La Obediencia a Dios

Introducción: (La obediencia a Dios) Los discípulos del Maestro son figura en buena medida de nosotros. Ellos fueron formados y transformados por la mano del Señor para alcanzar el plan divino para sus vidas, pero esto no fue de la noche a la mañana. Dios es alfarero por excelencia… 

La obediencia a Dios y sus beneficios

1) El huerto de Getsemaní (Juan 18:1).

“Cuando Jesús hubo dicho estas palabras, salió con sus discípulos al otro lado del arroyo de Cedrón, donde había un huerto, en el cual Él entró, y sus discípulos”

Nota 1: Los pasajes paralelos o complementarios en Mateo y Marcos nos enseñan que hablamos aquí del huerto de Getsemaní. Lugar que frecuentaba Jesús para enseñar a sus discípulos y para orar. Allí oró la noche anterior al arresto y donde Jesús “ofreció ruegos y suplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar”.    

Nota 2: Por todas éstas cosas podemos concluir que el huerto de Getsemaní representa lugar o momento de oración, revelación, rendición y conquista de la victoria, porque fue en oración donde Jesús alcanzó la fortaleza para enfrentar aquel difícil momento. Para Jesús la obediencia al Padre fue lo más importante.



        

2) Un discípulo llamado Judas Iscariote (Juan 18:2-3).

“Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar; porque Jesús muchas veces se había reunido allí con sus discípulos. Entonces Judas, tomando una compañía y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, vino allí con linternas y antorchas, y con armas.”

Nota 1: Por ser Judas Iscariote aquel que robaba las ofrendas del Señor Jesús, y quien lo traicionó vendiéndole por treinta monedas de plata, representa traición y decepción, robo y mentira. Representa aquel seguidor infiel, que nunca se entrega a Dios realmente. Es aquel que aprecia más las riquezas terrenales que la recompensa y tesoros celestiales. Por su infidelidad Judas lo perdió todo, hasta su salvación.         

Nota 2: Los versículos que acabamos de leer nos enseñan que Judas conocía aquel lugar, allí como los demás discípulos fue instruido por Jesús “muchas veces”. Fue allí guiando a los alguaciles de los sacerdotes y fariseos, y una compañía de soldados romanos (un compañía es la décima parte de una legión romana, es decir iban con él 600 soldados). Llevaban linternas, antorchas y armas (Mateo nos dice: “espadas y palos”).

Nota 3: Era sin duda un vergonzoso espectáculo ver a Judas dirigiendo alrededor de 700 hombres (si lo consideremos literalmente) para capturar a Jesús, quien los esperaba como un “cordero que es llevado al matadero”. El Señor no estaba con una multitud armada, él estaba lleno de valor para hacer la voluntad del Padre celestial.

Incomprendido y siendo objeto de burla, muchos criticaban y se preguntaban ¿Dónde está el poder del Mesías? Pero lo que para los hombres es una necedad y locura, puede ser una poderosa arma del Señor para el cumplimiento de sus planes. Por eso ante Dios es más importante obedecer que comprender. 

          

3) La valentía y obediencia de Jesús debe inspirarnos (Juan 18:4-6).

“Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que habían de venir sobre Él, salió y les dijo: ¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús de Nazaret. Jesús les dijo: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, también estaba con ellos. Y cuando Él les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra.”

Nota 1: Nos dice la Escritura que Jesús “sabía todas las cosas que le habían de sobrevenir” esto no lo tomaba por sorpresa, más bien se adelantó y preguntó a quién buscaban. 

El Señor sabe todas las cosas, otros pasajes en los evangelios nos dicen por ejemplo que Jesús “conocía a todos los hombres y sabía lo que había en sus corazones” (Juan 2:24-25). Jesús conoce lo más profundo de nuestro corazón, nada le es oculto, y siempre está dispuesto para ayudarnos.

Nota 2: Nos dice la Biblia que cuando el Señor respondió “Yo soy” ellos cayeron a tierra. Jesús se había preparado en oración para aquel momento, por lo menos registra la Escritura que oró tres periodos de una hora en el huerto de Getsemaní, él Padre envió un ángel para fortalecerlo, estaba lleno de la gloría de Dios y al declarar que era el Yo soy, su poder los impacto dejándolos sin fuerza y caen ante la gloria del Señor. La obediencia a Dios te asegura su respaldo.   

Nota 3: Los ojos de aquellos hombres así como su entendimiento estaban cegados y no podían ver que era el Mesías, que era Dios mismo quien delante de ellos y prosiguen con su arresto. Demos gracias a Dios porque a nosotros el Espíritu Santo nos quitó el velo y pudimos ver a Jesús como nuestro Señor y salvador.       

Conclusión: El Señor Jesús fue a la cruz, dio su vida por nosotros y en obediencia al Padre celestial, por eso Dios le dio un nombre sobre todo nombre y le exaltó hasta lo sumo. Dios honra y bendice la obediencia.   

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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La obediencia a Dios.