieron Moisés y los profetas, a Jesús de Nazaret” y Natanael dijo: “¿de Nazaret puede salir algo bueno?”. La respuesta para nosotros hoy día es “por supuesto que sí” porque no ha nada imposible para Dios. 

Conclusión: Así hace muchas veces hace las cosas el Señor, esconde grandes tesoros detrás de cosas pequeñas. Él deposita su unción, poder y autoridad sobre seres humanos, sin duda falibles, quienes deben depender de Dios para que la excelencia y gloria sea del Señor y no de los hombres.

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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1 Corintios 1:27-29 “Antes lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es; para que ninguna carne se jacte en su presencia”.

El poder de Dios.