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DIOS REDIME Y TRANSFORMA NUESTRA FAMILIA

DIOS REDIME Y TRANSFORMA NUESTRA FAMILIA
Introducción: Desde el comienzo de la Biblia vemos a Dios restaurando, y la primera familia que entra en ese proceso fue la de Adán y Eva. Dios nos enseña y revela cosas profundas en nuestro corazón que afectan nuestra familia y estorban el plan de Dios con nosotros. 

El Señor es el mismo, él no cambia, Dios sigue transformando familias, Dios nos ha prometido “cree en el Señor, y serás salvo tú y tu casa”… 
  
DIOS REDIME Y TRANSFORMA NUESTRA FAMILIA

1) LA HERENCIA FAMILIAR: Ezequiel 16:1-4.

a) La genética es integral (física, emocional y espiritual).      

Nota: La genética contiene todo el diseño de una persona, y no sólo para el momento de su gestación sino para el resto de su vida, pues aún hay enfermedades que están contenidas en esa información genética para desarrollarse en cierta edad. 

Vemos también que el temperamento (o manera de ser) es heredado, entonces los hijos no solo se parecen a sus padres sino que heredan su manera de ser.


  

b) La herencia involucra pecados generacionales y aflicciones.   

Nota 1: El profeta Ezequiel nos enseña que el antepasado cananeo de Israel tenía influencia en su actualidad (pues estaban adorando a los baales y a Moloc, dioses cananeos). Este culto era un desorden en el sentido total de la palabra, era una abominación para Dios, estaban haciendo lo que hicieron sus antepasados, estaban repitiendo la historia.

Nota 2: “Tu origen es de la tierra de Canaán”, nuestro origen está marcado también por la tierra donde nacemos. Por ejemplo hay tierras manchadas de sangre desde ancestros indígenas hasta hoy día, y debemos renunciar a esa herencia de sangre (por eso la intolerancia hoy día, los homicidios, suicidios, la violencia doméstica y criminal, ect).

Nota 3: “Tu padre fue amorreo y tu madre hetea” amorreo significa: amargo, rebelde, charlatán; y heteo significa: uno que teme, uno que es quebrantado. 

Podemos decir que hablamos de un corazón resentido y temeroso, que genera un comportamiento rebelde, y cosecha el quebrantamiento o fracaso (podemos considerarlo desde la perspectiva de la nación, pues Canaán era continuamente sometida por Asiria o por Egipto, generando esto un continuo miedo, resentimiento, rebeldía y caída). Este ciclo se da también en el ser humano, cuando no se rinde a Dios.         



  
Nota 4: El versículo cuatro nos describe la manera histórica y cultural del parto en aquellos tiempos, cabe destacar la frase: “el día de tu nacimiento no fue cortado tu ombligo”. El cordón umbilical sirve al bebe en gestación para alimentarse y respirar, es decir recibe su vida a través del cordón. La expresión indica que Israel se sigue alimentando de sus antepasados cananeos y por eso el culto a los ídolos de Canaán.
    
2) EL AMBIENTE DE LA PRIMERA FAMILIA INFLUYE EN LA FAMILIA DE HOY:                  

a) Relación de nuestros padres.    

Nota: Al considerar la vida de nuestros padres, podemos encontrar cosas que inconscientemente hoy estamos repitiendo: violencia verbal y/o física, un matrimonio aparente, uniones libres con separaciones periódicas, modelos inadecuados (por ejemplo matriarcado, machismo, etc).     

b) Relación con nuestros padres:   

Nota 1: Quizá fueron autoritarios, o no había comunicación con ellos. Tal vez hubo una ausencia de amor manifiesto, o también ausencia de correcta disciplina (podemos recordar aquí la frase de aquel preso que dijo: “el culpable de que yo esté aquí, es mi padre, él no me corrigió”).

Nota 2: Tal vez vimos a nuestros padres, tíos y otros, hacer negocios ilícitos para conseguir dinero; o quizá en casa hubo suma escasez (ruina), o tal vez ninguno logró ser profesional, o se nos quedó el pensamiento es mejor no tener un peso. O a lo mejor fuimos testigos de una profunda división familiar por una herencia y decimos es mejor la vida sin dinero. Este tipo de cosas pueden afectar nuestra perspectiva sana de la prosperidad que viene de Dios.     



c) Relación con nuestros hermanos:   

Nota: Tal vez hubo continuas peleas, resentimientos, abuso verbal, físico, sexual. Tal vez hubo preferencias, rechazo, ingratitud, traiciones, falta de perdón, etc. Todas estas cosas afectaron nuestro pasado sino que al no ser sanadas, afectan nuestra vida hoy. Estas cosas pueden afectar:

1º) Nuestra relación con Dios Padre.
2º) Nuestra relación con nuestro núcleo familiar actual (esposo, a, hijos)
3º) Nuestra relación con hermanos en la fe.
4º) Nuestra perspectiva en cuanto a la prosperidad que viene de Dios.        

3) JESUCRISTO TRANSFORMA Y RESTAURA LAS FAMILIAS:         

a) El diablo procurará dañar la identidad del hijo de Dios (Mt. 3:17; 4:3-4).                           
Nota: El Padre celestial declara que Jesús es su hijo amado, que se complace en él. Tres versículos después el diablo quiere hacer dudar a Jesús de su identidad. El diablo procura dañar o distorsionar la identidad del hijo de Dios, por eso comienza a dañar esto desde la infancia del ser humano. 

Con rechazo, abusos, maltrato, faltantes de amor y correcta formación, etc. Pero, cuando nacemos de nuevo en Cristo se da inicio a una restauración de la identidad del ser humano como hijo de Dios. Debemos recibir lo que viene de Dios a nuestra vida y permitir que el cordón umbilical que nos une a nuestro pasado sea cortado, y seamos ahora alimentados por la vida de Cristo y por la Palabra de Dios.   

b) Dios restaura y sana las relaciones familiares  

Nota: Dios es nuestro sanador, aun de aquellas cosas más profundas del corazón, por eso Dios nos manda a perdonar, es vital ejercer el perdón. Podemos vivir y lograr cosas con el corazón afectado por eventos sucedidos de tiempos antiguos, pero Dios quiere no sólo sanar sino cortar con ese cordón umbilical que nos ata al pasado y afecta el presente, y quizá detiene las bendiciones del futuro. 

Veamos 1 Juan 3:8, donde deshacer es traducido del término griego “lúo”, que además traduce: soltar, quebrantar, desatar, romper, desligar, poner fin a. Jesucristo ha venido a traer libertad a su pueblo.    




Conclusión: Jesucristo es Dios todopoderoso, y quiere romper con aquello que ata o aflige a sus hijos, sólo requiere de nosotros disposición, fe y deseo de hacer Su voluntad. Gracias Dios por tu amor y cuidado. Dios redime y transforma nuestra familia. 

(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)

Te invitamos a leer: “NO RENUNCIES AL LLAMADO DE DIOS”.    

   

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