NO DUDES, PERSEVERA Y CONFÍA EN EL PODER DE DIOS
Introducción: Podemos escuchar con cierta frecuencia frases como: “Dios
no me oye” o “Dios se olvidó de mí” expresiones que evidencian una débil fe,
debilidad que ha venido por descuidar la comunión con el Señor, porque tal vez
hemos dejado de leer la Biblia y meditar en sus promesas, o porque no hemos
podido entender Sus caminos.
Cualquiera que sea la situación e independientemente de lo que sintamos, una cosa es cierta: Dios es bueno y todopoderoso. La verdad de la palabra del Señor permanece por encima de mis pensamientos, y aunque no entienda mi momento, Su palabra dice: “Dios es bueno y para siempre es su misericordia”…
Cualquiera que sea la situación e independientemente de lo que sintamos, una cosa es cierta: Dios es bueno y todopoderoso. La verdad de la palabra del Señor permanece por encima de mis pensamientos, y aunque no entienda mi momento, Su palabra dice: “Dios es bueno y para siempre es su misericordia”…
NO DUDES, PERSEVERA Y
CONFÍA EN EL PODER DE DIOS
“El creyó en esperanza contra esperanza… Y no se debilitó en la fe al
considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o
la esterilidad de Sara. Tampoco dudo por incredulidad, de la promesa de Dios,
sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios” Romanos 4:18-20.
El pasaje de hoy nos habla de un héroe de la fe: Abraham. Quien creyó
en esperanza contra esperanza, es decir cuando todo jugaba en contra. Cuando no
había posibilidad alguna, ni solución humana al alcance. Abraham creyó aunque
todo naturalmente le decía: “no es posible”.
Abraham no permitió que su fe se debilitará, él seguía creyendo en el
poder y fidelidad del Señor quien había prometido. La fe se alimenta por la
palabra de Dios, por eso dice la Biblia: “la fe viene por el oír, y por el oír
la palabra de Dios”.
Así que Abraham una y otra vez recordaba y declaraba lo que el Señor le había prometido. Una fe débil es aquella que ha dejado de nutrirse de las promesas o palabras de Dios, así como nuestro cuerpo se debilita al no alimentarse.
Así que Abraham una y otra vez recordaba y declaraba lo que el Señor le había prometido. Una fe débil es aquella que ha dejado de nutrirse de las promesas o palabras de Dios, así como nuestro cuerpo se debilita al no alimentarse.
La fe también se debilita cuando nos concentramos más en el problema
que en el poder de Dios. Cuando consideramos que tiene más peso la grandeza de
los obstáculos que la fidelidad del Señor que ha prometido.
Entonces la fe se debilita o fortalece dependiendo de aquello que miramos o consideramos más, por eso con razón dice la Biblia: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. No es negar el problema, sino creer que poderoso es Dios para transformar todas las cosas y darnos la victoria en medio de la dificultad.
Entonces la fe se debilita o fortalece dependiendo de aquello que miramos o consideramos más, por eso con razón dice la Biblia: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. No es negar el problema, sino creer que poderoso es Dios para transformar todas las cosas y darnos la victoria en medio de la dificultad.
Abraham tenía muchas cosas en contra, por ejemplo su cuerpo tenía casi
cien años y su esposa Sara con noventa años era estéril, a estas alturas era
prácticamente imposible tener un hijo, pero cuando el Señor está en el asunto
todo es posible, porque “no hay nada difícil para Dios”.
Por encima de la edad de los dos y de la enfermedad de Sara ellos tendrían un hijo, porque Dios lo había prometido y él es fiel y todopoderoso, él cumple Sus promesas y nada lo puede detener.
Por encima de la edad de los dos y de la enfermedad de Sara ellos tendrían un hijo, porque Dios lo había prometido y él es fiel y todopoderoso, él cumple Sus promesas y nada lo puede detener.
“Tampoco dudo por incredulidad” En la vida de Abraham y Sara
transcurrieron años para que ésta promesa se hiciera realidad y cuando Dios
aparece de nuevo (Abraham tenía casi cien años) y le dice que Sara tendrá un
hijo, él no dudo, decidió creer, porque confiar en el Señor es una decisión de
corazón y por eso la incredulidad y la duda no hallaron cabida en el corazón de
Abraham, él creyó en la promesa de Dios.
Muchas personas e instituciones te pueden fallar, pero Cristo nunca te fallará. Puedes depositar plenamente tu corazón en las manos de Dios él cumple lo que promete.
Muchas personas e instituciones te pueden fallar, pero Cristo nunca te fallará. Puedes depositar plenamente tu corazón en las manos de Dios él cumple lo que promete.
Abraham y Sara contra todo pronóstico tienen un hijo: Issac, quien se
convierte en una razón de gozo y alegría en casa. Sus corazones agradecen a
Dios por su fidelidad, sabe el Señor hacer sus cosas y cuando hacerlas. Todo lo
que él hace es bueno.
Reflexión final: Nada hay difícil para
Dios. Fortalece tu fe mediante la palabra del Señor, encomienda con seguridad y
confianza tu corazón en las manos de Dios, él sabe cómo y cuándo actuar, no
importan los obstáculos sólo sigue Su voz y persevera. Verás milagros a tu
favor.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: “DEJA A DIOS GUIAR TU VIDA”.
Amen Dios bendiga sus vidas amados pastores.
ResponderBorrarAmen Dios bendiga sus vidas amados pastores.
ResponderBorrarJose Adan Dios te bendiga igualmente. Muchas gracias.
Borrar¡gracias¡
ResponderBorrarDios te bendiga Amalia.
BorrarPrecioso Estudio. Qué agradecida estoy de poder leer sus estudios.
ResponderBorrarMuchas gracias Sara por tus comentarios y apoyo. Bendiciones.
BorrarPorque nada imposible hay para Dios;aun cuando veamos perdida nuestra esperanza;Dios es Poderoso y donde parese todo perdido;ahi Dios obra;y aunqe aveces no es facil la espera;sigamos confiando y creyendo en El!! Dios le bndiga Pastor,de mucha bendicion en todo momento sus estudios,siempre Dios le usa para traer palabra fresca y viva!!
ResponderBorrarMuchas gracias Verofonseca por tus comentarios y apoyo. Dios bendiga tu vida y familia.
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