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LAS CRISIS SON OPORTUNIDADES PARA CRECER

LAS CRISIS SON OPORTUNIDADES PARA CRECER
Introducción: “Paños de agua tibia” es la expresión que usamos cuando ante una dificultad grave no tomamos decisiones correctas y firmes, y por tanto no hacemos algo efectivo. 

A veces ante ciertos problemas de nuestra vida usamos los “paños de agua tibia” pero la situación continúa igual o empeora. 

Cuando le damos a los principios de Dios el primer lugar estaremos tranquilos y seguros, pues estaremos haciendo la voluntad del Señor. 

Cuando actuamos siguiendo nuestros propios sentimientos o deseos la crisis más bien empeora. Lo sabio es buscar la presencia de Dios y Su consejo, aprender y continuar en el sendero que Dios ha trazado para nosotros…




LAS CRISIS SON OPORTUNIDADES PARA CRECER    

1) ANTE LA CRISIS O ADVERSIDAD JESÚS ES LA VERDADERA SOLUCIÓN.    

Nota 1: Mateo 8:1. La vida religiosa de Israel estaba centrada en Jerusalén y en su templo. Sin embargo, vemos que multitudes siguen a Jesús, él texto nos dice que “Jesús descendió del monte” ¿cuál monte? Él acaba de enseñar el sermón del monte, montaña ubicada en Galilea, probablemente muy cerca de Capernaúm. 

Entonces Jesús está muy lejos de Jerusalén (centro religioso), pero multitudes le seguían porque le reconocen como el Mesías, reconocen que el poder de Dios está en él, los mensajes de Jesús alimentaban el espíritu y transformaban sus vidas.

Nota 2: A veces desesperados acudimos al lugar o persona equivocada, o hacemos lo malo en el afán de solucionar nuestros problemas, o puede el ser humano caer en la drogas o en el suicidio, pensando que esa es la solución, pero sólo en Jesucristo hay vida y vida en abundancia.

2) ACTITUDES CORRECTAS ANTE LA DIFICULTAD (Mateo 8:2):         

a) Acudir a Jesús.

Nota: El versículo nos dice: “he aquí vino a él un leproso”. Acudir a Jesús es una expresión donde reconocemos que vemos en él nuestra respuesta; que vemos en él nuestra solución y que sin él no podemos continuar. 

Seguramente el leproso había escuchado hablar de Jesús, pero sólo eso tenía: un saber de oídas, pero ahora tiene la oportunidad de ir a Jesús y no la desaprovecha, sino que corre a él sin importar que digan los demás, él reconoce que necesita a Jesús.     



       
b) Reconoce la soberanía y poder de Jesucristo.       

Nota 1: El texto nos enseña que el leproso “se postró ante él”. No nos dice el texto bíblico que edad tenía, su profesión u oficio, ni su clase social, pudo haber sido un alto dignatario o un jornalero, un joven o un hombre mayor, pero como buen judío sabía que postrarse indicaba adoración, él lo estaba reconociendo como Dios. 

No lo culpa por su condición de leproso, ni murmura contra Dios, sólo se postra inclinando su cabeza reconociéndolo como Señor y Dueño de todo, incluso de su vida. Se postra en un acto de humillación, reconociendo que sólo él le puede ayudar, que sólo Jesús puede cambiar las cosas.

Nota 2: A veces en medio de la crisis nuestro corazón puede ser autosuficiente u orgulloso para aceptar ayuda. Con facilidad nuestra soberbia impide la obra de Dios, más bien acerquémonos a él con un corazón manso y humilde, reconociendo que separados de él nada podemos hacer. 

c) Expresa con sinceridad y sencillez los anhelos del corazón. 
      
Nota 1: El leproso le dijo al Señor Jesús: “Señor, si quieres, puede limpiarme”. Él reconoce que Jesús tiene el poder, y expresa su más profundo anhelo: “deseo ser limpio”, parafraseando equivale a: estoy cansado de ésta inmundicia, cansado de esconderme, de ver que mi vida cada vez se deteriora más, he perdido mi familia, lo que tenía, he perdido el gozo y la paz, he perdido la esperanza. Éste hombre lo había perdido todo, sin duda estaba en medio de una gran crisis.  

Nota 2: La vida del leproso era difícil, por su aislamiento, por su deterioro cada vez mayor, porque no podía asistir al templo, porque se quedaba solo, para finalmente morir. En la Biblia la lepra es figura del pecado y su poder mortal. Pues al igual que la lepra, la paga del pecado es muerte. 

Esta establecido para los hombres que mueran una sola vez y después de esto el juicio, y sabiendo que el hombre se condenaría, Jesús vino y sacrificó su vida (y de la manera más cruel en su época), dio su vida para que todo aquel que en él crea, no se pierda más tenga vida eterna.



   
3) JESÚS TRANSFORMA LA VIDA DE AQUEL QUE LE BUSCA (Mateo 8:3).
     
Nota: En éste versículo vemos la compasión de Jesús, quien como judío no debía tocar a un leproso, pues quedaría ceremonialmente impuro, y menos en su condición de Maestro de la ley, pero lo tocó, demostrando su amor y poder, pues Jesús no quedo impuro sino que el leproso fue purificado. 

Por el poder de Dios éste hombre fue sanado. Jesús lo tocó, y un solo toque basto para que su vida fuera transformada, quedo limpio, su vida fue completamente restaurada.     

Conclusión: Jesucristo no ha cambiado. Él sigue sanando, salvando, restaurando y transformando vidas. La peor lepra, la más grave, es la lepra del pecado, sólo por la fe en la sangre derramada en la cruz tenemos salvación. 

Sólo en Jesús hay perdón y vida eterna, sólo la fe en él nos libra de la condenación. Jesucristo tiene el poder para ayudarnos en toda crisis. 

(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)

Te invito a leer: “LA RESTAURACIÓN DE LAS RELACIONES FAMILIARES”.  

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