CUIDADO CON EL ORGULLO
Introducción:
Un día luzbel se rebeló contra Dios, su corazón se enalteció y perdió los
privilegios y beneficios que tenía. La altivez precede la caída, mientras que
la Biblia nos enseña que Dios exalta al humilde.
Podemos decir entonces que el orgulloso es humillado y el humilde es exaltado. Por eso Jesús dijo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” es la genuina humildad la que te lleva a las alturas…
Podemos decir entonces que el orgulloso es humillado y el humilde es exaltado. Por eso Jesús dijo: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” es la genuina humildad la que te lleva a las alturas…
CUIDADO CON EL ORGULLO
1) EL
ORGULLO NOS HACE PERDER BENDICIONES (2 Reyes 5:9-12)
a) Eliseo
significa “Salvación de Dios”.
Nota
1: El texto nos enseña que Naamán se va enojado
ante el desaire de Eliseo, pero en realidad es él quien se está perdiendo un
milagro por el orgullo. Él esperaba que Eliseo lo recibiera con toda la pompa
del caso, pues era el general del reino de Siria (el reino del momento).
Nota
2: Por orgullo podemos perder bendiciones,
privilegios y milagros del Señor. Naamán menospreció el mensajero de Eliseo
(por orgullo menospreciamos a otros).
Por orgullo Dios permite que experimentemos desaires o decepciones. Aunque la “salvación de Dios” (Eliseo) estaba allí, por su orgullo estaba a punto de perderla.
Por orgullo Dios permite que experimentemos desaires o decepciones. Aunque la “salvación de Dios” (Eliseo) estaba allí, por su orgullo estaba a punto de perderla.
b) El orgullo
es amigo del enojo.
Nota:
El texto nos dice: “Naamán se fue enojado” del hebreo “qatsap” que
además traduce: enfurecerse, fuerte explosión emocional de ira.
Naamán dice que los ríos de damasco son mejores que el Jordán, y cita a Abana y Farfar (Abana significa: hecho de piedra, pedregoso, y Farfar significa: veloz, y Damasco significa: lleno de sangre). Por el enojo decimos y hacemos cosas de las cuales luego nos arrepentimos. Cuidado con el orgullo.
Naamán dice que los ríos de damasco son mejores que el Jordán, y cita a Abana y Farfar (Abana significa: hecho de piedra, pedregoso, y Farfar significa: veloz, y Damasco significa: lleno de sangre). Por el enojo decimos y hacemos cosas de las cuales luego nos arrepentimos. Cuidado con el orgullo.
2) EL
ORGULLO NOS IMPIDE ESCUCHAR Y APRENDER.
a) Oír
y obedecer, requiere un corazón manso (2 Reyes 5:13).
Nota:
En un comienzo por su enojo y orgullo, aunque Naamán oyó las instrucciones de
Eliseo, no obedeció. Ahora son sus criados quienes le hablan para hacerlo
entrar en razón. Es muy interesante que la palabra obediencia en el A.T. se
traduzca del término hebreo “Shamá”, pues además significa: oír, escuchar,
atender, prestar atención. Entonces el oír y el obedecer son gemelos.
b) Dios
usa personas y circunstancias para ayudarnos a crecer (2 Re. 5:1-5).
Nota 1: El
texto nos dice que una muchacha hebrea que servía a la esposa de Naamán, le
habló del profeta Eliseo, y la señora oyó el consejo de la muchacha, vemos
entonces una esposa que oye (creo que con más facilidad podemos encontrar a la
esposa que habla, que a la esposa que oye). A veces la (el) esposa(o) oye más
las palabras de la calle, o las palabras de quienes no tienen temor de
Dios.
Nota 2: Naamán
oye el consejo de su esposa, vemos entonces a un esposo que oye el consejo de
su esposa (creo que podemos más fácilmente al esposo autoritario, gobernante y
obstinado, que al esposo que oye a su esposa). A veces pensamos que los demás
no tienen nada que enseñarnos, o aportarnos; eso se llama orgullo.
Nota
3: La lepra se caracteriza por
el emblanquecimiento y deterioro de la piel, los primeros síntomas provocaban
pérdida de sensibilidad en una zona de la piel luego Las membranas mucosas de
la nariz, la boca y la garganta eran invadidas por un gran número de microorganismos.
Los músculos empezaban a sufrir parálisis.
Luego padecía la desfiguración corporal típica que sufría el sujeto con lepra, como la pérdida de extremidades debido a la lesión ósea, o la llamada facies leonina en la que el rostro se asemeja al de un león con gruesos nódulos cutáneos.
Luego padecía la desfiguración corporal típica que sufría el sujeto con lepra, como la pérdida de extremidades debido a la lesión ósea, o la llamada facies leonina en la que el rostro se asemeja al de un león con gruesos nódulos cutáneos.
A la luz de éste estudio, aquí la lepra
tiene relación con el orgullo, y como desdibuja y daña el rostro la lepra,
desdibuja y daña el orgullo y el enojo la imagen de cristo en nosotros.
Nota
4: Es muy interesante que Naamán significa:
hermoso, agradable (y si usted tiene en cuenta que era valeroso, el rey lo
tenía en alta estima y tenía (seguramente) muchas condecoraciones, imagínate
cuando caminaba con su traje de general del ejército sirio.
Y es precisamente la lepra, la que viene contra su piel, rostro y todo lo demás, creo que todo esto fue también para Naamán una gran enseñanza.
Y es precisamente la lepra, la que viene contra su piel, rostro y todo lo demás, creo que todo esto fue también para Naamán una gran enseñanza.
3) SOMETERNOS
A DIOS Y A SU PALABRA, NOS GENERA BENDICIONES.
a) Naamán
descendió (2 Re. 5:14a).
Nota:
El río Jordán, su nombre traduce “el que desciende”. Mide 360 kms de longitud,
nace a 500 msnm y desemboca a 392 mbnm. Por eso se le llama Jordán o “el que
desciende”, desemboca en el mar muerto, el cual está a unos 400 metros bajo el nivel del mar y no tiene
salida. Era también un acto de humillación. Allí se bautizó Jesús.
b) Someternos
a Dios restaura y limpia nuestro ser (2 Re. 5:14b).
Nota:
Naamán descendió, obedeció la palabra de Dios, y su piel fue restaurada. Cuando
el corazón del hombre se somete a Dios (desciende), y obedece la palabra del
Señor, comienza a experimentar renovación, restauración, Dios lo exalta,
comienza a parecerse más al Señor, pues sigue sus pisadas, porque fue el camino
de Jesús, el Señor descendió, y obedeció la voz de su Padre, y por eso Dios lo
exaltó, y le dio un nombre que es sobre todo nombre…
Conclusión: El
plan de Dios es que Cristo sea formado en nosotros, él nos ha dado su
naturaleza, su palabra, su Espíritu Santo, sólo permitamos a Dios hacer su obra
en nosotros, sumerjámonos en el río del Espíritu.
Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria.
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