POR QUÉ Y CÓMO EVITAR LA MURMURACIÓN
Introducción:
La Biblia nos enseña claramente la acción de los espíritus del mal contra los
hombres. El cristiano debe desarrollar su discernimiento para identificar las
obras del mal, y luchar a favor de su familia, avanzar hacia el plan de Dios y
conquistar los desafíos que el Señor le pone delante.
“No podemos ignorar las maquinaciones del enemigo”. Recordemos que el avisado ve el peligro y se aparta…
“No podemos ignorar las maquinaciones del enemigo”. Recordemos que el avisado ve el peligro y se aparta…
¿POR QUÉ Y CÓMO EVITAR LA MURMURACIÓN?
I. LOS
ERRORES DE ISRAEL DEBEN SERVIRNOS COMO EJEMPLO (1 Corintios 10:1-11).
Nota:
En la Escritura vemos y experimentamos la inspiración que genera en nosotros la
vida recta y fiel de los hombres de Dios. Nos maravilla ver sus grandes hazañas
y conquistas para el Señor.
Pero también, vemos que algunos entristecieron a Dios (como el rey Saúl), otros encendieron su ira (como Manasés), y de todos aprendemos lo correcto y lo que no debemos hacer. Uno de los grandes errores de Israel y que debemos evitar es la murmuración.
Pero también, vemos que algunos entristecieron a Dios (como el rey Saúl), otros encendieron su ira (como Manasés), y de todos aprendemos lo correcto y lo que no debemos hacer. Uno de los grandes errores de Israel y que debemos evitar es la murmuración.
II. LA
MURMURACIÓN ACTIVA LA OBRA DEL DESTRUCTOR (1 Cor. 10:10).
a) ¿Qué
es murmurar? Palabra traducida del término griego “gonguzo” que traduce además:
decir algo en tono bajo, murmullo, gruñir, quejarse.
Nota:
Cuando esta palabra es usada en el Nuevo Testamento está en un marco de
comentarios dañinos que se hacen en tono bajo. Por ejemplo la murmuración de
los escribas y fariseos contra Jesús. En el Antiguo Testamento encontramos un
mandamiento del Señor para su pueblo:
Levítico 19:16 “No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.” (donde chismear se traduce también calumniar, y su raíz tiene que ver con viajar, es uno(a) que lleva calumnias por todas partes. Es interesante que añade el texto: “no atentarás contra la vida de tu prójimo”, sellando ésta encomienda con su persona: “Yo Jehová”).
Levítico 19:16 “No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.” (donde chismear se traduce también calumniar, y su raíz tiene que ver con viajar, es uno(a) que lleva calumnias por todas partes. Es interesante que añade el texto: “no atentarás contra la vida de tu prójimo”, sellando ésta encomienda con su persona: “Yo Jehová”).
b) El
destructor: su nombre traduce “exterminador”, uno que arruina, que arrasa (se
relaciona con serpiente venenosa).
Nota:
Destruir aquí implica: pérdida de bienestar, pérdida económica, ruina. El texto
nos relaciona con lo ocurrido en Números 16:41. Los resultados los vemos en
Núm. 16:49, donde miles murieron.
c) La
murmuración no le permitió a Israel conquistar la tierra prometida.
Nota:
Esa primera generación, los mayores de 20 años se perdió (recordemos que a la
tierra prometida entraron Josué, Caleb y todos los menores de veinte años). Israel
se quejó ante Dios continuamente. No basta con empezar el camino, sino mantener
en él la actitud de fe correcta. Israel se quejó:
1) Por
el camino que Dios trazó para ellos,
2) Por
la provisión en el desierto (el maná),
3) Por
los gigantes de Canaán,
4) Por
el liderazgo de Moisés y Aarón,
5) Por
la disciplina de Dios,
6) Por
la escasez de agua (pruebas),
7) Por
el mismo desánimo (que desde el idioma hebreos significa: angustia,
impaciencia): Números 21:4-6.
Recordemos que Prov. 18:21 nos dice: “la
muerte y la vida, están en poder de la lengua”. Muchos murieron, otros
sufrieron, familias enteras experimentaron el doloroso resultado de sus
palabras.
Guarda tus oídos con diligencia, pues
las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Recuerda que somos
templo o casa de Dios, y como toda casa tiene puertas de entrada, tus oídos son
una entrada que el enemigo siempre quiere usar. Evita la murmuración.
III. USEMOS
NUESTRA BOCA PARA BENDECIR (1 Pedro 3:8-12)
Nota
1: Las palabras que salen de nuestra boca
tienen poder, y debe ser el amor de Dios quien las dirija. Debemos bendecir
pues somos llamados a heredar bendición
(Israel perdió lo que Dios tenía para ellos).
Nota
2: Pare ver días buenos es necesario “refrenar
la lengua del mal”, y “no hablar engaño”. Muchas maldiciones aparecen por
palabras pronunciadas en un momento de enojo, dando así lugar al
destructor.
Conclusión:
Jesucristo nos redimió de la maldición de la ley, él apareció para deshacer las
obras del diablo, nos ha llamado para bendición. Usemos nuestra boca para
adorar, para agradecer, para bendecir y declarar Su palabra.
Cuidémonos de maldecir nuestra familia, más bien usemos nuestra boca para declarar sobre ellos la Palabra de Dios.
Cuidémonos de maldecir nuestra familia, más bien usemos nuestra boca para declarar sobre ellos la Palabra de Dios.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)
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