CÓMO SUPERAR LAS OFENSAS Y EL RECHAZO

Introducción: Dios quiere confortar nuestra alma a través del perdón y su aceptación. La voluntad de Dios se interpreta en la comunión con su Espíritu. Tal como la Biblia dice en San Juan 10:24-27: 

“Mis ovejas reconocen mi voz, es por eso que me siguen y me obedecen”, tenemos que buscar a Dios y aprender a distinguir su voz para poder seguirla. Los paisajes palestinos son adornados con la figura del pastor y sus ovejas, él es quien las cuida, las protege, las guía y las sana… 



¿CÓMO SUPERAR LAS OFENSAS Y EL RECHAZO?

1) A TRAVÉS DE LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO:

a) El aceite de oliva era usado para la sanidad de las heridas. 

Nota: El pastor aplica el aceite a las ovejas cuando sufre por los fuertes rayos del sol, o por haberse rasguñado en algún arbusto espinoso o en las heridas causadas por el oso y el león. 

También el pastor aplicaba el aceite en los ojos y oídos de las ovejas para que los insectos no las molesten ni pongan sus huevos allí. Posiblemente por eso en el salmo 23, que titula “Jehová es mi pastor” David dijo: “unges mi cabeza con aceite”. Todo esto es figura del cuidado que el Señor tiene por nosotros. Recordemos que el aceite es símbolo de la unción del Espíritu Santo. 

b) La unción del Espíritu Santo sana a los quebrantados de corazón.

Nota 1: Jesús lo dijo en la sinagoga de Nazaret “El Espíritu del Señor está sobre mí para… sanar a los quebrantados de corazón”. Es muy interesante considerar que lo dijo en una sinagoga pues el auditorio era judío, pueblo de Dios (a pesar de esto había allí corazones quebrantados).

Nota 2: Lamentablemente, las heridas que más dolor producen son de aquellas personas cercanas y queridas, de familiares y personas de confianza. Tal vez son golpes intencionales o no, provocados por una palabra o una mala actitud. 

Pero lo cierto es que no es lo mismo que un desconocido nos falte al respeto, o a la honra, a que lo haga alguien a quien le hemos abierto el corazón. En todo caso Jesús nos manda a perdonar y orar por aquellos que nos ofenden. 




2) EVITA LA MALA ADMINISTRACIÓN DE LAS OFENSAS:

Para superar las ofensas o el rechazo debemos evitar actitudes como:

a) Ignorar el dolor causado (Cuando pretendemos que no pasa nada, aunque por dentro estamos destruidos).

b) Minimizar la realidad de lo ocurrido (Es cuando queremos convencernos de que lo sucedido no es de mayor relevancia, cuando en realidad me está llevando a tomar malas decisiones).

c) Proyectar el trauma y dolor en nuestro futuro (Es aceptar que lo que hemos sufrido ha causado mucho daño, pero que no es tiempo de resolverlo sino que esperaremos que en el futuro se solucione por sí mismo).   

d) Huir o escapar (Es tratar de evitar tanto sufrimiento y dolor tapándolo con otra cosa o huyendo de la realidad).  

e) Repasar una y otra vez lo sucedido (Esta actitud da lugar al resentimiento y a la amargura de corazón e impide madurar, y mantiene cautiva a la persona a su pasado).

f) Dios prepara el tiempo y el momento para que hablemos, en lo posible, con las personas que nos ofendieron o lastimaron, para arreglar el asunto pendiente, éste dialogo tiene como base el perdón sincero.     

g) La raíz de amargura (ésta es una raíz que crece en el corazón del hombre, y como una planta parásita acaba con la vida, la paz y el gozo de la persona). La amargura estanca el crecimiento e impide el fluir en lo que Dios nos ha otorgado.

Por ejemplo: el rey Saúl se llenó de amargura y los últimos años de su reinado los dedico a perseguir a David para matarlo, en vez de administrar el reinado que Dios le había dado, y por eso su triste fracaso. La Biblia nos advierte acerca de ella (la amargura) diciendo:    

(LBLA)  “Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados Hebreos 12:15. David tuvo éxito porque no permitió que el resentimiento o la raíz de amargura crecieran en su corazón. 

   Una persona con un corazón lleno de resentimiento, o con una raíz de amargura, es alguien que no puede ser estable en sus emociones. Su presente y futuro está marcado por el dolor del pasado. 

    En el Salmo 39:2 habla de esto; no es cuestión de callar sino de confesar a Dios y a quien corresponda. (SP-BLS) “Así que guardé silencio, y no dije una sola palabra. Pero eso no me ayudó en nada, pues mi angustia era mayor”.

  David estaba tan lleno de preocupaciones y problemas que prefería escapar (Salmo 55:3-7). Y ¿Quién no ha pensado en huir en momentos de dolor? Otras veces se busca el escape escondiéndose detrás de vicios o cubrirse de actividades que lo “ayuden a no pensar”. 

  Otros se esconden detrás de un carácter agresivo para no volver a ser lastimados o bien a través de máscaras que esconden su real condición. Pero más allá de todo lo que te hayan hecho, hoy Dios te puede sacar de cualquier pozo de desesperación y llevarte a vivir una vida de victoria y gozo en Cristo. Con Dios podemos superar las ofensas.




3) EL SEÑOR JESÚS ES TU PASTOR Y TÚ SANADOR:

a) Dios es bueno y siempre procurará tu bien.

Nota: Dios es tu pastor, quiere sanar tu pasado, protegerte del león, del arbusto espinoso, del sol ardiente en el camino, por eso confía y abre tu corazón porque el Señor está atento a tu oración. 

b) Decide sanar tu corazón a través del perdón, no permitas que el dolor lo gobierne.  

Nota: Recuerda perdonar es una decisión de cada persona, no tenemos que esperar un “sentir” o “motivo especial”, perdonar es un mandamiento de Dios. Jesús perdonó a quienes le crucificaron, Esteban perdonó a aquellos que lo apedrearon hasta morir y Dios espera que nosotros perdonemos al ofensor. Jesús no permitió que el resentimiento hallará cabida en su corazón, de igual manera nosotros debemos caminar con el amor del Señor.    

Conclusión: Permite a Dios trabajar en tu corazón, permite que el aceite del Espíritu Santo se derrame sobre tu vida, no permitas que las trampas del enemigo estorben lo que Dios tiene planeado para ti, el Señor Jesús quiere ungirte, el Espíritu Santo quiere aplicar su aceite en tu corazón, Salmo 147:1-3.

(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)

Te invitamos a leer: EL MENSAJE A PÉRGAMO Y EL TRONO DE SATANÁS.       

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